Yuleisy Cruz Lezcano, nació en la isla de Cuba el 13 marzo de 1973. Vive en Marzabotto, Bolonia, Italia, a donde emigró a la edad de 18 años. Estudió Ciencias Enfermerísticas y Obstetricia en la Universidad de Bolonia. Además, un segundo título en Ciencias Biológicas. Trabaja en la salud pública.
En 2023 obtuvo mención de honor en el Premio Literario Internacional Il Convivio, y el Gran Premio del Jurado Ossi di seppia. Fue jurado del Premio Literario Nacional Inéditos de Escritura Artebellariva, del premio Nabokov y del premio Napoli Cultural Classic. Colabora en diversas revistas literarias españolas e hispanoamericanas, donde publica artículos propios y traducciones de autores italianos, para difundir y dar a conocer la poesía italiana en el extranjero.
Su poesía está presente en distintas antologías, en revistas italianas y revistas internacionales. Ha sido traducida a distintos idiomas.
-¿Qué es la poesía?
Quizás la poesía sea una lluvia fertilizante, quizás sea la palabra que sigue la memoria del sonido, la de los olores, la del tacto, la de las imágenes. Tal vez sea como la hoja que se pisa y que quiere quedarse en el zapato, o a lo mejor está hecha de recuerdos anudados a bolsas de camino o a ecos de todas las épocas pasadas, murmullos interminables que visten los pensamientos, voces y música. Puede ser que la poesía sea un descuido que se abre en la mente, o un soplo que vuela y adivina el silencio. Puede ser que sea una vivencia que acompaña una pausa y reconstruye la palabra que se deja guiar por el misterio.
-¿Cómo fueron tus primeros años en Cuba y por qué elegiste Italia para vivir?
Salí de Cuba en el año 1992. Quería salir de Cuba porque la isla me estaba estrecha, me gustaba viajar, conocer cosas nuevas, nuevas realidades. Una isla como Cuba suele ser una realidad tremenda: críptica, misteriosa, carismática y ambivalente. Cuba está rodeada de paradojas. A la tierra firme parece oponerse la no firme. Dentro de Cuba viví muchas necesidades y contradicciones. De todas formas, creo que la experiencia de la insularidad me ha llevado a irme y regresar muchas veces.
-¿Cómo ha influido tu origen cubano en tu poesía, especialmente después de vivir en Italia durante tanto tiempo?
Llevo conmigo la sustancia de mi isla, la experiencia de la insularidad, que deja siempre en mis poemas huellas de nostalgia. No hay cielos que restaure el dolor por lo que se deja, la diáspora que parece condenarme se hace viva pocas veces y ya no tiene el rostro de la de una herida.
Aquí en Italia no he perdido mis orígenes, pero he cambiado mi destino y en la ventana que llevo sobre los hombros existe un pasado que ya no me trae el olor de casa. Mi casa es esta, donde he aprendido a vivir de nuevo.
-¿A quiénes lees y cuáles son tus principales influencias poéticas?
He sido siempre una lectora voraz, amo los libros de filosofía y los libros de buena poesía. Como poeta adoro a Rainer Maria Rilke, quien tiene mucho de filósofo. Un libro entre muchos que recuerdo es Confesiones de una máscara, de Yukio Mishima, un autor que adoraba el cuerpo y lo consideraba como la máxima expresión del placer y del dolor humano. Los poetas que más me han motivado son Hermann Hesse, Friedrich Hölderlin, Lezama Lima, Jorge Luis Borges, Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik y César Vallejo.
-¿Cómo describirías tu estilo poético?
Me he siempre preguntado si tengo yo un estilo, si se me puede considerar una escritora con un estilo. Sinceramente, lo que me interesa es penetrar en el misterio que nos rodea. No sé si lo he logrado con o sin estilo, pero lo cierto es que uno de los escritores que me son más caros decía que el triunfo del estilo es no tenerlo. Yo no sé si tengo un estilo; tal vez el mío sea fragmentado, pero en definitiva trato de tocar sus pedazos, buscando siempre nuevos recursos expresivos y estudiando.
-¿Crees que el bilingüismo ha enriquecido tu proceso creativo y tu visión del mundo?
Yo creo que exista ya un bilingüismo inmanente en la poesía, que la poesía implique constitutivamente una diglosia. Y que, de manera más general, hay un bilingüismo interno a cada lengua, que define su vida y su incesante muerte.
El bilingüismo sí, cierto que ha enriquecido mi proceso creativo, antes de todo he llenado mis oídos de palabras y mis ojos de asombro y solo después he podido jugar con las imágenes, llenarlas de colores nuevos y sobre todo he mejorado mi flexibilidad mental. A veces creo que existan dos personas en mí, porque me siento una persona distinta a segunda la lengua que hablo.
El español es mi lengua, la lengua en la que crecí y me eduqué, la lengua del cariño. Pero el italiano es el idioma de una vida que elegí y construí por mí misma.
-¿Qué temas te interesa explorar en tu poesía y por qué?
La nueva intención poética es explorar la belleza dolorosa, lo que sienten los derrotados, los caídos, los culpables, aquellos cuya memoria está oprimida por recuerdos y sentimientos de culpa. Quisiera investigar, a través de las palabras, esa llama de la triste insatisfacción, de quien acepta ser aplastado, porque encuentra en sus errores un reproche inexpiable. Quisiera explorar nuevos mundos con voces alternativas, luego quisiera insertar pensamientos en cada historia que transforme la realidad, que invente nuevos planetas de pensamiento, para que las voces adquieran un tono ligero después de tocar fondo, para que adquieran la fuerza de la auto ironía para superar los naufragios.
-¿Cuál es tu proceso creativo al escribir poesía? ¿Tienes alguna rutina o ritual específico?
No. No tengo un método para escribir. Escribo cuando tengo hambre para expresarme, para configurar, para penetrar en un coto desconocido.
-¿Cómo defines el papel del poeta en la sociedad actual?
La poesía de las experiencias modernas, ofrece la posibilidad de denunciar el malestar y la inautenticidad, sin dejar de expresar la pertenencia del hombre al soplo vital del ser. Para mí la poesía se ha revelado una posibilidad, una herramienta para regresar a la relación conmigo misma, para escuchar mi sentir, sin la cual todo principio de responsabilidad, toda relación – agregación fracasa.
La poesía puede ser útil para educar, para promover una formación que pasa por un proceso de reapropiación de la subjetividad, mediante la cual el individuo se conoce a sí mismo por la totalidad de su ser: tanto por los aspectos vinculados al “principio de realidad”, tanto para aquellos vinculados a su psique más profunda, articulados por arquetipos, por fuerzas vitales enraizadas en un inconsciente colectivo. La poesía puede promover una nueva conciencia en la que la naturaleza deja de ser objeto y se vuelve estructura de la psique y el yo se vuelve parte del mundo.
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-¿En qué trabajas actualmente y cuáles son tus planes para este año?
Hace poco publiqué en Portugal el libro Doble acentos para un naufragio, con Edições Fantasma. Este libro habla de distintos tipos de naufragios y ha recibido numerosas críticas positivas. Ahora estoy por publicar aquí en Italia otro libro dedicado sobre la violencia de género, que mi editor quiere presentar a uno de los premios italianos más importantes en el panorama actual: el Premio Strega, yo le pido a mis lectores que crucen los dedos por mí y que me deseen mucha suerte.
Algunos libros publicados: Fotogrammi di confine, 2017; Inventario delle cose perdute, 2018; Demamah: il signore del deserto – Demamah: el señor del desierto, 2019; y el más reciente publicado en Portugal, Doble acento para un naufragio, 2023; (español-portugués).