Jack Kerouac era un apasionado del beisbol que creció en Massachusetts y un fanático de los Red Sox. Su amor por los Medias Rojas fue tanto que cuando fue a ver un partido en el Fenway Park comenzó su propia liga imaginaria.
Este escritor nacido en Lowell, Massachusettts, en 1922, fue pionero de la Generación Beat junto con sus amigos William S. Burroughs y Allen Ginsberg. Se le conoce por producir un quiebre en la literatura estadounidense, letras que en su tiempo fueron incomprendidas y rechazadas no sólo por las editoriales, sino por críticos.
Se hizo famoso por su novela En el camino, que puedes leer haciendo click aquí, escrita entre el 2 y 22 de abril de 1951, y mecanografiada sin márgenes ni párrafos diferenciados en un largo rollo de papel al que simplemente llamaba el rollo.
Aunque existe una leyenda literaria, sobre la utilización de drogas y alcohol mientras desarrollaba la novela, el autor aseguró que lo único que usó fueron altas dosis de cafeína.
Aquí te presentamos algunos detalles de su vida y obra que quizá no conoces.
Su torneo imaginario

Escribió durante su adolescencia una novela corta de beisbol, llamada Raw Rookie Nerves. La imaginación desbordada que tenía desde la niñez, lo llevó a inventar una serie muy completa de estadísticas en la que también tenía perfiles de cada uno de sus jugadores. Hizo reportajes y crónicas sobre juegos que únicamente existían en su cabeza y para eso ordenó todo en un archivero de tarjetas y cuadernos de colores.
2. Inspiró a The Doors

Tuvo una gran influencia en otros autores y en otras disciplinas artísticas, como en la música. Ray Manzarek, teclista de The Doors, supuso que sin Jack Kerouac, The Doors no hubieran existido.
3. Medio conservador

A pesar de cómo llevaba su vida marcada por los excesos, era un conservador, católico y no sentía mucha simpatía por la onda de los hippies. En una fiesta alguien le colocó, a modo de capa, una bandera de Estados Unidos y él la recogió, la doblo cuidadosamente y la guardó.
4. El borracho del pueblo

Sus últimos años fueron como lo de cualquier otro alcohólico, tristes y en la calle. Sus amigos recuerdan que empezó a beber un vino que era muy barato, utilizado por aquellos que se encuentran en la última etapa de la enfermedad, y que en las últimas comunidades donde vivió siempre fue conocido como el borracho del pueblo
5. A pagar facturas

Desgraciadamente la vida cobra facturas y éstas llegaron cuando el escritor contaba sólo con 47 años de edad. Dejó este mundo mientras tenía entre las manos un bolígrafo y un cuaderno. No sólo fue el alcoholismo sino los estragos de los golpes, primero durante su carrera deportiva, ya que en el futbol americano que practicó de joven solía tener lesiones, sino durante la edad adulta en la que a menudo peleaba en bares. Algunos estudios indican que incluso la depresión del escritor pudo haber sido potenciada por un daño cerebral que es muy común entre los boxeadores.
6. La novela sin censura

En agosto de 2007 se publicó una edición sin censurar de la novela en conmemoración del 50 aniversario de su publicación original. En ella se incluyeron partes que fueron consideradas inadecuadas cuando fue editada por primera vez y se sustituyen los pseudónimos que utilizó Kerouac por los nombres reales de los personajes.
A continuación te compartimos algunos de sus poemas:
El último hotel
Yo puedo ver la pared negra
Yo puedo ver la silueta en la ventana
Él está hablando
Yo no estoy interesado en lo que dice
Sólo me interesa el hecho de que éste es
el último hotel
El último hotel
Fantasmas en mi cama
Hombres lascivos de los que me aproveché
El último hotel
Cómo meditar
—luces fuera—
caída, manos unidas, hacia instantáneo
éxtasis como una vacuna de heroína o morfina,
la glándula interior de mi cerebro descargando
el buen fluido alegre (Fluido Sagrado) mientras
me bajo y sostengo todas las partes de mi cuerpo
hacia un trance de inactividad —Curando
todas mis enfermedades —borrándolo todo —ni
siquiera un fragmento de un “Espero que tú” o un
lunático globo quede dentro, sólo la mente
en blanco, serena, sin pensamiento. Cuando un pensamiento
brota a resortes desde lejos con su manifiesta
presencia de imagen, lo soplas lejos,
la espantas, la pretendes, y
se desvanece, y el pensamiento nunca vuelve —y
con alegría comprendes por primera vez
“Pensar es justo lo mismo que no pensar-
Así que no tengo que pensar
nada
más”
A cualquier lugar a donde vaya
A cualquier lugar a donde vaya
arboles iluminados
luces de la calle brillando en la oscuridad
Quiero correr hacia los transeúntes y besarlos
pero hay demasiado ruido
los hombres se matan unos con otros
Estoy enfermo y cansado de ver caras tristes
paren esa maldita máquina
todos son Dios y santos
una espiga me desgarra la garganta
Huelo la fragancia de una rosa,
donde quiera que vaya hay belleza
Sólo las cosas raras crean
Cuando el amor crea,
cuando la sensibilidad crea,
es el más grande de todos los sonidos
Cuando un hombre y una mujer crean, un bebé nace
Cuando el miedo crea, nace el odio
Cuando la soledad crea, nace la desesperación
Cuando los negocios crean, nace la exageración
Cuando galerías de arte crean, nace el dinero
Los cementerios no crean
Los museos no crean
Los hospitales no crean
Las prisiones no crean
El poder no crea
Sólo el amor crea
y es lo más raro de todo
A mi abuelo
Louis Silver Lipinsky
Te sentabas en tu habitación
en medio de las torres de la ciudad
y leías tus libros de hebreo
absorbiendo siglos de sabiduría
y cantos sagrados.
Mechones blancos cubrían tu cabello de vejez.
Cuando caminabas por las calles
los chicos te seguían.
Les contabas cuentos de hadas
y sus ojos brillaban
sueños del país de las maravillas.