Poema 1
Como desbocados pájaros
que se buscan el pico
lentamente a ciegas,
nos sumergimos.
Tú, director de la orquesta,
me colocaste en pose de flamingo
y me dejaste quieta,
clavada en la humedad
candente,
con la estaca a media cruz
como se debe.
El instante del agua
se desvanece en la onda purísima
y se entreteje
con otras y con otras
hasta volverse el mapa circular
donde comienzo a ahogarme.
Poema 45
También nosotros hablamos de la rosa,
no de la rosa de los vientos
ni la celeste rosa de la aurora,
sino la rosa que abrimos
con nuestros cuerpos unidos en el agua,
en los pétalos del agua que yacen bocarriba,
bocabajo,
coloreando las ventanas del mundo.
La nuestra es una rosa de agua
y de cuerpos atados en secreto mientras alguien la sueña.
Es la rosa ciega de los ríos sin salida,
la rosa penetrada,
labrada,
imán de la hondonada,
oscurecida por el mosto de amor
con que se riegan los párpados nacientes,
la salada rosa de los labios abiertos
bajo el botón del ombligo.
Asómate ahora a tu jardín,
verás con cuánto ardor te mira.
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Ethel Krauze, poeta, ensayista, narradora y dramaturga. Ha colaborado en distintos medios impresos como Unomásuno, El Sol de México, El Universal y Excélsior…Poemas número 1 y 45 del libro Bajo el agua, “Práctica mortal”, Conaculta, 2002