Marcelo Dughetti
el eje jasper
y todo el barro de las ideas que será cultura
y la manera chueca de tomar el tenedor
o los niños en sus juegos crueles
la indiferencia de los turistas ante la sombra del ciego
todo ese faro al que miran nuestros barcos
nuestras redes para nombrar lo invisible
repletas de su pez de oro
el mismo que el alquimista aficionado
creaba en su casa colombiana
cien años atrás
porque es asi todos pasaremos a ser humus
recorridos por lombrices
quedará acaso la luz de los huesos
un femur humano puede soportar hasta nueve toneladas
pero ay del corazón que lee los diarios todos los días
el eje jasper
¿qué legaremos?
¿radioactividad?
¿cucarachas?
¿un atadito de discos compactos con canciones del mundo?
¿diccionarios en todos los idiomas del objeto, la cosa?
¿la cruz de una catedral que sobrevive a las inundaciones
marcando el justo lugar donde se quedo ciego dios?
¿la medialuna roja evanesciendo el mundo de los hombres de arena?
¿celulares de todos los tamaños numerosos como las cucarachas
con los que se podrá adoquinar la calle principal de cada ciudad
de la próxima edad media luego de los bombarderos?
el dibujo de una niña
-¿qué es hijita?
-un árbol grabado en la piedra
un árbol.
***
Mi madre corta sus senos
en proporciones perfectas
somos cuatro
mi madre nunca fue injusta
***
Viajo solo en el 14, va por la Mendoza,
trepando la mugre de los barrios en esta lluvia
No hay pasajeros, hoy es sábado.
Los perros cegados por las luces del colectivo
se dejan atropellar sin queja.
Llueve más.
De las casitas brota un humo vegetal que enmudece los árboles.
Hoy no arrojan piedras los balleneros,
es día sin escuela y para colmo llueve.
Llevo facturas y unos caramelos de menta para Brunella,ella me ama,soy su padre
No pude soportar la lluvia estando lejos,
viajando solo en el catorce, se aprende sobre fantasmas.
***
mi caballo por la lluvia
mi caballo por el cuerpo del amor en la lluvia
mi caballo por los juguetes olvidados que va enterrando la lluvia
mi caballo por las monedas de un peso en los bolsillos del ahorcado
mi caballo por el libro de tuñón que robe en las galerías del centro
mi caballo por los cuatro besos dos en cada mejilla de aquella muerta
mi caballo por el silbido de mi abuelo en la bicicleta a las cinco de la mañana
mi caballo por el primer y único poema que debería haber escrito
mi caballo por los niños que no tendré
los que he parido
y el aliento de la noche
humito del morro de un toro que en mitad del campo
y a merced de la lluvia
brama su estado de bestia transfigurada.
***
Nada
nada
es poesía
nada poseo
fuego del búfalo del amor
lo congelado es fuego
ramita seca yesca del olvido
en el desierto he sido una madre de pechos ciegos
Nada
nada
es poesía
nada poseo.
***
Alegato contra las torres
Los pájaros de tanto convivir con los edificios de altura se volverán crueles
Lo que habían aprendido en el vientre de los árboles será olvidado.
Polvo y ceniza
ni una sola canción
ni una sola semilla.
Soñé el sueño de Eliot soñé el final y el principio.
Soñé las casas del imperio y a los emperadores.
Sus siervos también soñé, el dolor de espalda.
La vista en los acantilados de la ruina y el fuego.
Venían guerras del fin del mundo materiales livianos
volando con la saliva densa en sus corazones.
La saliva de una cultura que agitaba pañuelos y
esperaba los trenes blindados en donde llegarían los muertos.
Ay los muertos, la ropa de los muertos, las larvas enloquecidas,
tanto que comer hoy 30 de junio y contando.
Aún hay niños en el mundo,
Aún hay niños en el mundo,
En la escuela del barrio un tirador abre la puerta
Todavía hay niños en el mundo,
Qué haremos con esos acuarios de fuego
donde sueña el asesino el caldo de las próximas víctimas.
El viento enmudeció desde la mañana
Antes de caer las bombas
Los elementos naturales se desviven por demostrar el brillo de todo.
Y las lenguas maternas entran en las orejas de los pilotos
Llamando al hijo que fueron
Repitiendo la frase ahogada
Todavía hay niños en el mundo,
hay niños en el mundo.
Marcelo Luis Dughetti (Villa María, Pcía. Córdoba, 1970). Es maestro de enseñanza primaria y Técnico Superior en Comunicación Social. Se desempeña como bibliotecario.
Libros de poesía: “Esa joroba de bronce” (Imago Mundi, 2003); “Donde cayó esta muerta” (Narvaja Editor, 2003. Premio Provincial de Letras); “El monte de los árboles sogueros” (Recovecos, 2007); “Los caballos de Isabel” (Recovecos, 2009); “Hospital” (Cartografías, 2012); “Sioux” (Pan Comido, 2013); “Fui a cuidar los árboles” (Llantodemudo, 2013); «Babuinos» (Dínamo Poético, 2014); “No sabrías escribir mi nombre” (Mascarón de proa, 2019); “Córtex” (LaTita editora, 2019); “Cuando muera mi padre” ((no) editorial, 2019 y Ediciones del Callejón, 2022); “Galgos del sol” (Eduvim, 2020) y “Vertebrar el cielo. Obra poética 2003-2023” (Apócrifa, 2023).
Publicó las plaquetas de poesía: “Los perros del loco Torriglia” (Pan Comido, 2009) y “Otras canciones” (Narvaja editor, 2018).
Compiló y prologó la antología “Voces de este río” (Eduvim, 2009).
En narrativa publicó el libro de cuentos ¨La bicicleta roja¨ (Editorial Eduvim).Y en Literatura infantil ¨Cuando nace un pajarito¨ (Editorial Eduvim).
Fue fundador de las revistas literarias La araña de Carbón y Arena. Sus trabajos han sido comentados en diferentes medios gráficos como Página 12, Revista Inrockuptibles, Diario de Poesía, Diario La Capital, Diario El ciudadano y Revista Alguien Llama, entre otras.
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Silvia Montenegro
Line Up
-¿Dónde está el placer?
-En la espera.
-¿Qué esperás?
-El borde.
-¿Cuál?
-El blanco, el sagrado, el espumoso.
-¿Se mueve?
-Es lo alto en movimiento.
-¿Qué hay en lo alto?
-El corazón.
-¿Qué mira el corazón desde la cima?
-Lo que de cerca no puede.
-¿Por ejemplo?
-La tierra luminosa.
Ella nada en el mar como una raya
Ella aplana el vientre,
luego lo infla.
Lista para sumergirse,
ella nada en la casa
ella nada en la calle
ella nada.
Tormenta
Tomamos un margarita cuando cae el primer rayo.
El mar parece infinito.
No hablamos.
No decimos el gris.
Bebemos la calma.
Esa rareza.
Canción
En su música me llevó a tocar lo que rompí
y con mi mano sana escribí lo roto.
Después me apretó como aprieta el amor
y nunca más nunca más
pude hablar.
Preguntas
¿Qué hago con lo que no está pero tiembla?
¿Qué hago cuando el punto en la pared
vira de perfume a pasos en la madrugada?
¿Siempre lo breve es insobornable?
El árbol de cerezos no tiene ni una sola flor.
¿Va a dejarme también?
¿Se irá con los muertos a dormir la muerte?
La noche es larga y te extraño.
¿Te sumo a todo lo perdido o sigo buscándote?
Así vamos los días.
El único milagro son los ojos del perro
que me mira con tus ojos.
Sed
Tomo una copa de vino y me animo a todo.
Podría
frotar el amor y quebrarlo.
Sacarme toda la ropa
en medio de la ciudad dormida.
Besar el aire.
Kilómetros y kilómetros de nada.
Desmenuzar flores de loto
dejarlas sin raíz
y el alivio.
Lanzarme desde un barranco
y en una calle de Oporto escuchar tu voz.
Tu voz,
todas las voces en un jardín seco.
Podría no tomar una copa de vino
y no animarme
a entrar a ningún callejón,
seres de la sed,
a ninguno.
Silvia Montenegro (La Plata, provincia de Buenos Aires, 1961). Reside en City Bell.
Egresada de la carrera de Odontología de la Universidad Nacional de La Plata.
Publicó Sobredosis de alma (Sudestada, 2001), El diablo pide más (Ediciones Último Reino, 2004; Premio Hespérides, 2004), Los príncipes oscuros (Último Reino, 2008), La Bruma( Poesía Barataria, 2014), El borde (Prueba de Galera 2019)
Participó en festivales de poesía en la Feria del libro de Buenos Aires, en el Festival Internacional de Poesía de Michoacán, México, en el Festival Internacional de Poesía de Trois Riviere, Quebec, Canadá, en Transpoesía, México 2013 y en Festival de Poesía Cuba 2014.
Su poesía integra antologías en Argentina, México, Perú, Alemania , Italia y Francia.
Una selección de sus poemas fue traducida al alemán y al francés y al italiano.
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Eduardo Espósito
TV COLOR (CUANDO LOS PÁJAROS SE VAN)
Con la huida de los últimos pájaros
la ciudad perfila su destino sombrío
Es mucho más cielo en apariencia
aunque se colme de ondas invisibles
de cables y de verbos
La sinfonía plumífera ha cesado
Las antenas
Como una acupuntura cósmica
pulsan la medida azul del aire
Un licor sonoro emborrachante
Va descendiendo en el declive de la noche
y el ruido y el pájaro inmolados juntos
se llevan secretos del quinto día creativo
para que en la atmósfera intrascendente
de algún living
los pichones del hombre
duerman un sueño eléctrico.
A Ray Bradbury
TAXIDERMISTA
Ella echaba sal en el rabo de los ángeles
Decía que así
Podían ser capturados vivos
disecados
conservados ad aeterum
Ella echaba sal en los rabos celestiales
justo antes del vuelo matinal de las palomas
que se llevaron un día de enero
bajo sus picos graves
de aves
(de ángeles).
A Damon Knight
PREMIOS CLARÍN
Escribo un poema en un grano de arroz
Es un haiku creo y sublime además
Lo pongo a cocinar a fuego lento
Las palabras se hinchan hasta pegotearse
Desbordado apago las hornallas
Sobredimensionado el grano sigue hirviendo
Quién sabe cuántos comerán de esta novela.
DESCUIDOS
Hay veces que la vida
descansa planchadita
en un cajón
Y en el apuro
en la confusión
no te la ponés
y salís a la calle
en mangas de camisa
y llega la noche
y refresca todo
a tu alrededor
y andás por ahí
sin saberlo
Muerto.
INFRA
Si el cielo es amar
y el infierno es odiar
por qué
esta pluma de carne
que soy
todavía insiste
en gravitar feliz
entre dos vientos
en la frontera difusa
que nos propone el Caos.
HUMO
Está escribiendo
el poema perfectito
el poema huero
por añadidura
ahí
parado sobre sus
propios pies
como un agua discutible
Está escribiendo
-pergeñando-
un poema de llanura
Su vaguedad es ley
acusa sino de impermeable
Un poema para terceros
todo silicio
todo anzuelo
todo humo.
INFORME DE LA SITUACIÓN
Amanece
El sexo y las visitas a mi madre
se han vuelto situaciones esporádicas
Una cuestión de puras ganas
y un alto porcentaje de inconsciencia
No puedo oler el mundo
en su primera oleada matinal
De los tres estigmas
que le atribuí al Cristo
el de los pies va desapareciendo
Continúo embarcado en la esperanza
que como gorgoritos
desde el suelo más pobre del planeta
insiste en sacudirme las modorras
No hay una sola casa pintada de amarillo
tampoco las ventanas
acaso alguna puerta
El sexo y las caricias en la espalda
se han vuelto clandestinos
Humanece.
CONDENA
Rey de los rincones
Príncipe
de los ángulos rectos
le propinaron
un último castigo
En un centro
sin bordes ni paredes
mirar la vida
hasta disiparse.
UN COLIBRÍ SE PREGUNTA
Esta mañana
un colibrí se apostó
en el aire bordeado
por el marco de la puerta
como un balón
que apenas traspasase
la línea de gol
Permaneció ahí unos segundos
observándome
vertiginoso
etéreo
casi viento
y acaso preguntándose
cómo yo con mi desmesurada
mole podía sobrevivir
a esta inercia tan humana
a este duelo de voluntades
con la actitud de un caracol.
Eduardo Espósito (Buenos Aires, 1956). Poeta. Gestor Cultural. Ha publicado: “El niño que jugaba a ser Rayo”, 1992; “Violín en bolsa”, 1995; “Una novia para King Kong”, 2005; “Quilombario”, 2008; “Las Puertas de Tannhäuser”, 2011; “Poesía Completa”, 2018; “Hartó”, 2018.
Participó en varias antologías, destacándose entre ellas Poesía en el subte, 1999. Italiani d’ Altrove, 2010. Antología Federal de Poesía, 2017.
Traducido parcialmente al inglés, italiano, árabe y bengalí.