1
El poeta sucumbe ante su creación: “Cuando miras largo tiempo dentro de un abismo, también este mira dentro de ti”, dice Nietzsche. El creador mira dentro del abismo de su creación, sin temer su mirada inmisericorde. El temor a la hoja en blanco pasa a ser temor al poema imperfecto, fallido, humano, demasiado humano.
Escribí un poema destruido, / todos corrieron a repararlo, nos confiesa Ferriol. El único poema perfecto es el que no se escribe.
2
En la poesía de Alejandro Ferriol se evidencia el afán de desmitificar la verdad, no la busca, ni entra en disquisiciones filosóficas acerca de su naturaleza relativa, dual o mística; la desnuda para tocar sus membranas, células muertas y secreciones corporales.
3
“Verdad es la versión que te acomode”, afirma el autor en uno de sus versos. No hay relativismo en la expresión, se trata de jerarquías sociales y/o existenciales a las cuales accede el poeta. Cada cual impone su verdad, la del creador es su obra. No le interesan los medios tonos, “los bellos hipócritas ni la “horrible ausencia» del amor. “Váyanse al carajo”, estalla.
4
Mediante la creación poética da a luz un universo, el único que el autor intuye, quizás no como totalmente verdadero, pero sí muy suyo.
Borrador de un poema diferente
Escribí un poema destruido,
todos corrieron a repararlo.
Le cambiaron cada uno de los órganos
hasta que sonara diferente.
Entonces escribí uno borracho.
Al principio parecía bueno,
luego fue sonando empalagoso y repetitivo.
El pobre terminó estrellado contra un poste.
Hice una poesía puta.
Era tan buena que la usaron hasta saciarse,
luego dijeron que era mala como un amor sin metralla.
Después de eso, huyó y se escondió en la luna.
Sin desanimarme, redacté un poema político.
Decía tantas mentiras que casi llega a presidente.
La gente lo amó,
pero lo borré porque casi los mata a todos.
Sin saber que hacer,
dejé que la hoja escribiera un poema.
Después de un rato lo vi, era mudo.
Se llamó silencio, y fue el que todos recitaron.
Euforias y pasiones
Te encontré el día que volví a mí.
Ahí estabas, con el pelo mojado por estrellas.
Apagaste mi infierno,
y supe que tus ojos le ponían orden a mis muertes.
Me las robaste todas, e hiciste una maraña de ganas,
vestidas de euforias y pasiones.
Cada suspiro creó un mundo,
y en poco tiempo danzaron cientos de galaxias empapadas de sudor.
Fundamos la felicidad, y esta se arropó con la eternidad de un par de vidas.
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Del poemario SMS
Enviado al 57834967
La espuma del mar atrae miradas.
Colecciona poemas,
se alienta de vanidad
y susurra cantos arrogantes.
Quien la ha probado,
sabe que es salada
como el agua ordinaria.
Luego de su aparición,
se esfuma bajo la ola.
De consuelo, presume
de haber sido blanca un día,
olvidando el tamaño del mar.
Enviado al 52945012
Verdad es la versión que te acomode.
Vida, suceso huérfano de muerte.
Tiempo, cálculo imparable.
Luna, el agujero grande en el cielo.
Luz, pérfilo violento en el espacio.
Tú, eres todo.
Enviado al 51858369
Discapacidad artística,
conciencia escrupulosa,
vergüenza de etiqueta,
cobardes alardosos,
decentes perfectos,
bellos hipócritas,
tu horrible ausencia,
todos,
váyanse al carajo.
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Alejandro Ferriol Arévalo (9 de julio 1994, La Habana, Cuba) Graduado en Tecnología de los Alimentos. Comenzó a escribir en el 2016, motivado por el imaginario que le acompaña de niño. Graduado del Curso Regular para la Formación de Escritores en el año 2017. Miembro fundador del Grupo Literario “Letra D´ Kmbio”. Además de incursionar en concursos literarios locales, donde obtuvo premios, ha sido jurado de eventos del mismo carácter. En el 2019 publica su primer libro, “Esquivando Meteoritos”. Ahora incursiona en la poesía con el título, SMS.