La búsqueda de la felicidad es un anhelo humano universal. Según los filósofos estoicos, quienes predicaban la gestión de las emociones a través de la razón, la felicidad puede alcanzarse mediante algunos principios que han perdurado a lo largo del tiempo. Te presentamos cuatro cápsulas que puedes recetarte para cultivar una vida feliz, basadas en la filosofía estoica:
Primera cápsula: Conocer la dicotomía del control: Hay cosas —escribió Epicteto— que dependen de nosotros y cosas que no dependen de nosotros.
Según este principio, existen dos categorías de cosas en el mundo: aquellas que podemos controlar y aquellas que no podemos controlar. Debemos enfocarnos en reconocer la diferencia entre ambas y dirigir nuestros esfuerzos hacia aquello que está bajo nuestro control, como nuestros pensamientos, acciones y decisiones, así como no esforzarnos en tratar de cambiar aquellas que no podemos controlar como: las opiniones de los demás, el colapso del sistema financiero o la muerte.
Segunda cápsula: Saber qué está bajo nuestro control y qué no: No dejes que tu mente se preocupe —aconsejó Séneca— por cosas que están fuera del alcance de la elección.
Es fundamental comprender qué aspectos de nuestra vida están bajo nuestro control y cuáles escapan a nuestro poder. Podemos controlar nuestros propios pensamientos, acciones y decisiones, pero no podemos controlar las opiniones de los demás, el mal funcionamiento del sistema financiero o el advenimiento de fenómenos naturales como la lluvia o la muerte. Aceptando esta distinción, evitaremos frustraciones innecesarias y nos centraremos en los hechos en los que sí podemos influir.
Tercera cápsula: Enfocar el esfuerzo en lo que podemos controlar: No pierdas el tiempo —sentenció Marco Aurelio— en lamentos sobre lo que no está bajo tu control.
Es inútil invertir tiempo y energía en tratar de cambiar o resistirse a las circunstancias que escapan a nuestro control. En lugar de ello, debemos dirigir nuestro esfuerzo y atención hacia aquellas cosas que sí podemos controlar. Al hacerlo, podremos encontrar soluciones acertadas, aprendizaje y crecimiento personal, mismos que son ingredientes para una felicidad alcanzable y duradera.
Cuarta cápsula: Decidir nuestra actitud frente a las circunstancias: No tenemos el poder de elegir qué nos sucede —advirtió Epicteto—, pero sí podemos elegir nuestra reacción ante ello.
Aunque la mayoría de las cosas están fuera de nuestro control, todavía tenemos el poder de decidir nuestra postura frente a los hechos que no podemos cambiar. Podemos gestionar nuestros pensamientos y adoptar una perspectiva diferente para enfrentar las emociones que surgen de estos sucesos. A través de la disciplina estoica, es posible alcanzar un estado de ataraxia, la cual es un concepto estoico que se caracteriza por una postura de serenidad frente a los eventos que escapan a nuestro dominio.
Expuestos estos principios básicos, hay que saber que el estoicismo no busca suprimir las emociones, sino canalizarlas de una manera racional y constructiva. Esta filosofía se desarrolló en un contexto histórico similar al nuestro, caracterizado por crisis políticas, guerras y epidemias desatadas tras la muerte de Alejandro Magno (323 a.C). Ante el sufrimiento y la incertidumbre sobrevenidos tras estos hechos, los antiguos abandonaron la búsqueda de verdades eternas y etéreas y se volcaron a indagar respuestas útiles para sobrellevar su vida diaria. El estoicismo, junto con otras filosofías “soteriológicas” o de la salvación, como el hedonismo, el cinismo o el escepticismo, proporcionaron una guía práctica para procurar la felicidad en medio de la adversidad.
En conclusión, la felicidad según los estoicos es un objetivo práctico y alcanzable a través de estos cuatro principios fundamentales. Al aplicarlos en nuestra vida diaria, podemos cambiar nuestra perspectiva y encontrar la serenidad frente a los desafíos que no podemos controlar. Comienza ya y aprovecha el poder que tienes para decidir cómo reaccionar ante los desafíos que no puedes controlar, no importa cómo hallas manejado tu vida antes, ni la edad que tengas, porque como escribió Epicteto: «No puedes volver atrás y cambiar el principio, pero puedes comenzar desde donde estás y cambiar el final.» Emprende el camino hacia una vida más serena y feliz, utilizando estas cuatro cápsulas para la felicidad que un día también templaron el espíritu de de Epicteto, Marco Aurelio y Séneca.