Para Gerardo
I UN EX BEATLE BUSCANDO AYUDA DE SUS AMIGOS
Cuenta la historia que cierto día el músico Ravi Shankar se acercó a su amigo George Harrison para pedirle ayuda para los refugiados que habían dejado la guerra de liberación de Bangladesh. La gente se está muriendo de hambre, explicó alarmado Shankar.
La información llamó poderosamente la atención de Harrison, quien apenas unos meses antes había lanzado su disco triple “All Thing Must Pass”, un álbum lleno de espiritualidad.
A pesar de que los Beatles ya no existían, George tomó el teléfono para solicitar una pequeña ayuda a sus amigos. Finalmente, los amigos están para ayudarse, pensó Harrison. Fueron tres llamadas. La primera a Paul, a quien le explicó que sería un evento de gran magnitud, con diversos músicos invitados, mezcla de géneros y un lugar a la altura.
-¡Está asegurada la participación de Badfinger, Clapton y Dylan!- dijo Harrison.
-No lo sé, George. Tengo mis dudas. Es demasiado pronto para una reunión. Toda la prensa gritaría que los Beatles se han vuelto a reunir. Además, está el conflicto con Alan Klein…
-Lo entiendo, Paul. Gracias.
La segunda llamada fue a John, quien ya casi tenía listo su álbum “Imagine” (en el que había colaborado Harrison).
-¡John, es una oportunidad perfecta para empezar un movimiento por la paz!
-Claro, George, será sensacional nuevamente estar en el escenario. ¡Dile a los chicos que pueden contar conmigo y con Yoko!
-Lo siento John. La invitación es solo para ti.
-¡Oh, ¡qué lamentable que no entiendan que Yoko y yo somos una misma persona! Disculpa amigo, debo repensar tu propuesta. En todo caso yo me comunico contigo.
La tercera llamada fue a Ringo, quien se encontraba filmando una película en España.
-Me gustaría mucho que participaras. ¿Podrías cantar “It Don´t Come Easy”?
-Desde luego, George. Para esos están los amigos. ¡Cuenta conmigo!
El concierto se llevó a cabo el 1 de agosto de 1971 en el Madison Square Garden de Nueva York, con la participación de diversas estrellas del rock, Eric Clapton, Bob Dylan, Billy Preston, Leon Russell, Ringo Starr y Klauss Voorman, entre otros. Es considerado el primer gran acontecimiento benéfico, y ha servido de modelo para conciertos (Live Aid, por ejemplo) que se realizaron más adelante.
II CRONICA DEL CONCIERTO
El día del concierto el público asistente al Madison Square Garden estalló en emoción cuando George Harrison, traje blanco y camisa roja, apareció en escena para hacer una breve explicación sobre el objetivo del evento.
El primero en entrar al escenario fue Ravi Shankar, quien en compañía de tres músicos interpretó bellamente “Bangla Dhun”, una composición basada en el sitar, instrumento tradicional de la India y Pakistán, que generó una gran ovación y asombro por el virtuosismo de los intérpretes.
Acto seguido se presentó George, quien rodeado de sus amigos cantó “Wah-Wah”, “My Sweet Lord” y “Awaiting On You All”. El público en este momento coreaba efusivamente las canciones del exbeatle.
La tercera aparición de la tarde correspondió a Billy Preston que interpretó magistralmente “That’s the Way God Planned It”, una canción de tremendo sentimiento góspel, (“Así es como Dios lo planeó / así es como Dios quiere que sea”), donde Clapton contribuyó con los solos de guitarra. En esta parte del concierto, ya casi para terminar la canción, y para sorpresa de muchos, Preston hace a un lado su teclado y avanza al frente del escenario para bailar con mucho ritmo y sentimiento.
La siguiente canción fue “It Don´t Come Easy”, que levantó la ovación de los asistentes pues es un tema contagioso desde los primeros acordes (“Abre tu corazón y juntémonos / utiliza un poco de amor / y vamos hacerlo funcionar mejor”). La buena respuesta del público generó una sonrisa en la cara de Ringo .
Volvió George a escena para cantar “Beware the darkness”, una canción sobre sus preocupaciones espirituales, interpretada en compañía de Leon Russell. Después tocó “While my guitar gently weeps”, con solos en la guitarra de Eric Clapton, quien se notaba serio, algo extraviado, quizá estaba un poco drogado. Aquí es oportuno mencionar que la participación de Clapton se dio por invitación del mismo George, quien sabía que su amigo se encontraba en bancarrota emocional y espiritual, así que la invitación era una misión de rescate. Al respecto, Clapton afirmaría años más tarde: “… no poseo más que un recuerdo vago de todo aquello o del concierto en sí, el hecho es que estaba en otra parte y me sentía muy avergonzado (…) esa noche decepcioné a mucha gente, sobre todo a mí mismo”.
Inmediatamente después se escucharon los primeros acordes de “Jumpin’ Jack Flash”, una estupenda adaptación de Leon Russell al clásico de los Rolling Stones, que de forma interesante ligó al tema “Young blood”, cantada de manera energética y estremecedora.
Nuevamente se presentó en escena George Harrison para tocar, en compañía de la guitarra acústica de Peter Ham (Banfinger) “Here Comes the Sun”, una interpretación suave que buscaba tranquilizar al público y que preparaba el terreno para la presentación, después de varios años ausente de los escenarios, de Bob Dylan.
Y es entonces que se apagaron las luces y se escucharon los acordes de la guitarra de Dylan tocando “A Hard Rain’s Gonna Fall”, una canción poética, profunda, punzante, llena de imágenes (Encontré un niño pequeño junto a un pony muerto / encontré un hombre blanco que paseaba un perro negro/encontré una mujer joven cuyo cuerpo estaba ardiendo / encontré una chica que me dio un arcoíris/encontré a un hombre que estaba herido de amor/encontré a otro que estaba herido de odio / y es fuerte, es fuerte, es muy fuerte la lluvia que va a caer”).
Dylan, chamarra de mezclilla, melena alborotada, interpretó además “It takes a lot to laugh, it takes a train to cry”, “Blowin’in the wind”, “ Mr. Tambourine”, y “Just like a woman” (con George y Leon Russell en las segundas voces). Bob Dylan, dirán más tarde algunos, no mostró emoción alguna durante el concierto; para emociones, sus canciones. Su cara fue poco expresiva. Cantó una canción tras otra, con su estilo serio, concentrado, sin decir una sola palabra, sin expresar una sonrisa. A pesar de todo, su participación fue la más ovacionada y quedó impresa en la memoria de los que aman la música.
Ya para terminar el concierto se escucharon las notas de “Something”. A pesar de que George se tropezó con la letra (entró tarde a la entonación de la tercera estrofa) se le vio sonriente, contento, convencido del acierto de reunir a un puñado de músicos virtuosos para apoyar una noble causa. Una vez terminada la canción, Harrison dejó su guitarra, se despidió con un “muchas gracias”, tomó su saco y salió del escenario. Una larga ovación se escuchó, el publicó (de pie) no dejó de aplaudir.
Es entonces que George regresó para poner punto final al evento interpretando “Bangladesh”, la canción que compuso especialmente para el concierto, una melodía sencilla a la vez que estremecedora, una batería potente, un sax que penetra en los huesos del escucha, la voz de George desgarrándose:
Mi amigo vino a mí/con tristeza en su ojos / me dijo que quería ayuda / antes de que su país muera / Aunque no pude sentir el dolor / sabía que tenía que intentarlo / Ahora les estoy preguntando a todos / para ayudarnos a salvar algunas vidas / Bangladesh, donde tanta gente muere rápido / y seguro que parece un desastre / Nunca he visto tanta angustia / ahora ¿no prestarás tu mano y entenderás?/aliviar al pueblo de Bangladesh.
El Concierto para Bangladesh se publicó como álbum a finales de 1971. El largometraje, dirigido por Saul Swimmer, se estrenó en 1972 y fue reeditado en 2005 en formado DVD; actualmente se puede adquirir en diversas plataformas, como Amazon. Si se adquiere a través de music.apple los recursos que se obtienen benefician al Fondo George Harrison para UNICEF.
Del álbum en tan solo un año se comercializaron 3 millones de copias siendo número uno en Inglaterra y Estados Unidos. Del concierto se recaudaron 243,418 dólares y la película ha tenido grandes ingresos a partir de su estreno.