


Eros y Tánatos, la fuga se desvanece por ahí

Esas liebres imaginadas, el norte y su bocanada verde

Alucinación, vuelo, sin saber qué hacer

Señuelos en los cruces del camino, nada aprehensible

Fuego sobre todas las arenas y extraviar en él los nombres de las cosas


Maquinarias, humo, la acción sostenida de esta escritura

Para no enmudecer en las calles. Mis piernas, mis ojos, como una señal

Cómo se conjugan una cámara, el viento y la desdicha

Un agobio rosado en el pozo en el que caerías. La inasible permanencia

A la suprema hora y en el horizonte vertical. ¿De qué se acuerdan?

Una línea sin rumbo. La música inaudible. Alteraciones de la luz


Sucumbir muchas veces. Sin remordimiento. Lejos de la boca

Poesía amadísima, llameante, gracia concedida

La magia peligrosa, la anormalidad, las altas fogatas de este círculo

Y todo el barro, y el mar infinito y la actitud del caracol

Perplejidades, creencias, fracturas. La trama sigue creciendo

Cánticos fecundos y al viento. Insospechado es el viaje de los poetas
