Con el maravilloso título de CHAMANES ELÉCTRICOS EN LA FIESTA DEL SOL nos llega a México la nueva novela de Mónica Ojeda, escritora de Ecuador. A pesar de ser relativamente joven, Mónica ya lleva picando piedra desde hace unos años y se ha ganado cierto renombre, aunque todavía no el que merecería, y seguro alguno de ustedes recordara por lo menos una de sus dos novelas anteriores (NEFANDO en particular le gustó mucho a un servidor). En este nuevo libro, dos muchachas adolescentes se fugan de sus casas en Guayaquil, y de todos los problemas del mundo real, para poder asistir al Ruido Solar, un festival de música electrónica que dura ocho días y siete noches (imaginen Woodstock o Avándaro) y que ocurre cada año en uno de los muchos volcanes en la cordillera de los Andes, el Chimborazo. Un festival tipo Ibiza, pero en la cima del mundo, bajo la sombra de los cóndores andinos y lejos de cualquier atisbo de civilización. Mediante una prosa alucinógena, casi como si la novela trajera su papelito de LSD, todos los personajes, hasta los lectores mismos, nos volvemos chamanes eléctricos en este libro. Visionarios que mezclan y crean nuevos géneros de música ahí mismo improvisando en el momento, Rumbablues, Mambojazz, Bachatapop, Tecnocumbias (hechas con sonidos que sacan de las sondas de la NASA. Mezclan en sus canciones el viento de Marte, las tormentas en Júpiter, el pulso de las estrellas). Hay algunos que hacen flautas a partir del hueso hueco de una llama, una quena (instrumento de viento tradicional andino) a partir de las alas de un cóndor. Y todo esto es tan solo el comienzo.
En algún momento las muchachas comen hongos y se meten éxtasis y de repente la experiencia se convierte en un suceso casi místico, como la última presentación en vivo de Nina Simone en 1999, la “chamana sacerdotisa del jazz”. Resulta que el volcán tiene su propia voz, su propia música, su propia canción. A mitad de esta fiesta demencial, se suelta la lluvia y caen truenos y de repente una estampida de caballos ataca al público… ¿o acaso lo están imaginando todo? Uno de los caballos fuera de control tiene un ojo ciego, blanco como la luna, y cuando lo enfrenta la protagonista ella también se queda ciega de un ojo. Lo que es real y fantasía se mezcla. El tiempo y el espacio se extiende al infinito y el festival no parece acabar nunca.
Conforme avanza la historia descubrimos que la protagonista se encuentra ahí por otra razón. Cada año, en cada festival, hay varios participantes que ya no regresan nunca a sus hogares. Ahí se quedan, en los volcanes, hipnotizados por la música, por la sensación de libertad lejos de los problemas del mundo. Se cuentan todo tipo de leyendas sobre estas personas. Se dice que tienen orgias y las mujeres se embarazan con el esperma del volcán mismo. Se dice que viven la música los 365 días del año, hasta convertirse en la música misma. El padre de nuestra protagonista es una de estas personas, uno de los que jamás volvieron.
La estructura narrativa, además, es interesante. Cada personaje va narrando su propio capitulo. Excepto nuestra protagonista. Es decir, la conocemos únicamente gracias al testimonio de otros, por lo que nunca sabemos del todo sus verdaderos pensamientos o motivos. Entre todos estos capítulos hay una especie de interludios narrados por el padre de esta muchacha, que pacientemente está esperando el temido rencuentro con su hija y va recordando poco a poco la verdadera razón por qué la abandonó hace 10 años.
En resumen, este libro quizá no sea para todos, hay quienes prefieren que sus lecturas sean mas sencillas, mas “normales” (lo que sea que eso significa), y que solo desean algo para matar el rato mientras caen dormidos. Pero si ustedes prefieren algo distinto, algo que exige un poco más del lector, CHAMANES ELÉCTRICOS EN LA FIESTA DEL SOL puede ser justo lo que andan buscando.
Novela verdaderamente alucinante y que recomiendo encarecidamente a todo mundo.