A Armando Vega-Gil, in memoriam.
“El Mastuerzo” es el nombre artístico de Francisco Arturo Barrios Martínez, músico, compositor, actor y productor de música mexicano, nacido en Tulancingo, Hidalgo, un 23 de noviembre de 1955. En 1983 fundó Botellita de Jerez con Armando Vega Gil y Sergio Arau, agrupación que tuvo distintos periodos de actividad y alineaciones, y que también se les conoce como Los Botellos.
– Vi un spot en la página de cultura de Aguascalientes, donde se anuncian como Botellita Retornable, ¿de qué se trata?, ¿es un nuevo proyecto?
– Bueno, sí, es un nuevo proyecto, resultado de la nostalgia de Botellita de Jerez en sus distintas etapas, en sus distintos momentos. Una nostalgia por el guacarrock en todas sus formas. Y recordar por supuesto y particularmente, que este pasado 1 de abril fueron cuatro años de la muerte de Armando Vega-Gil, y justo en este tránsito del tercer año al cuarto año de su ida, fuimos como cocinando esta idea, de hacer, bajo el pretexto de recordar a Botellita de Jerez, una nueva propuesta, concretamente la Botellita Retornable. Pudo haber sido, no sé, reciclable o rellenable, en fin, también refutable. Pero ese es el pretexto y sí, es un nuevo proyecto, Botellita Retornable. Estamos ya, justo este 1 de abril, lo decía en el Foro Cultural Hilvana en la Ciudad de México, ahí presentamos tres canciones inéditas de Botellita de Jerez, que ahora es Botellita Retornable: una canción que se llama Los chicles, otra que se llama El tecolote fisgón y otra que se llama Levántate. Es ya un experimento que se está dando y vamos a comenzar a grabar, esperemos que este mismo año podamos grabar, o por lo menos avanzarlas, ¿no?, dado que los músicos participantes, Santiago Ojeda, Juan Fridman Cubas, Josué Vergara y yo, tenemos otras actividades. Pero sí es un proyecto completo, que esperemos que nos dé vida.

– ¿Y Los Jijos del Maiz? ¿Siguen activos o cómo está la cosa?
Fíjate que el grupo los Jijos del Maiz, cerramos el telón justo prácticamente después de diez años; decidimos tronar el experimento, ya eran diez años y en realidad siempre vivimos esa promiscuidad musical, cada quien con distintos proyectos, yo con Botellita, con los Jijos y cada uno de los Jijos tenían sus propios proyectos. Concretamente hay material de un disco grabado y por ahí anda rolando en la web, pero ya no existe; de hecho, algunas de las canciones que yo hice para los Jijos del Maiz las incorporaremos a Botellita Retornable.
– Para la gente más joven que no conoce a Botellita, ¿cómo la definirías tú, como fundador, el proyecto original de la banda?
Muchachos, muchachas, de las edades que desconocen lo que fue Botellita de Jerez: Botellita fue un grupo que se originó de las ganas de rocanrolear de Sergio Arau, Armando Vega-Gil y de El Mastuerzo. Sergio se encontró con Armando y comenzaron a construir la idea de hacer un rock mexicano, y particularmente un rock que también tuviera humor. A mí me invita Armando Vega-Gil a ser parte de este experimento y juntos los tres, tratamos, intentamos hacer una propuesta de un rock mexicano con una serie de aspectos de la cultura popular mexicana. Y el grupo vivió distintas etapas. La primera etapa del guacarock puro y duro; la segunda etapa fue la canasta básica de la música popular, y la última etapa fue la reivindicación de ambas y de una nueva, del hashtag NoPinchesMames, recurriendo como siempre a la riqueza del lenguaje popular mexicano. Eso, muchachos, muchachas, de ciertas edades que desconocen lo que fue Botellita de Jerez, eso podría, no definirlo, si no ampliarlo. Tan, tan.
Luego de la segunda separación de Botellita de Jerez, inició una carrera en solitario componiendo canciones sólo con su voz y su guitarra. Por esos años guio el movimiento de los roleros o roleristas. Participó como activista en movimientos sociales como el del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
– ¿Qué música escuchaban ustedes en ese entonces, cuando estaban haciendo las primeras canciones? ¿Consideras que esas bandas o esos músicos influenciaron a Botellita?
Yo creo que al inicio era el trío: Sergio Arau, Armando Vega-Gil y Francisco Barrios, pero éramos muy distintos. Creo que lo que nos unificaba era una mirada de izquierda, una mirada crítica frente al sistema, frente a la realidad. Coincidimos en que admirábamos el trabajo de Pérez Prado, por ejemplo, del grupo Los Xochimilcas, de Piporro, de Tin Tan y su carnal Marcelo, y ciertos valores de la cultura popular que nos parecían importantes, que habíamos heredado, como tantos, tantas, de la gran industria de la televisión, la radio y del cine. Creo que nuestra formación fue muy diferente, es decir, yo particularmente viví con el grupo Los Nakos, que surgen de la brigada cultural del movimiento estudiantil de1968, en donde tuve el placer de ser uno de los tantos cuadros que el grupo Los Nakos formó en sus más de cincuenta años de existencia, hasta la fecha. Mi paso por ahí fue, junto con Elia Crotte, del año 1976 al 1984, más o menos, en donde yo me salgo para continuar solamente con Botellita de Jerez; porque estuvimos trabajando Botellita y Los Nakos, paralelamente por más de un año. Armando Vega-Gil provenía también del folclor, de la música llamada de protesta, del canto nuevo, de la música popular mexicana con cierto contenido social, lo que yo llamo esa “otra canción popular mexicana”, una canción que proviene en sus orígenes desde Conchita Michel, José de Molina, del maestro León Chávez Teixeiro, del grupo Los Nakos, donde milité, digamos, ¿no? Armando estuvo muy cerca de todo esto, de hecho, fue en parte colaborador, particularmente a través de un ala del grupo Los Nakos que era mucho más teatral, que se llamaba Informe. Así que compartimos esa música folclórica de canto nuevo. Buscábamos una forma de decir las cosas desde nuestro gusto, nuestra manera. Sergio tenía otra formación, le gustaba mucho más el rock en inglés y justo fue eso uno de los elementos que nos reunió: la necesidad de hacer un rock en español, desde las formas, particularmente del habla de los mexicanos, cuando menos de la Ciudad de México, del D.F. Botellita de Jerez ha sido, por tanto, un valor chilango. Tan, tan.
– Hablando de Armando, te haré una pregunta necia, porque es obvio que ha pesado mucho su ausencia, pero, ¿qué tanto ha pesado para ti en lo personal y para el grupo en lo profesional?
En principio fue un golpe muy fuerte, emocional evidentemente, no sólo por su ausencia, si no por los efectos colaterales, con la familia, con sus seres queridos, incluso con la gente que de alguna forma nos sigue o sigue nuestros pasos. Fue, por otro lado, cuestionador. Su ausencia, su partida, fue cuestionar nuestro trabajo como Botellita de Jerez, y el primer cuestionamiento fue que tenía que desaparecer la Botellita. Entre Armando y yo existía el pacto de que cuando él muriera o yo muriera, íbamos a dejar de llamarnos Botellita de Jerez; y así fue, creo que se cerró el telón definitivamente. Y un poco con la primera pregunta que me hiciste es eso, de continuar un trabajo que se quedó un poco trunco, de un lado, y por supuesto, ya en contexto de la reflexión, fue justo eso lo que nos movió, poder recordar a la Botella en sus distintas etapas, bajo el lema: “Que viva el guacarrock” en todas sus formas. Como dijera aquel maestro psicoanalista, Carlos Gustavo Jung, “seguimos dialogando con nuestros muertos”, y yo creo que, particularmente con Armando, yo sigo dialogando, sigo confirmándole ciertos presagios y “disconfirmándole” otros. Entonces, para bien, en el sentido autocritico de la vida, de nuestro propio oficio del quehacer artístico, como debería continuar nuestro trabajo, como individuos, como el Mastuerzo, como cada quien, y por qué no, ahora precisamente, como Botellita Retornable.

– ¿Cuál ha sido la etapa más crítica del grupo en lo profesional y cuándo has sentido que estaban en su máximo apogeo?
La vida de Botellita fue de 36 años en sus distintas etapas; creo que, en sentido de la chamba, de la talacha, del moverse para existir, todas las etapas fueron muy difíciles, siempre a contracorriente. Si te das color, nos tocó De la Madrid a Peña Nieto, imagínate, siempre a contracorriente. Creo que hubo momentos que sobresalen con cierta frescura, desde el primer disco al tercero, y después viene otro momento: La HH Botellita de Jerez, así bautizada por cierto público para diferenciarla. Muchas de las canciones fueron más directas, más allá de la metáfora. Nuestra práctica, creo que siempre fue del lado izquierdo, en ese sentido fuimos críticos durante el trío, durante el cuarteto, durante el quinteto, luego otra vez el trío, y por último el cuarteto, siempre fuimos críticos, de alguna forma transgresora, protestosa, y más que protestosa, que se pronunciaba por ciertas causas, por ciertas luchas. De hecho, durante gran parte de nuestra historia a nivel individual, pero también con las distintas etapas de Botellita, crecimos en un ámbito de solidaridad, de la música, del trabajo artístico hacia las luchas populares, en distintos movimientos de huelga, en distintos momentos álgidos del movimiento estudiantil, por ejemplo. Yo en lo personal, desde Los Nakos tengo esa mirada, ese vínculo con distintas causas, distintos individuos, organizaciones abiertas, organizaciones clandestinas, que nos convocaban para eventos culturales, desde el arte, desde la cultura tocar fibras sensibles para gente que se organizaba, que de alguna manera disentía del estatus quo. Así que, ¿cuándo hemos sido más críticos?, hoy, ahora, con toda la experiencia que vivimos, sabemos que tenemos que tener un posicionamiento frente a la realidad concreta, hoy en específico. Creo que tanto Botellita como yo, cuando menos Armando y yo, nos determinamos como zapatistas, seguidores de la causa zapatista, y otras causas, como Cherán, los movimientos culturales de toda índole, el movimiento de reivindicación genérico sexual, pasando evidentemente por el movimiento obrero. Así es que, es complicado saber cuál es nuestro momento más radical, pero insisto; actualmente. Hoy es, de alguna forma, favorable por la existencia de la 4T, que es una mirada distinta de lo que fue el PRI, el PAN, incluso el PRD. En fin, esa es mi mirada, Fidelia.
– ¿Cómo es un día ordinario en tu vida? ¿A qué hora te levantas, qué haces durante el día?
Es difícil pensar en un día ordinario o en una especie de rutina, la única rutina es bañarme; no siempre me baño antes de hacer cosas, a veces me baño después de hacer muchas cosas aquí en casa, o después de salir a comprar algo de comer, o a pagar mis deudas al banco o así. No tengo un horario, desayuno, como, ceno. Hay épocas en las que sólo como y ceno o simplemente como una sola vez, dependiendo si estoy en casa. Generalmente trato de tener la casa ordenada, me gusta el orden y todo lo que implica, lavar la ropa, cambiar las sábanas, barrer, trapear, hacer de comer; cuando estoy con cierta calma, como hoy o ayer, porque estoy haciendo cosas también de escritorio. Cuando hay chance me siento, mientras hago un proceso de cocina, por ejemplo, mientras se cuece tal, leo un capítulo de un libro que estoy leyendo, mientas tanto escucho la radio, y cuando escucho música generalmente es jazz, escucho la estación Horizonte de jazz. Hay momentos en los que me pongo a hacer nada, a contemplar, y agarro mi libreta y escribo cosas que recuerdo. Hago listas de cosas de las que quiero hablar. Ahora estoy haciendo mucho trabajo de escritorio porque estoy metido en la redacción de una serie de textos de un programa que tenemos que se llama La otra canción, ¿cuándo vienes a cantar a la casa?, por la televisora del gobierno de la Ciudad de México, Capital 21, todos los viernes a las 10 de la noche. Escribo cápsulas a manera de editoriales para el programa y eso me tiene en otra dinámica. Generalmente estoy viajando, sobre todo los fines de semana. Por ejemplo, acabo de regresar de cantar a Eloxochitlán, que es el lugar donde nació Ricardo Flores Magón, en la sierra de Oaxaca. Y pues eso, de pronto me la paso mucho tiempo viajando. Pues esa es más o menos mi rutina. Vivo solo, pero generalmente acompañado, y no hay una rutina que digamos muy rutinaria, si acaso el hacer de comer, ese es otro de los aspectos que se repiten, y terminando, a lavar los cacharros del desayuno, de la cena. Eso es más o menos mi vida diaria, mi querida Fidelia.
– ¿Y qué cocinas? ¿Qué te sale rico? Porque yo batallo un chingo para cocinar, no se me ocurre nada, dame un tip.
Siempre me ha gustado cocinar desde chavo. Cocino lo más común, no sé, la carne, mezclarla. Me gusta mucho, por ejemplo, la onda norteña de la discada, en donde se revuelve todo, verduras, pollo, cerdo y sal y la chingada, de esas cosas que son fáciles, unos tacos de, eso para mí es frecuente, hacer una especie de alambre inalámbrico, carne con ciertas verduras, chiles que no pican, particularmente hago cosas que no piquen. Me gusta lo práctico, huevos con todo; inventar de pronto sabores que se le ocurren a uno para ciertos guisos.
– ¿Cómo ves a los músicos contraculturales actualmente y cuál es el futuro del rock en el país, para dónde crees va?
Mira, yo creo que hay varias escenas, no hay una sola escena del rock, de la música contracultural, y no todo el rock es contracultural, de hecho, yo sostendría que actualmente la gran mayoría de los grupos de rock son perfectamente asimilados al sistema, no hay ningún discurso crítico, sólo el deseo de éxito. No puedo partir de lo que se parezca o se acerque a Botellita, pero hay grupos que tienen un discurso con todo y que han sido resultado del mercado. Considero que Café Tacuba tiene un discurso que defender, una propuesta ideológica. Creo que El Gran Silencio tiene una mirada hacia lo popular, con una mirada crítica, y otras bandas que subsisten en el underground y están cercanas a las luchas populares, como los ecologistas y los grupos LGTBQ+. Así es que es muy diversa la escena. El futuro es la autonomía, y de manera mucho más clara, el deslinde de lo que implica la gran industria del mundo del espectáculo; y otro camino, la vida cultural, el contexto cultual, que creo que es a donde pertenecemos muchos, muchas bandas. Algunos hemos sido un fracaso rotundo en el sentido capitalista, hemos sido quizá malas mercancías, sin embargo hemos sido grandes éxitos en el sentido cultural, lo digo por Botellita de Jerez y otras bandas que permanecieron un poco a la sombra de los grandes triunfadores. Tan, tan.
– Ya para terminar, ¿qué mensaje le enviarías a los fans de Botellita de Jerez y qué podemos esperar de Botellita Retornable?
Híjole, pues bueno, el mensaje: “dios no existe, pero como estorba”. Y la otra, ¿qué esperar de Botellita Retornable?, un proyecto distinto, nuevo, distinto porque es otro, con humor, con una mirada crítica. Ya hay canciones que se están creando con este nuevo experimento de la Botellita, y bueno, ni siquiera queremos ilusionarlos, pero tampoco desilusionarlos, vamos a hacer lo que creemos, lo que queremos hacer, lo que tenemos que hacer, que son canciones. Siempre hemos pensando, yo así lo creo, que el disco que vas a hacer, va a ser lo mejor en esta vida, un nuevo disco, una nueva cosa, una mirada de la Botellita Retornable. José Vergara, Juan Fridman Cubas, Santiago Ojeda y Francisco Barrios “El Mastuerzo”. Tan, tan. Muchas gracias, Fidelia, espero que sirva de algo toda esta palabrería.
Algunas de las producciones musicales de Botellita de Jerez fueron: Naco es Chido (1987), Todo lo que digas será al revés (1992), El Último Guacarrock (1998) y #NoPinchesMames (2017).