María del Rosario Velázquez Gumeta, nació en Chiapas, México, en 1962. Es poeta y promotora cultural de arte y literatura. Ha publicado libros de poesía y de investigación histórica. Ha recibido varios reconocimientos por su trayectoria y ganado varios fondos de publicaciones nacionales e internacionales. Su libro Llévate los sueños, déjame los recuerdos, ganó el fondo de publicaciones del Coneculta-Chiapas, Secretaría de Cultura. Es representante en Chiapas de varios movimientos literarios que se realizan en el mundo. Dirige el fanzine Yomoram Jayatzame, que promueve la literatura hecha por mujeres. Es directora del Festival Mundial de Poesía Contemporánea en San Cristóbal y coordinadora de Literatura en el Festival Multidisciplinario Proyecto Posh.
-¿Qué es la poesía?
Se dice que la poesía es un género literario mediante el cual expresamos sentimientos y emociones. Pero, además, yo le aumentaría a esta definición que no sólo es un medio de expresión, sino también se utiliza para hacer catarsis, porque la poesía no necesariamente tiene que servir para crear belleza, sino que también es un género que nos permite expresar inconformidad y un medio para denunciar. Cuando comprendí su amplitud, la tomé de las orejas e hice eso último. Hace 15 años utilizar a la poesía para alzar la voz y ser escuchado, era ser señalado y marginado, era como faltarle al respeto, fuimos tildados de panfletarios. Cuando tomé esa línea, agarré de la mano a la poesía testimonial y seguí de frente, no me detuve. Actualmente, muchos y muchas escriben sobre esos temas. Por fin se acepta que la poesía no sólo es emocional sino también catártica.
-Platícanos un poco sobre tu vida, ¿quién es Chary Gumeta?
Bueno, te diré que Chary nació en la provincia chiapaneca y desde niña fue una gran lectora. Mi padre fue trailero, siempre traía libros y revistas de sus viajes y era la primera en tomarlos. Así leí y conocí grandes autores como Kipling con su Kim de la India, Los muchachos de la calle Pal de Molnár, Ben-Hur, La Iliada y muchos otros. En la adolescencia fui unos meses a estudiar a la Ciudad de México y eso me permitió ver un mundo diferente. Vivía con unos tíos que estudiaban en la UNAM y me llevaban a recitales y presentaciones de libros. No toleré mucho esa ciudad y volví a la capital de Chiapas. Aquí no había muchas carreras universitarias, si no mal recuerdo la única que existía era ingeniería. Así que ingrese a estudiar Magisterio, el cual alternaba con asistir los fines de semana a talleres literarios en el Fonapas, que impartieron Joaquín Vásquez Aguilar, Oscar Oliva, Juan Bañuelos, Víctor Cárdenas, entre otros. A los 17 años ingresé de la mano de la poeta Socorro Trejo Sirvent a los círculos literarios, siendo integrante del colectivo Xinachtli, ahí tuve mis primeras participaciones en mesas de lecturas. No recuerdo cuánto tiempo se sostuvieron esos talleres. Pero años después la UNACH fundó la carrera de literatura e ingresé a estudiar Letras Latinoamericanas.
A veces no conozco mucho a Chary, porque cuando escribe es otra. Deja de ser esa Chary amable y tranquila para entrar en cuestionamientos e inconformidad. Grita, reclama y encara. Pienso que se preocupa demasiado por el mundo actual y principalmente por la situación violenta en la que viven las mujeres. En 2009 asistí a un taller con el poeta René Morales con el que teníamos grandes charlas y lecturas, que cambió mi escritura. Por primera vez, tomé conciencia de mi entorno actual. Y retomé las lecturas de los poetas chiapanecos fundadores de la poesía testimonial. Bajo esa influencia empecé a experimentar y a cambiar esa escritura confortable y tal vez un poco trillada que ya había publicado en dos libros que rellené durante diez años y uno más que escribí en 2003, que ya daba luces de esta inconformidad, pero yo no lo sabía. Tal vez el inconsciente me hablaba y no lo escuchaba. Y no fue sino hasta 2012 que publique ese libro ¿…Y los muertos Marcela? Y ahí comenzó todo. Escribí tres libros más sobre violencia, migración, feminicidios y desapariciones forzadas. Actualmente estoy en un nuevo proyecto, muy diferente al que me mantuvo ocupada los últimos diez años. Yo no concurso en premios de poesía (no creo en ellos), pero sí en fondos de publicaciones, de esa forma he publicado en México y varios países. Aquí en México he ganado dos veces el fondo de publicación del Conecult.
-¿Se puede hablar de una poesía universal, a pesar de los regionalismos?
Claro, el hecho que sea una poesía regional no la encasilla únicamente en un solo lugar, actualmente con la globalización, las redes sociales, festivales de poesía, la poesía camina alrededor del mundo, aunque sea escrita con la descripción o palabras de un solo lugar o en otro idioma. La tecnología ha permitido su universalidad y que otras partes de nuestro universo conozcan y se interesen en usos y costumbres que hacen la cultura de los países. Asimismo, a pesar de eso, el regionalismo, ayuda a conservar la identidad de los territorios y su cultura amenazada por ese proceso igualitario de la integración cultural.
-¿Cuáles han sido los mayores obstáculos como promotora de la cultura chiapaneca en México y el mundo?
Uno de los principales obstáculos que he encontrado como promotora cultural en Chiapas, es la falta de apoyo de las entidades culturales y su indiferencia. Actualmente la política gubernamental le pone muy poca o nula atención a la cultura, y sobre todo el económico no existe. En su mayoría piensan que no es necesaria y lo entiendo, para ellos es importante tener un país con falta de juicio y de crítica, porque si algo hace en las personas los programas culturales de toda índole y género, es despertar eso que llamamos conciencia. En Chiapas, anualmente realizamos un festival de poesía con asistencia de poetas de todo el mundo, y se logra con apoyo de amigos que aportan lo más fuerte que es lo económico, sin embargo, y hay que mencionarlo, el Coneculta-Chiapas es la única institución que nos otorga sus espacios en comparación con otras que no brindan ni el más mínimo apoyo. En otros países a donde he sido invitada a realizar eventos, presento el proyecto y lo trabajamos juntos; son pocos los puntos que se modifican, generalmente son aceptados con lo solicitado. Muchos estados de México carecen de economías para la visibilización y realización cultural. Aquí en Chiapas eso no ha sido obstáculo y por eso pienso también que el gobierno se ha desentendido, lo cual es vergonzoso para una entidad rica en cultura.
-¿Quiénes son los protagonistas contemporáneos de la poesía mexicana?
México tiene una pléyade de poetas contemporáneos que lo han posicionado como uno de los países más importantes dentro de este género. Si hablamos de protagonistas sería una lista interminable. Pero dentro de éstos, hay algunos que han sido autoridad principal de las nuevas generaciones, como son: David Huerta, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco, Homero Aridjis, Efraín Huerta, Cristina Rivera Garza, Blanca Luz Pulido, Elena Garro, Coral Bracho, por mencionar algunos. Y Chiapas, se ha caracterizado por ser uno de los Estados de México que ha tenido poetas protagonistas de la poesía mexicana como son Oscar Oliva, Juan Bañuelos, Jaime Sabines, Eraclio Zepeda, Rosario Castellanos, entre otros; que no son sólo conocidos en México, sino en otras latitudes; además de ser influencia de las nuevas generaciones. En el caso de Oscar Oliva, su poesía anterior y actual es ejemplo y guía para muchos de nosotros. Creo que es el chiapaneco más protagonista de México, sigue escribiendo y participando en festivales nacionales e internacionales.
-¿Consideras que se escribe buena poesía actualmente, en comparación con las primeras décadas del siglo pasado?
No, la poesía es dialéctica y está en constante movimiento. La poesía se apega al tiempo y al entorno. Como decía Don Jaime Sabines “el poeta escribe de lo que mira. De lo que está a su alrededor” y efectivamente así es. Lo que vieron los poetas del siglo pasado no es lo mismo que vemos nosotros ahora. Los acontecimientos y hechos sociales son diferentes, han cambiado. Las necesidades del ser humano van evolucionando, así como su creatividad. Por lo tanto, pienso que no hay comparación. Sin embargo, hay poetas que se han distinguido porque su poesía a través del tiempo ha prevalecido, por ejemplo, poetas como Jorge Luis Borges, Idea Vilariño, Blanca Varela, José Emilio Pacheco, César Vallejo, José Carlos Becerra, Octavio Paz, Jaime Sabines, Rosario Castellanos, son poetas muy representativos del siglo pasado en México y que nos influenciaron para darle un nuevo camino a la poesía. Los poetas actuales son más conscientes de su entorno y como dije antes, se han dado cuenta que la poesía también es un medio de expresión social; le han dado frescura a los versos y un lenguaje más fluido sin tanto rebuscamiento que puede leerlo cualquiera. Con ellos la poesía tiene una nueva oportunidad entre los lectores. Y más con las nuevas tecnologías que te brindan todo tipo de acceso hacia ella. Entre esta nueva generación de chiapanecos hay algunos poetas que han hecho la diferencia: René Morales, Balam Rodrigo, Fernando Trejo y César Trujillo, por mencionar algunos. Se ha escrito buena poesía antes y ahora, no creo en las comparaciones.
-¿Cuáles son tus temas recurrentes? ¿Para quién escribes?
Escribo para todo el que quiera leerme, para mostrar nuestra realidad y despertar conciencias. No tengo tema recurrente. Soy consciente de lo que quiero escribir. Tengo un proceso creativo mediante el cual establezco un proyecto ya pensado. En 2010 hice el proyecto para trabajar por 10 años poesía testimonial y fue toda una experiencia. Viajé durante cinco años aproximadamente al centro del país y a la frontera sur de México, leí muchísimos libros de poesía, narrativa, crónica y periódicos, conocí y entrevisté mucha gente para escribir tres libros. Fue una gran aventura de la que me siento orgullosa y satisfecha porque pude visibilizar desde la voz de los actores, hechos y situaciones sociales de nuestro país, que pocos se atrevían a investigar y a escribir en esos años. Uno de esos libros ganó el fondo de publicaciones del Coneculta en 2020 y otro en 2019 el fondo de publicaciones de la editorial independiente Literatelia de Toluca, Estado de México.
-¿De qué manera influye la poesía en la vida cotidiana?
Influye de muchas maneras, una de ellas es cuando el autor transcribe en forma poética acontecimientos vividos al lector y toca sus fibras más sensibles. Acontecimientos de su vida cotidiana que de alguna forma tiene la necesidad de expresar, una emoción traumática o dolorosa que encuentra consuelo al reproducirlo, y al lector, de alguna u otra forma lo influye en su conducta o en su vida. Aunque no lo crean, la poesía tiene un lugar en la vida de las personas de forma creativa o emocional por medio del cual, si la descubre podrá darle cause a sus exaltaciones o despertar en él la moral o ética, y hacerlo una mejor persona.
-¿Cuál es tu sueño más ambicioso?
Tener un propósito en la vida que me permita lograr mis metas personales. Tener nuevas experiencias que aumenten mi creatividad para seguir escribiendo sobre temas que a mí me den satisfacción; sobre todo que mis textos despierten la moralidad en las personas y sean más humanas.
-¿En qué proyecto trabajas actualmente?
Bueno, después de darle diez años a la poesía testimonial y escribir sobre hechos sociales desde la voz de los actores, tomé un receso de unos meses antes de plantearme otro proyecto que hacía años ya había pensado y no encontraba la oportunidad para concretarlo. A finales de 2020, inicié ese nuevo poemario. Es un libro muy personal que versifica acontecimientos que leerán cuando salga a la luz. Consta de tres partes y una de esas partes fue seleccionada por una editorial de Argentina para ser publicada en este año 2023. Actualmente sigo trabajando en las otras dos partes, tal vez pueda publicarlo en 2024 si ya está listo.
Sus publicaciones más recientes son: Llorar como la lluvia (Editorial Ojo de Cuervo, El Salvador, 2023) y Ancestras (Editorial El Suri Porfiado, Argentina, 2023). Ha participado en antologías, festivales y ferias de libros nacionales e internacionales. Fue compiladora de la Antología de Poetas Chiapanecos, La piedra del fuego (Editorial Cultura, Secretaría de Cultura y Deportes de Guatemala).