Micawber es un empleado al que las cosas no le salen muy bien pero que mantiene su fe y esperanza en que “algo sucederá”; es además uno de los personajes de la novela “David Copperfield” de Charles Dickens, y es también el nombre que lleva una de las guitarras más emblemáticas en la historia del rock mundial.
En Poetripiados te contamos un poco de estos instrumentos que ahora son un ícono de la música.
Desde hace más de 30 años el guitarrista de la mítica banda inglesa Rolling Stones, Keith Richards, le imprime un sonido característico a la banda con una guitarra a la que nombró como el personaje de la novela del escritor Charles Dickens y que lleva afinada de un modo poco convencional. Se dice que la afinación en “Sol abierta” que usa Richards en su Micawber es lo que le ha dado ese sonido distinto a la banda y que potenció aún más eliminando la sexta cuerda. Es una Fender Telecaster fabricada en 1957 que llegó a manos de Richards luego que, estando grabando en Francia, alguien robara casi todos los instrumentos del grupo. Fue entonces que después de algunas modificaciones la Telecaster se volvió una de las guitarras preferidas del inglés y de las más famosas del rock.
En los años 70s Eric Clapton paseaba en Estados Unidos y entró a una tienda de guitarras viejas donde compró seis guitarras Fender Stratocaster por la risible cantidad de 200 dólares cada una. Luego que volvió a Inglaterra el músico regaló tres de ellas (una al integrante de la banda The Beatles, George Harrison) y con las otras tres fue tomando partes que le gustaban y armó una completamente nueva y diferente; así nació la famosa “Blackie” que ha sido inseparable de Clapton a pesar que muchas marcas han insistido en que use algunas con más tecnología. Desde 1973 que los dedos del compositor de “Tears in heaven” hicieron sonar por primera vez la Blackie, Eric Clapton explicó que cuando tocaba con alguna otra siempre pensaba que ella lo estaba esperando inquieta para volver a él. Luego de múltiples reparaciones la Blackie debió retirarse en 1980 siendo subastada para beneficiar a un centro de atención para adicciones recolectando la cantidad de 959 mil 500 dólares.
Era el año 1967 y en California se llevaría a cabo el Monterey Pop Festival con un elenco de lujo. Paul McCartney había pedido a los organizadores del festival que invitaran a un chico de raza negra que cautivaría al mundo. Así fue como comenzó el furor por Jimi Hendrix en esta parte del orbe cuando luego de salir del escenario la banda The Who, habiendo destrozado casi todos sus instrumentos, fue el turno de Hendrix que en el cierre de su presentación roció un líquido en la guitarra que estaba sobre el escenario y le prendió fuego, encloqueciendo a todos los asistentes que no olvidarían el nombre del chico que inmoló su guitarra. Era una Fender Stratocaster la que pasó a la historia y que fue recuperada por alguien del equipo y subastada después en más de 280 mil libras.