Atado al mástil de la realidad, soy una sombra,
provista de una identificación oficial imprecisa,
alineada para formar parte de un grupo y una masa anónima.
Células, cuerpo mutilado, expuesto, interioridad vacía,
diseñada, calculada, desechable, sin rumbo, sin verbo,
en una sala iluminada a media luz, con ficha técnica y comentario de obra.
Me fusiono con mi entorno. ¿Resignado? Estoy convencido de que formo parte de algo,
que proviene de un más allá, eterno, inexorable.
Es el espacio exterior, la materia oscura, algo que ni siquiera sé cómo deletrear
sin melancolía.
No hay confesión, medio grifo, medio pedo.
Lo veo: es una ficción descriptiva de mi circunstancia,
que involucra sumergirse en la impresión llamada realidad,
cambiándola desde qué orilla, qué centro.
En la mente todo lo convierte el curador
en una observación del manto que es un jorongo para un invierno cálido,
una primavera fría, el verano seco y el otoño sin hojas.
Las lilas, donde silban las vocales, las comisuras húmedas,
tartamudeo al escribir, no un nombre propio, sino una identidad espeluznante.
Tómalo con calma, algo se explica con una nada conceptual bien aprendida.
Axial, ajena a mi voluntad y vuelves al ritmo que tararea las notas
de una canción irregular, esdrújula, clítoris cómplice del índice,
huellas mutuas, perfumes mezclados, acentos que acortan
en otro periodo alargan la sensación y se va tejiendo el sentimiento a la intención,
una vieja conjetura psicológica, que tiene sentido si ahondamos
en la textura de la corteza del árbol comunicando lo de arriba con lo de abajo.
Termino por aceptar mi condición fractal
en el reloj de la vida con su hora y su minuto.
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Josué Ramírez. Poeta. Autor de más de una docena de libros publicados, entre ellos Hoyos negros, Tepozán, Ulises trivial y Multivers. Sus libros han sido reseñados, comentados o mencionados por Carlos Monsiváis, Christopher Domínguez Michael, Adolfo Castañón, Luis Jorge Boone, Julián Herbert, Javier Sicilia, Armando González Torres –entre otros–. Su obra, ha sido incluida en varias antologías de las que destacan: El turno y la transición, de Julio Ortega; Reversible Monuments, de Mónica de la Torre y Michael Wiegers; y en 359 Delicados (con filtro). Antología de la poesía actual en México, de Pedro Serrano y Carlos López Beltrán. Ha sido secretario de redacción de Textual y Viceversa; jefe del Departamento Editorial del Museo Carrillo Gil; jefe de redacción de El Laberinto Urbano; productor de la revista Letras Libres; editor de Saber Ver. Colaborador de Casa del Tiempo, El Semanario Cultural, La Gaceta del FCE, La Jornada Semanal, Letras Libres, Periódico de Poesía, y Sábado. Fundador y director de Ditoria (primera época, 1995-2000). Becario del FONCA, en su programa de apoyo a Jóvenes Creadores, 1990 y 1995. Miembro del SNCA, 2000-2006.