Francisco Morales es el poeta mayor de la literatura de Baja California, quien ha incursionado en la pintura los últimos años. Su lugar y fecha de nacimiento es un enigma. Algunos dicen que nació en Cananea, otros que en Tecate, o por el rumbo de Yécora, Sonora. Su edad es incalculable. Fue becario del FOECA, como creador con trayectoria, en 1994. Premio Estatal de Poesía Tecate con el libro Desencuentro del blues, de los amores y Premio Nacional de Poesía Tijuana, 1999, con el poemario San Isidro Zone.
-¿Qué cosa es la poesía?
La poesía es algo que está en todos lados si alguien la sabe leer, encontrar, descifrar. Si ese alguien no la sabe descifrar, no puede llegar a ella. Principalmente es una atmósfera; eso es la poesía.
-¿Me puedes poner un ejemplo de esa atmósfera?
Cualquier lugar en el desierto, en un baño solitario, una cantina, en la calle, en la cama, en el trópico; en todos lados el poeta puede encontrar la poesía, o la persona sensible, porque la poesía está en la música, está en el paisaje, en el corazón de ella, en el corazón de él; es la belleza, pero no tiene forma ni color ni cuerpo. No todos pueden percibirla y no se puede descifrar como una cosa, pero ahí está, ¿para?, ¿quién sabe?
-Fíjate que Luis Humberto Crosthwaite anda preguntando por qué los poetas son tan raros; parece que está escribiendo un libro con un personaje que es poeta.
Los poetas no son raros, es lo más común; lo que pasa es que él ha pensado que son raros. En ese caso, también los cuentistas son raros, y también los plomeros son raros, y los electricistas y los beisbolistas, y las muchachas de la cantina y las muchachas de la cocina. El raro es Luis Humberto, que estando metido en las palabras, en la literatura, se le hacen raros los poetas.
-(Risas)… Ok. ¿Crees que exista solidaridad entre los poetas?
No. Los poetas son egoístas, nomas piensan en ellos mismos, principalmente; pero hay muchos que sí son solidarios. Yo podría decir que Cesar Vallejo era solidario, pero no puedo decir lo mismo de Pablo Neruda.
-Una pregunta muy general, ¿por qué es tan complicada la vida, o no lo es?
Para todos, la vida es complicada porque pasan cosas, animales y personas, llegan y se van; pero además se encuentran, se comunican o se incomunican. Mas los avatares; por ejemplo, los ciclones, las inundaciones, los días enfadosos, las tardes de Hermosillo, los enfriamientos de Cananea, los amontonamientos en el DF, hacen que la vida sea fácil o difícil, y suponiendo eso, por más difícil que esté la vida, yo siempre hago lo posible por llegar a donde está ella, ¿y qué es ella?, es un amor. Y entiendo que ella me espera, que está de acuerdo en que yo vaya a ella, pero si ella no está de acuerdo, no voy, ella se lo pierde.
-No voy a preguntar quién es ella, porque no es prudente.
No, no vayas a preguntar.
-¿Los poetas nacen o se hacen?
Los poetas, como los trovadores, los cowboys, como los asesinos, nacen y luego se hacen. Es falso que nazcan los poetas, que sea algo de nacimiento, es falso.
-Yo pensaría que sí.
No. Alguien ha hecho creer a los demás que los poetas son seres extraordinarios, y son comunes y corrientes, son como todo mundo, pero se dedican a hacer poemas, o películas, o música; se dedican a trabajar con la belleza, son artistas, pero no son artesanos. Son como cualquier ser humano.
-¿Por qué crees que la gente no lee tanta poesía?
Porque no tuvo la cultura en la infancia de tomar los libros, y en las escuelas nunca les dieron los libros de poesía para que los leyeran y es asunto de interés, y les llama más la atención el Facebook, la moda, la calle, los chismes; por eso la gente no lee tanto, porque no tiene cultura, porque no le interesa la cultura de la palabra.
-¿Entonces es un problema de educación desde la infancia?
Sí. O si llegas a cierta claridad en la adolescencia, puedes empezar a leer y entender que es importante leer y que es precioso leer, y que es fascinante, y que no está de más leer, etc. Entiendes las bondades y todo lo que trae de bueno leer libros. En los libros está la belleza y la sabiduría de las mentes más claras de las diferentes épocas.
-¿Cuál fue el primer libro que leíste?
No recuerdo porque yo ya paso de los cuarenta, ya son demasiados años. Pero recuerdo la imagen de una golondrina de Oscar Wilde; yo he de haber tenido cuatro años.
-¿A dónde crees que vamos como humanidad?
Vamos avanzando hacia un punto que no conocemos, pero que nos imaginamos, donde este planeta está lleno de grandes ciudades, con grandes edificios, pero plenas de hambrientos o de gente muy pobre que tiene que trabajar doce horas al día para sobrevivir; entonces, viendo esas señales, diría que la palabra más adecuada para describirlo sería desastre, vamos hacia el desastre climático, político, moral, económico, vamos hacia el desastre. Es lo que los grandes dominantes de las masas han construido.
-¿Hay solución para evitar ese desastre?
Que la gente se eduque políticamente y eche abajo a los opresores, que son lo que tienen el poder.
-En cuanto a las editoriales, ¿por qué no se publica más poesía?
Porque a los dueños de las editoriales no les interesa nada más que el dinero; entonces si algún asunto produce ventas de equis tema, produce dinero y es lo que les interesa, para que su editorial sea la más importante, y luego hacer lo posible por adueñarse de otras editoriales. Es un hambre de poder y riqueza, y no les interesa publicar a poetas, o grandes dibujantes o grandes músicos, porque no hay una clientela educada para ir a comprar libros de poesía, no hay una juventud educada para ir a comprar libros de música, de arte en general; no están educados, no saben todo lo que encierra un libro, todo lo que les pueden dar las palabras, porque el cerebro de esas personas no tiene la capacidad para entender. Es gente que maneja doscientas palabras al mes, cuando son miles y miles las palabras en español o en inglés.
-¿Cómo te convertiste en pintor? ¿Cómo pasó?
Cuando tuve los pinceles y pinturas para jugar en una superficie, en una tabla, y cuando vi, con el apoyo de mi cerebro, que podía crear imágenes que me gustaran y sorprendieran, y por mi capacidad de abstracción; todo lo que pinto surge de una abstracción. Leo en una mancha lo que está ahí y la convierto en una pintura, ¿cómo diríamos?, en una figura.
-¿Comienzas a pintar a partir de un punto o una línea?
De una mancha, y dependiendo de lo que esté en esa mancha, hago la abstracción y pinto. Por eso nunca sé lo que voy a pintar, hasta que hago la mancha.
-Bueno, ahora que ya eres pintor y has expuesto en galerías importantes, ¿qué otra cosa te gustaría hacer?
Me gustaría lo que ha todo mundo, me gustaría cantar…
-Pero ya cantabas.
–Treinta años de maestro terminaron conmigo y mi voz es este cascajo que sale.
-Cantabas con Los Pajaritos, ¿no?
Sí, y cantaba solo también. Ya para los veinte años había compuesto cien canciones, música y letra.
-¿Y dónde están esas canciones?
En mi cerebro o en algún cuadernillo perdido por ahí.
-Hay que grabarlas antes de que se te olviden.
Sí, hay que grabarlas; por eso te digo que me gustaría cantar.
-¿Cómo sabes cuando un poema es bueno y cuando es malo?
Como cuando las señoras muy avezadas, muy buenas, ven, descubren en la textura de un bordado, de una tela, la textura, el entramado, el enredo, el tejido de las frases y las palabras. Un poema es bueno desde lo que dice hasta cómo está expresado, y en su musicalidad y en su ritmo; así que es una cosa bastante difícil lograr un buen poema, o lo que llamamos un poema, poque todo está muchas veces en la página, en la orografía de la página; nada más con echarles un vistazo, ya desde ahí el poema te esta llamando, sin leerlo, tan solo con verlo ya ves qué mancha deja en esa página en blanco. Es un tejido, una textura.
-¿Cuáles serían los requisitos para que un poema te conmueva?
Tiene que tener, a parte del lenguaje adecuado, un tema que me interese y tiene que estar musicalmente, rítmicamente armado.
-¿Y qué piensas de la rima?, la rima contra el verso libre.
La rima se puede usar, el verso libre también, nada más que no se debe abusar de la rima, debe contener la belleza y los conceptos, el mensaje, lo que quiere comunicar. El problema de las palabras y el fondo de ellas es la comunicación. El poema más bello que esté en un libro no servirá para nada si tú no tienes la sensibilidad para entender esas palabras, eso que dijo el creador del texto; tienes que tener sensibilidad y cultura; no que seas el gran sabio, o el gran filólogo o el gran estudioso de la lengua, no, solamente que tengas sensibilidad y que entiendas las palabras, que pueden ser las más sencillas, no las más elegantes ni las más rebuscadas.
-¿Y qué opinas de los concursos literarios?, ¿sirven de algo?
Sirven para que muchos poetas surjan, sean conocidos, y porque es una manera de comunicar. Porque el problema de nuestra civilización es la comunicación; no nos comunicamos, ya no hay nadie que converse; el ser humano de estos tiempos solamente utiliza monosílabos y casi gruñidos.
-¿Cómo las bestias?
Como seres inferiores que ya no alcanzan a decir algo; dicen “hola”, “¿cómo estás?”, “adiós”, “ya me voy”… Y ya, no les interesa decir más cosas porque están muy metidos en su indiferencia, en su ignorancia, en su insensibilidad; no les interesa comunicar la belleza que les está llegando de enfrente, de los lados; no les interesa comunicarla a otra persona, si es que la perciben. Ya no queremos conversar. Si conversamos muy seguido, utilizamos la ironía, el sarcasmo, la burla, ya no usamos la delicia de la conversación. Aquellos grupos humanos, familias, amigos, que tienen esa cosa de la conversación, son ricos. Se dicen cosas de su vida interior y de su vida exterior, se comunican. Y con eso descansan, se alimentan y se disfrutan.
-¿Qué es el mar para ti?, ¿cómo ha influido en tu vida? Ya tienes muchos años viviendo frente al mar.
Es mi compañero. Los últimos veintitantos años, ha sido mi compañero, porque mi casa está enfrente, CasaTata, donde yo vivo.
-¿Crees que los poetas mexicanos han influido en los escritores latinoamericanos?
Claro que sí, grandes poetas mexicanos han influido en todo el mundo, porque los poetas, cuando ya son ‘los poetas’, son únicos, y no importa que sea chino o japonés, come caca y no me des, o chilenos o veracruzanos.
-(Risas)… La poesía es un lenguaje universal.
Es un lenguaje universal en distintos idiomas.
-¿Cómo es un día ordinario en tu vida?
Me levanto antes de las 7am, miro el mar y los pelícanos, las gaviotas y las nubes; busco un café y tomo un ligero desayuno. Al mediodía, la comida, algo sencillo, y en la tarde o en la noche, la cena; pero entre todo eso, escribo, pinto cuadros, camino con los perros y resuelvo mis pequeños problemas de la vida cotidiana.
-¿Todos los días escribes?
No todos los días. Casi todos los días pinto.
-¿Cómo te describirías a ti mismo?
Como un solitario, como alguien que no tiene con quien conversar, alguien que no tiene a quien decir con la voz hablada; soñador; alguien que vive con la influencia de un montón de libros, autores, músicos, pintores; alguien a quien le encanta el cine y lo considera lo más maravilloso que hay. Alguien que no puede vivir sin la música, sin el amor, sin las mujeres; que quiere mucho a su familia, que está en la búsqueda siempre; que está abierto a recibir a la gente, para la amistad, para la creación, para el amor.
-¿Qué sueñas?
La libertad, la paz, la felicidad, el amor, aunque no existan.
Tiene publicados los libros de poesía: La muerte adentro, al lado… conmigo, (1985); Vasta, informal manera de decir Acteal, (2013); ¡Es el adiós, Johnny Weismuller!, (2015); Casa del viento, junto a la poeta Iliana Hernández, (2019); Rosarito Blues, (2020); entre muchos otros títulos, a lo largo de una trayectoria de más de cincuenta años en la literatura nacional.