• Skip to primary navigation
  • Skip to main content
  • Skip to primary sidebar
  • Skip to footer
Poetripiados

Poetripiados

LETRAS Y MÚSICA PARA VOLAR

LETRAS Y MÚSICA PARA VOLAR

  • Gran Angular
  • Paradiso
  • Razón e Incertidumbre
  • Ruido Azul
  • Relatos
  • Por la libre
  • Zona Muerta
  • Muertos Saludables

Dos calaveras para los Carlos

Hoy celebramos a dos muertos que cambiaron las letras mexicanas

Por José Luis Domínguez | 2 noviembre, 2020

Calavera a Carlos Monsiváis

Estaba la Muerte un día
preparando su equipaje
con una consigna pía
de irse pronto de viaje.

En eso llegó Calaca
diciéndole en maridaje:
-Lo siento mucho, mi flaca,
no se para el engranaje
ya guarda tus envoltorios,
porque ya llegó Carlitos.
-¿Cuál de todos, cual de todos?
-El de Los Mil y Un Velorios.

-Queridísimo Monsiváis
hasta que por fin se me hizo
preguntarte ¿a dónde váis
con ese libro que quiso
enderezar los entuertos
que causa la especie humana
de esa región mexicana
que nos manda tantos muertos?

Y ya que crónicas hablamos
Carlitos, no nos quedemos,
súpitos como marranos
tirados en su chiquero,
comienza a escribir te pido
Los Mil y Un Garabatos.
-No puedo- contestó Carlos-
Extraño tanto a mis gatos.

Y en curiosa procesión
se les mira a los mininos
con Carlos a la cabeza
enseñándoles pininos
en el terreno del Hades,
la Muerte les hace guiños:
-Carlos, Carlos, no te enfades,
los gatos son como niños.

Es de gracia natural
ver alejarse a Carlitos,
entre maullido y maullido
que lanzan esqueletitos
de tan pequeño animal,
uno y otro, repetidos,
perdidos en el umbral
de los que yacen dormidos
entre lápidas marmóreas,
que la Muerte y la Calaca
celebran con estentóreas
carcajadas ñaca ñaca.

Y antes de que el hueso salga,
sobresalga como un alga
-¿Cómo nalga?- Como un alga,
¿a dónde váis que más valga,
Carlos, el de los velorios,
-¿Cómo que a dónde? ¿No sabes?
A dónde se dan jolgorios
y no tristezas ni enclaves.

-Pues que te vaya muy bién.
-No te me entusiasmes tanto,
acá te espero también,
en tierra de camposanto.

CALAVERA A CARLOS MONTEMAYOR

Esta noche, sí señor,
por toda la noche entera,
les canto la calavera
de Carlos Montemayor.

Fue poeta y narrador,
un excelente ensayista,
y sin perderle la pista
un brillante traductor.

Y dicen que hasta le hacía
de talante trovador
con esa voz que tenía
de un afinado tenor.

Y es que de tan afinado
le tuvo envidia la Muerte
y ahora su tanta suerte
la tiene de buen finado.

Indigenista rayano
desde su tierra natal
llevó su arte de humano
que le brotó de Parral,
a ese México profundo
con talento verdadero
de escribano tan sincero
de ese su “ombligo del mundo”.

Ahora en esa atalaya
de ese mundo de los muertos,
Montemayor ya se halla
con sus ojos muy abiertos,
empuñando su guitarra
para tocar la guajira
de esa Talaca que mira
al vate desde una parra.

Compartir

Leer +

elegía para un río desterrado de sí mismo: julia de burgos

Videos: Los músicos que también brillaron por destruir sus instrumentos

Lew Welch, el poeta que se adentró en un bosque y nunca regresó

VIDEOS: una bailarina con piernas de fuego

Estas guitarras tienen historias de película, por eso cuestan millones de dólares

Burroughs, la mala puntería de sus adicciones en un país con mucha impunidad

Primary Sidebar

Footer

nuestras redes sociales, síguenos

Directorio | Contactanos

Copyright © 2023 · Poetripiados.com