RITA KRATSMAN
caminamos
y en eso consiste la ciudad el hecho
no es el sueño más dulce que cabe en un paisaje
el día habla y sucede
es más, hay quienes dicen que el planeta
está por terminar como si antes
tuviera que sucumbir muchas veces
mientras tanto debemos esperar
como se espera la voz del océano
cuando parlotea con los pájaros
sí, esta ciudad que alguna vez podía sorprender y donde
la música que oíamos fue más que música
yace ahora como la gran Sodoma bajo el miedo*
y la irrefrenable preocupación del poeta
por lograr una mirada que se opusiera
a una visión apocalíptica
sería la clave para entender un don lírico no
de obscenidad punzante
aunque algo siempre nos sorprende
cuando andamos por calles vacías
y un ratón pardo se cruza
*bajada en progresión
hasta las últimas consecuencias
en este estado la música no llega a producir encantamiento
o es enero el que abisma sus ritmos
De Cuerpos con música de fondo
¿qué le da a un instante
su apariencia de continuidad?
algunas nubes no reconocen su sombra
sutil estrategia de la luz, así cae
alguien dijo en tono sereno
que un destello se propague en forma transversal
no es bueno dejarse abatir
bajo el manto de un cielo limpio
para Arnaut Daniel –nadie sale del purgatorio ¿eh?– la poesía
está asociada a una verdad
il miglior fabbro
y ni un solo haz sobre la cabeza de un gallo
pero sabés bien
que dos o más notas producen un sonido eufónico
que autoriza la esperanza
y si aun en la trenza indiferente del musgo
no te siguen reconociendo por lo que sos
mostrarías tu nervio central
¿mentís acaso cuando le hablás a la caléndula
como si fuera un girasol?
del libro que tenés entre manos
no te olvides, el amor
consume más púrpura que el mar y
después de un tiempo cerrado como una ventana
todavía se piensa
en otra alternativa
De Faro meridional
INÉDITOS
¡atención! gente caminando
no existe el cansancio
las suelas gastadas
convierten en pétalos los pies:
llama fija en todas las esquinas
…el viento ruge en el saco de la Tierra
y peina el agua con juncos
ningún viento es del rey cantaba Pound
tosco paso de las bestias
cuando la ruta de la seda
enlazó continentes desde muy temprano
si entramos en subasta
que se lleven también el excremento
y bailen con las pulgas
hitos sin ardor expresivo es que
se puede decir más del silencio
que de un gesto furioso ¿quién ve algún ángel
balanceando los pies sobre una rama?
el aire recoge lo que resta de luz
y se vuelve a casa con los brazos nulos
en el caso de regar árboles
¿volverían lentamente las hojas
con el frufrú de sus vainas?
***
otra vez
¿tenés hambre?
entonces plantan soja
donde podaron bosques y hablan
de pueblos con santidad
sin estratos de cultura
pero nadie derriba el propio castillo
la simetría sólo germina en el desierto
al ritmo de huracanes
¿tenés sed?
el mercado sustenta la guerra
para asegurar el agua
desnuda procesión por las calles
con flores de hospital en las manos
es que alguien cayó a los pies de un gendarme
la vida es sagrada o
los sepulcros se preparan
demasiado pronto
Rita Kratsman (Buenos Aires). Es poeta y traduce poesía italiana. Publicaciones: Color y Sepia (Libros de Tierra Firme, 1998); El Cuaderno de Amanda, Señora Mariposa (Último Reino, 2005); Aria con Variaciones, (Último Reino, 2006); El Lugar (El Mono Armado 2010); Giverny, (El Jardín de las Delicias, 2013); Tornasol (El Jardín de las Delicias, 2015); Cuerpos con música de fondo (El Jardín de las Delicias, 2019); Faro meridional, (El Jardín de las Delicias, 2021). En traducción, Una hora existe, antología deFranco Fortini, poeta italiano de posguerra (Ediciones Dante Alighieri, 2007), trabajo introducido y seleccionado junto a Susana Anfossi y Andrea Calabró. Y Fare la Luna, antología bilingüe que reúne a diez autoras argentinas contemporáneas traducidas al italiano;(Ediciones aCapela, 2023).Coordina junto a Selva Dipasquale: La Infancia del Procedimiento, yEl Infinito Viajar: revista-blog en la que lleva adelantelas secciones; PostData, Cartas de amor y otros afectos, Banco de Cartasyblog de Traducción, El arte de una posibilidad.
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VALERIA PARISO
7
No hablar de la tristeza.
No cantarle.
Desarroparla.
Quitarle el agua.
Volverla un perro puro hueso.
Y luego,
atarla a un poste de luz en plena calle.
Sabernos malos.
Ser crueles con el pobre animal de la tristeza.
Dejarla.
Irnos: sin sombra, sin llanto, sin correa,
sin más remordimiento ni esperanza,
sentir cómo es un cuerpo que no pena,
qué tan liviana un alma sin recuerdos,
cómo se muere más cuando no duele.
(de “Triza”, Detodoslosmares, segunda edición 2022)
10
Donde el silencio encuentra
cómo cavar la piedra,
y se mete,
crepita y llora
igual que un pequeño huérfano
en la sala de fuego,
y se pregunta y no entiende,
se responde y no entiende,
le habla a Dios y no entiende,
en ese lugar
donde el silencio bajó los brazos
en actitud de entrega,
ahí,
justo ahí,
tu corazón.
(de “Triza”, Detodoslosmares, segunda edición 2022)
36
Ahora,
el olvido ordenará las cosas.
Todas las cosas que quedaron.
Y el gran amor,
el terrible, insoportable amor,
quedará quieto
hasta volverse piedra,
triza, polvo, nada,
un dato.
(de “Triza”, Detodoslosmares, segunda edición 2022)
25
Ha sido devuelto a la playa
el vestido que tiré al mar.
La trama del tul sostiene el agua
y forma cristales perfectos.
¿Has visto, alguna vez,
lo que hace el agua y el sol
sobre un tejido de tul?
Cientos de cuadrados retienen la luz.
El brillo aparece, desaparece,
aparece, desaparece.
Como el aire que existe, que nos falta.
Ningún vestido de novia
ha sido más inútil, más hermoso.
(en “El Castillo de Rouen”, que forma parte de “La Trilogía: Uva negra/ Mascarón de proa/ El Castillo de Rouen”, Ediciones AqL, segunda edición 2020).
3
Para mostrarme qué es trabajar con las palabras
pusieron un cuchillo adentro de mi boca.
Debí pronunciar el nombre de mi esposo
sin que el filo me cortara la lengua.
Dije: Habib.
No cayó ni una gota de sangre.
Desde ese día,
escribo poemas,
y los dejo en los contestadores telefónicos
de otras mujeres que respiran
con un cuchillo entre los dientes.
(de “Zarmina”, Editorial Mascarón de proa, 2020.
Este libro obtuvo el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes, categoría Poesía, 2019)
2
Tomo té.
En general, no uso saquitos.
Elijo las hojas o las hebras.
A veces, uso cáscaras secas
de naranjas,
varas finas de lemongrass.
Últimamente prefiero el té verde.
Dejo dos minutos las hojas trituradas
en el agua caliente antes de filtrarlo.
Dos minutos.
Cada vez que tomo
una taza de té
pienso que por fin
aprendí a esperar.
(de “Flores para no regar”, Ediciones AqL, 2021)
16
Ahí está Gunda con una vara de fresia entre los dientes,
corre por el jardín con una flor violeta,
muerde el tallo, se acuesta, le digo que las flores
no se muerden,
corre y no suelta la fresia,
Gunda es mucho más rápida que yo
sé que una parte de mí corre
con la ilusión de un cuerpo verdadero,
con la esperanza de los hijos que críe,
una parte de mí corre con una vara violeta
o con una vara blanca, y desafía el orden de lo absurdo,
mastica las normas, los mandatos familiares,
las falsas promesas de todos los gobiernos,
una parte de mí mastica los pétalos vacíos de la sombra,
los pétalos inmóviles del miedo,
espanta la quietud con las flores caídas,
es tan hermoso ver
las flores caídas sobre el césped,
Gunda las muerde, una parte de mí las muerde,
las dos mordemos la belleza, y la belleza se vuelva
una parte de algo que siendo bello,
que es bello de una forma,
más cercana.
(de “Final francés”, Ediciones AqL 2023)
20
Miro con insistencia los castaños nevados.
Hace mucho tiempo que los miro.
Ahora cae la nieve sobre las ramas y el patio.
Cae desordenada y majestuosa,
como caen los hechos que no esperamos.
Todo es movimiento, me digo,
es preciso atender a la naturaleza:
los castaños reciben la nieve
pero no hubieran podido anticiparla.
Esto es,
debe ocurrir lo mismo con ciertas decepciones.
Nadie puede la nieve antes de que empiece a caer.
Ni siquiera los castaños,
ni siquiera los pájaros más altos,
ni siquiera los mineros que saben todo
sobre los estallidos y los temblores
podrían haber visto la nieve
antes de que empezara a nevar.
¿Sabrán las monjas cómo se ven de tristes
con su ropa negra caminando sobre la nieve?
¿Acaso ve el ciervo la cuna del cazador?
Así aparecen gestos,
actos, omisiones asombrosas
desmoronándose sobre nosotros.
¿Lo hubiéramos podido prever?
Nieva.
Nieva porque hay cosas
que solo existen cuando caen.
(de “Final francés”, Ediciones AqL 2023)
Valeria Pariso (Muñiz, Provincia de Buenos Aires, 1970). Es poeta y abogada. Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes 2019, categoría Poesía. Tiene publicados los siguientes libros de poesía: “Cero sobre el nivel del mar” (2012), “Paula levanta la persiana” (2013), “Donde termina esta casa” (15), “Del otro lado de la noche” (2015), “Triza” (2017), “La Trilogía: Uva negra/Mascarón de proa/ El Castillo de Rouen” (2019), “Zarmina” (2020), “Flores para no regar” (2021), “Final francés” (2023).
Varios de sus poemas fueron traducidos al francés, al inglés, al portugués y al italiano. Participa en festivales nacionales e internacionales. Creó y coordinó el Ciclo de Poesía en Bella Vista entre 2014 y 2020. Dicta talleres y clínica de poesía. Administra el blog de difusión de poesía contemporánea https://laficciondelolvido.blogspot.com.ar
Su blog personal es https://tantotequeria.blogspot.com
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JUAN CARLOS MOISÉS
CAMPO NEVADOS EN LA ZONA
“La discusión comienza cuando Garaydice
que va a extrañar y que un hombredebe ser
siempre fiel a una región, a una zona.”
—Comparto, dice mi amigo Francisco.
—Ni soñando comparto, dice “Lescano”.
—Precisamente es en el sueño donde no hay
nada para discutir, digo discutiendo porque
siento que viene de muy adentro, de las
achuras, que tienen inconsciente freudiano.
—¿Ejemplo?, dice “Lescano”.
—Que yo también voy a extrañar todo esto
cuando me vaya al norte del país.
—¡Ejemplo!, dice “Lescano”.
—Dejo la “zona” pero me la llevo en sueños.
—¡Quiero ejemplo!, dice “Lescano”.
—Sobran: cuando sueño que camino
en los campos nevados, cuando sueño
que sueño que camino en los campos nevados,
cuando sueño que el sueño es uno nuevo
y es el mismo, una vez más, repetidamente,
cuando sueño que el sueño pasará,
hasta que sueño que no sueño,
que ya desperté en la mañana,
mientras camino en los campos soñados.
—Es un ejemplo, dice “Lescano”.
Juan José Saer, “Discusión sobre el término zona”, La mayor.
DOS CABALLOS SUELTOS EN LA RUTA
Dos caballos sueltos en la ruta
fueron llevados al corralón municipal.
Entraban y salían camiones y operarios.
En la confusión salieron los caballos,
porque el aire y los caminos no tienen dueño.
Tuvieron que hacerlos volver por la fuerza,
pero no entendían, no querían entender
la naturaleza de las normas oficiales,
se escaparon varias veces cuando alguien
se demoraba o se olvidaba de cerrar el portón.
Afuera estaba su lugar, donde estuvo siempre,
en un potrero o en el campo abierto
con el pasto crocante y el olor a lluvia.
Alguien tomó la decisión de alojarlos
en el patio de la comisaría donde hay autos
en custodia, autos accidentados o robados,
los llevaron de tiro entre varios,
con sogas y lazos alrededor del cogote
como a los condenados peligrosos.
Ahora los dos caballos asoman sus cabezas
en la reja del portón que da a la calle lateral,
miran entretenidos a la gente que pasa,
la gente que puede ir a donde quiera,
entrar y salir de donde quiera.
El de los caballos es un raro privilegio
que no tienen los presos en cuyas celdas
hay un ventanuco enrejado que da
a un mugriento patio interior.
—¿Y qué fue de ellos?
—¿De los caballos? Caballos hasta el fin.
BAJO UN FRUTAL
El Bosco, burlándose de la credibilidad humana,
pinta “Extracción de la piedra de la locura”,
y el serio “Goethe, aficionado a las piedras,
aunque nunca pudo probarlo, supuso que
Newton llevó la Ciencia por un mal camino”.
A la tarde me tiro a descansar bajo la sombra
de un frutal.No es natural decir pienso
lo que hago cuando lo hago, pero esto hago:
arranco una manzana de la rama, froto la cáscara
en la tela del pantalón y le hinco el diente,
degusto sin apuro, las semillas quedan girando
en la lengua, presiono, soplo, resbalan y saltan
lejos de la boca; antes que decir se van,
las semillas vuelven al lugar de donde vinieron.
Imagino cómo fue estar sentado bajo la sombra
de los frutales en el instante de caer a tierra
la manzana, no sé si habrá sido como el cazador
paciente que tiene a su presa en la mira,
ni cuántas veces fue necesario que ocurriera
ese hecho objetivamente posible para que su ojo
pensante viniera a cuestionarla certeza de las cosas.
Pasando de la reflexión a la euforia, humano
como nosotros, habrá levantado del suelo la misma
fruta para probar un bocado, y sin perder un minuto
habrá corrido a trabajar en los detalles.
Me pongo de pie bajo las ramas cargadas, levanto
una piedra y la tiro lejos, no miro dónde cae,
nadie siembra piedras, pero en algún lugar cae.
Con el mismo entusiasmovoy hacia las tareas
que aún quedan por hacer, masticando los restos
de manzana de nuestro árbol en apariencia inofensivo.
W. H. Auden, “Acción de Gracias”, Gracias, niebla.
HAMLET Y LA JAULA
Hamlet, Escena IV, Acto Tercero,
a Gertrudis, la Reina, su madre:
“…abrid la jaula sobre el techo de la casa
y haced que los pájaros se vuelen; y luego,
como el mono del cuento, colaos
en la jaula para probar la experiencia
y rompeos la nuca al caer”.
En la continuación concisa de la cita
recuerdo otras variaciones:
La visión surrealista de Alejandra Pizarnik,
“La jaula se ha vuelto pájaro”.
El pesimismo realista de MoacyrFelix,
“El gato se comió la jaula”.
El naturalismo idealista de Szymborska
y su jaula vacía.
Motivado por las referencias escribí una
versión desalentadora, sin techo, ni gato,
ni mono a la vista, “Una jaula con la puerta
abierta, un pájaro muerto adentro”.
Para que algo abierto cierre el poema
y tentar a los bien pensados, una nota al pie:
No hay que fiarse de las apariencias, todavía
convivimos con el fantasma del padre de Hamlet.
Alejandra Pizarnik, “El despertar”, Las aventuras perdidas; MoacyrFelix, “QuiaAbsurdumest”, Un poeta en laciudad y en el tiempo; WislawaZsymborska,“Alguien a quien observo desde hace tiempo”, Hasta aquí, póstumo.
BENTEVEO EN BLOOMSDAY
Hoy a la mañana vimos un benteveo
en el ciruelo, exactamente un siglo después
del Bloomsday (Leopoldo Bloom saliendo
de farra a emborracharse con cerveza negra
fuera de las páginas del Ulises,
las sombras de Jim y de Nora a su lado).
Acá nunca se vieron benteveos,
pero ahora que llegó el cambio climático
un benteveo es un acontecimiento.
Estaba incómodo en el lugar equivocado,
había perdido el sentido de la orientación
o algo le impedía volar como había llegado,
se lo veía exuberante, el plumaje amarillo,
la franja negra que le envuelve los ojos
y se continúa hasta el pico, una especie
de antifaz, los ojos escondidos en el negro,
en el copete otra franja negra rematando
la cabeza a la vez que matando el amarillo
luminoso: los verbos no son casuales
y a veces son necesarios para tensar
la cuerda entre la cosa y la lengua.
Lo dijo Ricardo Zelarayán, si la realidad
está en algún lugar está en el lenguaje.
Estaba atento el benteveo, vería en nosotros
una forma de amenaza, tenía dudas y al mismo
tiempo quería quedarse, tuvo paciencia
para decidirlo: de esa densidad incierta
que es un minuto o un segundo estamos hechos.
El benteveo se movió hacia el Oeste, volvió
a moverse hacia el Este, subió a tres ramas
distintas deteniéndose en cada una hasta llegar
a la copa desnuda del ciruelo, y después
se fue. No lo vimos más.
La duración de ese momento, como el soplo
de una epifanía, admite la descripción de un mundo
completo, donde sólo algunas veces
hay opciones para la excepción.
(16-6-2004)
Juan Carlos Moisés nació en Sarmiento, Chubut, en 1954. Entre 2014 y 2016 residió en San Francisco del Monte de Oro (San Luis) y en Buenos Aires. Vive en Salta desde 2017.
Publicó Poemas encontrados en un huevo (1977), Ese otro buen poema (1983), Querido mundo (1988), Animal teórico (2004), Museo de varias artes (2006), Palabras en juego (2006), Esta boca es nuestra (2009), El jugador de fútbol (2015), Conversación con el pez (Antología, 2017; 2021, PNL), El viento que hay acá afuera (2021).
Cuentos: Baile del artista rengo (2012), La velocidad de la infancia (2018).
Teatro: Desesperando (2007), Pintura viva, El tragaluz, La oscuridad (2013).
Dirigió el elenco Los comedidosmediante (1990/98), que representó a Chubut en las Fiestas Nacionales de Teatro1993, 1994 y 1997. El tragaluz, luego de ser premiada en la Fiesta Nacionalde Tucumán en 1994, se presentó en el Teatro Nacional Cervantes.
Museo de varias artes, 1er. Premio Poesía Fondo Nacional de las Artes, 2005. Bolitas negras, Premio Teatro en Patagonia, UBA, C.C. Ricardo Rojas, 2012. Conversación con el pez, Premio Destacado ALIJA 2018 y Premio Poesía Academia Argentina de Letras, trienio 2016/18.