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Janine Pommy, la poeta beat que vivió como ermitaña

Después de casarse con un pintor peruano sobrevino una tragedia

Por Redacción / Poetripiados | 11 marzo, 2021

Janine Pommy Vega fue una poeta estadounidense asociada a la generación beat. Su historia está marcada por los grandes autores de ese movimiento literario como Jack Kerouac, de quien leyó en 1958 la novela de El Camino (1957), cuando apenas cursaba la secundaria.

Por esas fechas la revista Time publicó un artículo que mencionaba el Cedar Tavern, lugar donde se reunían los poetas beats, y Janine fue acompañada de una amiga para ver si se encontraban con algún escritor famoso.

Tuvieron suerte, ya que se sentaron cerca de Gregory Corso, quien las invitó a un departamento para conocer al poeta y actor Peter Orlovsky, quien le leyó su «First Poem» (‘primer poema’), y después Corso le presentó a Allen Ginsberg.

En diciembre de 1962, Janine conoció al pintor peruano Fernando Vega, con quien se casó en Israel, y a partir de ahí adoptó el apellido del artista latinoamericano. Luego se fueron a vivir a París y conocieron muchos lugares de Europa, en uno de esos sitios, sucedió una tragedia que la marcaría para siempre. Su marido murió de una sobredosis de heroína, cuando ella apenas tenía 20 años.

Puedes leer: Gregory Corso, el beat que conoció a la poesía en la cárcel

Allen Ginsberg, Anne Waldman y Janine Pommy Vega en Praga, en 1990

Después regresó a Estados Unidos, se instaló un tiempo en Nueva York y tras unos meses se fue a radicar a San Francisco.

Su pasaporte

En 1968 la librería City Lights le publicó su primer poemario: Poemas a Fermando. Debido a que la muerte de su esposo le seguía doliendo en las entrañas, recurrió a la fuga geográfica en 1975 y se fue a vivir como ermitaña a un pueblo indígena de Bolivia, en el lago Titicaca, donde escribió Journal of a Hermit (Diario de una ermitaña, 1974) y Morning Passage (El pasaje de la mañana, 1976).

Puedes leer: Los blues de la procreación de Lawrence Ferlinghetti

Al aminorar la crisis emocional volvió a tierra estadounidense, donde fue pionera del movimiento feminista. Trabajó en varios programas educativos para ayudar a mujeres prisioneras. Durante más de un cuarto de siglo, fue directora de Incisions/Arts, una organización de escritores que trabajan con personas privadas de libertad, además impartió clases y cursos en cárceles.

Janine siguió recorriendo tierras lejanas, casi siempre de forma solitaria. Apareció en cientos de recitales y festivales literarios y un 23 de diciembre de 2010, falleció en su casa situada en el pueblo de Willow (a 10 kilómetros de Woodstock) donde vivía desde el 2006.

En Poetripiados la recordamos con los siguientes poemas:

POEMA CONTRA RECITALES INTERMINABLES MASIVOS DE POESÍA

Oh la tiranía de los poetas reunidos
que asedian oídos y los músculos del hombro
la cuchilla cruje en mi mandíbula y
la cabeza palpita.
Una pesada y turbia tortuosidad
nos arrea
y nos machaca con ello-

¡Oh los finos brazos alargados y los oídos bombardeados!

Tardo horas y horas en relajarme
/ manos firmes se crispan sobre el mantel
y bebo como no lo haría de otro modo
/ perturbada y pálida

Oh pagad vuestras deudas ante vosotros mismos
[tratadme
con prepotencia,
Poetas!
en silencio / los ángeles respiran.

Canción para César

César Vallejo, el puente de tu nariz,
me apoyo en un parapeto en Lima
y pienso en tu feroz e inflexible rostro
en París, en los años 30, tus pómulos
como terrazas de piedra en el pequeño parque

Está lloviznando. El ruido del tráfico
muere pasada medianoche
Un farol ilumina las páginas de
tu cuaderno. Estás sentado encorvado
el cuello levantado contra la lluvia
o contra la intromisión
instalado en los melancólicos peñascos
¿Quién puede ver tu ojo de halcón
penetrando las esquinas de la noche
llenas de amor y crimen?

En el gris amanecer estás ahí aún
escribiendo, incluso a pesar de la lluvia
Los surcos entre tus ojos
se fruncen en la distancia
Los trabajadores pasan con sus canastas
de almuerzo y ruidosa risa, no los ves
Tu esposa observa desde una ventana gris
cruzando la calle. Mira al ángel,
dice, el loco
que nunca vuelve a casa a dormir.

No cederás hasta que la mirada regrese
desde el horizonte hasta su punto de partida, y
aterrice como un pájaro en el alambrado.

Entonces cierras tu libro y caminas
hacia el vaporoso café.

AQUÍ ANTES DEL ALBA AZUL

Aquí antes del alba azul y en soledad
pienso en ti: vuelve a casa. La luna está llena sobre los edificios
matutinos. la sombra de la soledad yace en mi mano:
Vuelve a casa. En este altillo vacío de altas ventanas
las sombras se deslizan, y ha llegado gente;
Pienso en ti: en el temprano silencio entre nosotros que ES,
doblado profundamente en la noche y el pozo negro de las fuentes
aquí-dentro se ha puesto en marcha para que nos conozcamos ahí-dentro, y
nosotros ESTAMOS unidos por un sonido o un gesto;
más allá de la distancia, antes del tiempo, al pie del
bosque silencioso, veámonos aquí, te quiero.
Hay un fuego que crepita, me he despertado temprano
antes del alba-amor y cuánto hace que necesito
de ti todo lo que siento; no sé
dónde estás ni qué sucede, pero
es seguro que las estrellas del alba abandonarán su luz
en lugares desolados, y esto es sólo porque pienso en ti
a primera hora de la mañana, amor.

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