Sobre FOTOS de Judith Filc (Barnacle, 2022)
I. ESPACIO-TIEMPO
“Coleccionar fotografías es coleccionar el mundo”, frase de una ensayista sobre el arte visual que copó el siglo 20 (junto con el cine), y se convirtió en una inexorable actividad cotidiana en el 21. ¿Hay arte con pretensión de realismo? ¿Existe una realidad que podría ser apresada en cada uno de sus instantes?
Y en todo caso, ¿el coleccionismo sería la necesidad oculta de este texto de Judith Filc?
Pero ella no ha construido su poemario al modo fijo de una muestra de vitrina o un álbum familiar; este objeto no es estático.
Las fórmulas “perequianas” de tiempo y espacio nos permiten notar la arquitectura espacial de la autora para urdir una trama temporal en sus poemas. El tiempo en sí no se ajustaría a parámetros claros. Se trataría de expansión. Una continuidad inasible aun en el lenguaje pragmático de los relojes. En cambio, el espacio, con su materia y anti materia, sus llenos y vacíos, con sus objetos y las sensaciones provocadas, puede nutrir aquella otra noción carente de referencias precisas.
Y en este libro, cada vez, se recrea cierta percepción por la manera rítmica de la autora al nombrar los objetos. Como sucede en los siguientes versos que traccionan el tiempo: Cierra el cofre./ Espera con ansia/ la llegada de otras cajas.// Las nuevas cajas llenarán el cofre./ Cuando el cofre esté lleno/ habrá más cajas para contemplar./ Habrá más y más cajas para abrir.
En otro de los poemas, sobre el devenir del invierno, nuevamente, la exacta mención de distintos elementos de la naturaleza logran un efecto movedizo: El sol es una esfera remota./ Nada resguarda del frío./ El día se consume en sombras.// No hay huellas en la nieve espesa.
Captamos poéticamente el recorrido tardío de rayos lumínicos, desde el espacio exterior hasta la sensación helada de los cuerpos ubicados en este planeta. Junto con el crecimiento de las sombras que engullen al día. Y ese final sobre la imposibilidad de las huellas de algún caminante.
Las cosas se transforman y transcurren o se desajustan por delicadeza de la observación poética. De la misma forma, en la cercanía ínfima, la propia materia personal hace lugar al dolor físico: Dolor//El grito desaforado crece./ El cuerpo se impregna de él.// Se siente vibrar.// Vibra.//Vibra.
Hay una tipología de los espacios de la que los poemas se van apropiando. Algunos versos asépticos describen una zona de ¨convalecencia¨ de un cuerpo: Cuatro paredes rodean la cama./ Las paredes están selladas./ Un aire frío circula./ El ambiente es agradable. Para, en las siguientes estrofas, contrastar con la luminosidad vital procedente del afuera. El sol brilla en la ventana/ El cielo está vacío de nubes./ La mañana luminosa reconforta. Luego, la última estrofa produce extrañamiento a pesar de la descripción sencilla: Imagina un calor agradable/ calles transitadas/mesas de café bajo el sol. ¿Quién es el referente de ese “imagina”? ¿Es un juego especular en el que el ¨yo¨ se habla a sí mismo, o se trata de una indicación al interlocutor para seguir manteniendo distancia?
II. LA OBSERVADORA
Un “yo” observa, selecciona y obtura su mirada. Un “yo” se elide en los objetos. Versos cortos de sintaxis seca. Versos descriptivos de cosas, cuerpos humanos como cosas, órganos como personas, hasta el límite de des-subjetivarlas. En el poema “Vida” no hay un sujeto individualizado e integrado, las partes corporales obran autónomamente y deslindadas de la mirada. El corazón late/ La sangre circula y alimenta// Los órganos trabajan constantes./ Los cabellos encanecen.// La mirada está fija en el pasado.
Tampoco una fotógrafa suele aparecer en sus tomas, salvo que sea una selfie. Sucede que nada más lejos del ego, o del show narcisista, hay en el registro de este poemario. Huidora del sentimentalismo aunque no de la sensibilidad por el mundo. Atenta a sus sutilezas cambiantes. A la vibración del sonido grave de un salmo, o al olor cálido a especies esparciéndose. A la soledad de un cuerpo que otros observan. Al silencio “pandémico” de las calles con sus animales dispersos.
Al volver sobre nuestra lectura, se abren otras preguntas: quién detrás de la máquina que congela cada instante. Y para quiénes, esas fotografías, sus presas. El acto parsimonioso de fotografiar como el acto de la escritura.
Filc recrea atmósferas –apariencias– al citar aspectos de la realidad; con oficio de poeta subrepticia logra una atribución de sentimientos o emociones a lo que está retratando.
En “Beacon y Mineápolis” relativiza el aquí y el allá, conecta ambas locaciones a través de dos ruidos que ¨coinciden¨ en el lapsus. El golpe sobre las tablas de un hueso con el que juega un perro. Y otro golpe en el cemento de la caída de un cuerpo anónimo, por un disparo de un fusil. Dos hechos son parte de una misma imagen. La poesía obra por sinécdoque, por supresión, a través de un lenguaje paradojal.
“Fotos” construye una totalidad, más allá de la pluralidad implícita en el sustantivo del título. No son poemas desperdigados de sentido ni, simplemente, colocados por contigüidad. Así lo concluye, además, un poema ensayístico titulado ¨Distancia¨: Un espacio separa los cuerpos.// Los cuerpos ven lo que no ven./ Evocan fantasmas.// El espacio es inabarcable.
Allí, el rescate de lo fantasmagórico. Lo evocativo. El “yo” poético puede ser un imaginario, un “yo” social, un “yo” espectador de obras artísticas visuales o quien se lanza a la captura de las imágenes.
Y un “yo” que se vacía a sí mismo ha tomado conciencia del espacio inabarcable. O de los fragmentos de espacios dentro de otro mayor. En “Fotos”, Judith Filc trabaja la construcción de imágenes sensoriales en el distanciamiento. Y quien mira y quien es mirado están en el mismo vaivén espectral del poema.
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Judith Filc (Buenos Aires, 1962) Recibió el Doctorado en Literatura Comparada y Teoría literaria en la Universidad de Pennsylvania. Publicó, ente otros, los poemarios, Árboles (2024), Lo inesperado (2023), Año nuevo (2021), Lagos (2020), Vida en la tierra (2015), Resquicios (2010), El otro lado (1998) y Transducciones (1985). Administra el blog Word Creation / Crear con palabras, donde publica sus traducciones al inglés de poesía hispanoamericana.