los bisontes se acabarán antes que el vino y ninguno morirá borracho
estábamos en el foxhead planeando dónde comer cuando nos avisaron que lo mejor era salir del pueblo porque se iba a llenar de periodistas y la fiesta de celebración se desarrollaría entre puros íntimos: entonces me subí al coche de michael y nos fuimos a davenport escuchando a gram parsons: el reflejo del sol en la carretera brillaba como pepitas de oro y el horizonte era una manada de espejismos que cruzaban la pradera como búfalos dejando una nube de polvo: llegamos y la reunión de íntimos era numerosa y estaba nutrida de académicos de diversa índole: estaban los académicos matrimoniados junto a académicos divorciados y académicos solitarios al lado de agentes y prefectos y coordinadores y jefes de área: más allá algunos estudiantes rondando la comida de la mesa de centro y muchos más en la barra de las bebidas como caballos amarrados al corral: al entrar servían vino y/o cerveza: no conocía a nadie mas que a michael y me la pasé disfrutando y saludando a los asistentes con esa familiaridad que te ofrece el comer y beber sin pagar: hasta hice amigos cuando me entretuve con el pan y el cordero embarrándole tzatziqui o una ensalada de perejil: conocí personas de varias nacionalidades pellizcando el racimo de las uvas: ay qué delicia este pay de calabaza -gritó alguien a lo lejos-: noté que todos felicitaban a un tipo muy contento: una fila humana que desordenadamente se acercaba a él y lo abrazaban efusivamente: uno tras otro abrazo grito celebración trago de vino carcajada felicidad ilimitada y fue que sin buscarlo quedé frente a frente con ese señor y aproveché para felicitarlo y agradecerle la invitación a su fiesta: también lo presenté con michael: él se rió: nos dijo que no había organizado la fiesta y que el evento también lo había tomado por sorpresa:
acabo de ganar un premio –nos dijo-
oh qué bien –exclamé-
cuál –pregunté-
el nobel -respondió-
oh -exclamó honestamente michael-
salud –le dije ocultando mi sorpresa- y chocamos nuestras copas
y lo volví a abrazar
: esa vez fue la primera que escuché el nombre de orham pamuk
(del libro: uno de tantos 5 to 9 catering en el aburrido mundo del midwest 2006)