“No hay nada nuevo bajo el sol” dice La Biblia, el primer libro impreso. El gran cuentista argentino Jorge Luis Borges manifestaba del plagio que era “un homenaje”. La Real Academia de la Lengua informa que plagiar es “Copiar en los sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. A lo largo de la historia de la literatura se han registrado diversos casos en los que escritores son acusados de “tomar” como propias las palabras de alguien más, pero en muy pocos de ellos alguna de las partes ha tenido que responder ante un tribunal con algo más que una disculpa.
En Poetripiados te contamos cuáles fueron esas acusaciones en las que una u otra parte debieron desembolsar grandes cantidades de dinero.
Bryce y los 40 casos
El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique ocupó el centro de las miradas en el mundo literario cuando recibió el premio FIL 2012, que entrega la Feria del Libro de Guadalajara con una bolsa de 150 mil dólares. En una entrevista posterior al premio, Bryce dijo aseguró que no se trataba de un plagio, incluso agregó haber sido absuelto “en seis o siete casos”, pero esto contrasta con los otros 40 en los que ha sido encontrado culpable y de los cuales en 16 tuvo que pagar una cuantiosa multa. “Que se jodan”, declaró el autor refiriéndose a sus críticos de quienes aseguraba “quieren todos los premios”.
Dan Brown y su codigo
Después de la publicación de su libro “El código DaVinci” Dan Brown se convirtió en una figura famosa en el mundo de los libros, aceptado por unos y rechazado por otros como un verdadero autor. El estadounidense fue demandado por los escritores de un estudio llamado “The Holy Blood”, quienes abordan en su trabajo el tema de la representación del Santo Grial como la descendencia de Jesús y María Magdalena, tema principal en la obra de Brown. El escritor y la editorial se beneficiaron con la polémica que generó su libro, pero además debieron pagarle 900 mil euros para resarcir el daño luego que el fallo por la acusación de plagio lo declarara inocente.
Pérez Reverte y el guión sospechoso
No es precisamente el escritor en lengua española más querido, pero algunas de sus obras han logrado colocarlo en un lugar especial entre los “consagrados” de la literatura actual. Arturo Pérez-Reverte ha escrito novelas como “La Reina del Sur”, que ha logrado ventas millonarias y sus libros son publicados en Alfaguara, la editorial más importante de habla hispana. En 2011 tuvo que desembolsar más de 212 mil euros a favor del cineasta español Antonio González-Virgil, quien lo acusó de plagiar “Capitán Alatriste” con un guión que tituló “Gitana” y que entregó a un productor que rechazó la grabación del mismo, pero que cuatro años después recibió de manos de una amiga actriz, bajo el nombre de “Gitano”, un texto con demasiadas coincidencias al suyo.
El arte es subjetivo y bajo esa premisa decenas de escritores famosos lograron zafarse de algún juicio; para otros fue suficiente una disculpa por no “citar” sus fuentes para salir bien librado; otros más se limitan a incluir en las reglas del juego la frase que lo perdona todo “el que esté libre de plagio que arroje la primera influencia”.