Pancho Villa encuentra a su “David”
Una tarde cualquiera el general Pancho Villa pasó cabalgando con su regimiento por Jiquilpan, Michoacán, en donde se detuvo y saqueó varias casas, entre ellas la de una familia de músicos tradicionales, lo cual era un ocupación popular en el lugar. Tras retener un tiempo a la familia entera de 14 miembros para la causa de la Revolución, el general de la División del Norte “adoptó” a uno de los niños y liberó a la familia. Ese menor era Rafael Méndez.
El virtuoso muchacho (como David tallando su arpa para el rey Saúl) era el deleite del bravo general, puesto que el chico tocaba prodigiosamente la trompeta e interpretaba para Pancho Villa sus canciones favoritas en los momentos de ocio del líder revolucionario. El mismo Rafael Méndez, cuenta en entrevistas para medios estadounidenses, estuvo a punto de morir en la Revolución, pero no debido a una refriega contra el ejército enemigo, sino porque el pequeño Rafael intentó audicionar para una banda militar, y al enterarse Pancho Villa, lo mandó fusilar. Por suerte el general desistió y tiempo después lo liberó, según cuenta Alejandra Rosas Olvera en su libro Rafael Méndez, homenaje al trompetista mexicano.
De lavaplatos a estrella de Hollywood
Tras lograr su libertad el joven Rafael trabajó un tiempo de mariachi, luego emigró a Estados Unidos empleándose de lavaplatos, ahí halló un terreno fértil para desarrollar su carrera como instrumentista, la cual había sido iniciada por su padre, el también músico Maximino Méndez. En el país de las barras y las estrellas, Rafael logró escalar a los más altos niveles tocando en los teatros y estudios más importantes de Hollywood, firmando un jugoso contrato con la disquera Decca y Metro-Goldwyn Mayer. Incluso, en 1983, llegó a ser reconocido con una estrella en el Paseo de la Fama.
La vida de Rafael Méndez no fue nada fácil, pero tenía una voluntad indomable: en un ataque racista, al inicio de su carrera, lo golpearon con una puerta, por lo cual se abrió un agujero en la boca, pero tras cuatro años de terapias incluso llegó a tocar mejor que antes. Posteriormente, se fracturó la mandíbula, y otra vez se recuperó solo para tocar mejor. También padeció asma y no se doblegó jamás ante la enfermedad.
Cuatro minutos sin respirar
Dentro de sus más grandes hazañas musicales, está el haber logrado ejecutar en la trompeta, tras 5 años de profusos ensayos, la pieza Moto Perpetuo que Nicolo Paganini escribió originalmente para violín. Para lo cual necesitaba tocar por más de 4 minutos sin apenas respirar. ¿Esto lo iba a detener?, no: el músico mexicano inventó una técnica llamada Respiración Circular, con la cual podía respirar y tocar a la vez, con ayuda de otra técnica llamada Doble Lengua, con la combinación de ambas técnicas Rafael pudo lograr lo que parecía imposible: una interpretación perfecta de esa dificilísima pieza de Paganini en su trompeta.
El genial músico también compuso una pieza clásica para trompeta, su Scherzo en re menor, e interpretó a varios músicos clásicos, como Haydn, con su humilde instrumento, haciendo de la trompeta un instrumento de concierto. El maestro Rafael Méndez, murió en 1981 en Los Ángeles, abrazado a su trompeta en su estudio de grabación. Y en su tiempo fue considerado “El Heifetz de la trompeta” e incluso “el trompetista más grande del mundo” ah, y era mexicano.