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Qué misterio se esconde entre el rojo y el negro

el alcohol permea mis sueños / mi piel bajo la lona / a la deriva me escurro / entre la demolición / sin importarme violines ni guitarras

Por Alexis Soto Ramírez / 12 de junio de 2024

El pescador

no soy oriundo de estos parajes
antes prefería las plazas
los odres al sol
las húmedas bodegas

el alcohol permea mis sueños
mi piel bajo la lona
a la deriva me escurro entre la demolición
sin importarme violines ni guitarras

qué misterio se esconde
entre el rojo y el negro
qué ventarrones sacuden
al cuerpo y su pecado
una sal antigua a la madera cala
un diluir de nudos revela
antojadizos emblemas

remolinos de hojas de viento
a los manantiales intocados
de la selva me llevan

el tránsito por el mar es mi castigo
mis noches se atragantan de estrellas
y la torpe lona roza mis costillas

será que el acto de huir carece de sustancia
que su ventaja se extinguía desde siempre
en los secretos dominios de la noria

será que yo no soy de estos parajes
que ni siquiera soy de donde recuerdo


Aldaba

de oscuros bordes bruñida
lagarta en el ojo azul
de su melancolía

sombra que anilla y alcanza
su potencial de luz
allá donde el fin incierto deja
un rastro menguante 

Luz

luz a punto de extinguirse
frente al impuro bosque

en otro tiempo luciérnaga
indómita eras
cerco pueril de los anhelos

por fin te deshaces
luz

tu destello no dura
lo que un pensamiento 

Ars acuática

el meticuloso redondeo de la piedra en su largo contacto con el agua la polaridad que con descaro su incivil sosiego atrabanca nos es difícil explicar cómo sucede tal atrabancamiento he traído del patio un sinnúmero de insectos atados a mi cuerpo extracto y condición de lo cimbreante puerta batiendo sus alas al encuentro de la madrugada y me pregunto qué flauta rimará su retroceso qué impulso los hará retractarse gesto sutil los que lucen sus sombreros bajo el agua

en su camisón se baña distraída la garza lustre reverberando en la región más luminosa relámpago cayendo sobre las aguas pero el relámpago no les permitía colorear su desesperación no nos vendía el verde del cilantro y en su insistencia el fervor de la caña quedaba irremediablemente incomprendido

familiares
juntas
las cañas podían derrotar a la plaga
por su cúspide preñada de insomnio
el ojo de la caña miraba sin argucia al infinito contraído torso tubular
sorbía celoso con unas ganas
como de pirotecnia china
en noche de año nuevo

pesqué una ameba en un charco que hundía sus colmillos en una luz quebrantada en este mismo charco pudimos ver al bardo ahogar sus ojos seco excremento debajo se retorcía de impaciencia la esperanza hombre de pocas lecturas me repetía yo mientras mis descompuestos ijares ahora tan solo simples láminas de estaño trituraban cápsulas de controversiales dudosos ingredientes 

El arte de enhebrar

por la calle veo pasar a los desorejados pantalones de siempre
a los que auscultan el aire para no escuchar el silencio atronador
que los impele
para no contemplar este barco senil
de locos en ayunas

tu sombrero no es un tiesto para flores
sino una ganzúa en medio de la presión
que ejercen los violines

en otra etapa del invierno vi una claridad
que parecía apaciguar a los pálidos refajos
así debemos vivir
entretanto la condición lo favorezca
lodo agua cieno
las cuatro cuerdas que al reventar
mostraron su valía

decid del lobo su tierno deslizar sobre la nieve
su proverbio callado sin ondas expansivas
hueco de sol entre la niebla

el invierno nos regalaba algo de salud
cuando agarrados de las manos
pudimos almorzar un bailarín
mareado por la bruma

en el atril verás tu sangre
ya está escrito
rasgos bordados en el corpiño de la huida
por el corsé de la noche resbalaban preciosas
botitas de livianos pasos

por qué no llegan a demoler las columnas
ni se escucha el jubiloso sonar de las trompetas
el arte de enhebrar una aguja nos promete el cielo

ruborosas
al silencioso fanal
se abren las palmeras

(Selección de poemas del libro El arte de enhebrar)

Alexis Soto Ramírez (La Habana, Cuba, 1967). Recibió, en su ciudad natal, el Premio Luis Rogelio Nogueras de poesía con Estados de calma (Ediciones Extramuros, 1993). Ha publicado, además, Turbios celajes intrincados(Ediciones Lenguaraz, 2016), Oscuro impostergable o la circunstancia de la hormiga (Ediciones Lenguaraz, 2016), La moda albana (Ediciones Lenguaraz, 2019), Por los eneros sórdidos (Ediciones La Mirada, 2021), y El arte de enhebrar (Ediciones La Mirada, 2023). Sus poemas han aparecido en diversas revistas literarias y antologías de Estados Unidos, México, Francia, España y Costa Rica. En el 2018 obtuvo el segundo lugar de poesía en el XXVII concurso literario del Instituto de Cultura Peruana de Miami. Su poemario La moda albana resultó finalista en el Premio Literario Internacional Independiente Orizzonte Atlantico, 2019. Actualmente reside en Catonsville, Maryland, EE.UU.

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