Al igual que muchos escritores, Charles Bukowski vivió su adolescencia entre un empleo y otro, y en medio de borracheras. Con el paso del tiempo, justo a los 24 años de edad, en 1944, luego de varios intentos finalmente publicó su primer cuento, un relato corto titulado Aftermath of a Lengthy Rejection Slip en Story Magazine y dos años después 20 Tanks From Kasseldown en Black Sun Press.
El tortuoso proceso que tuvo que pasar para que su segundo cuento viera la luz, lo desilucionó y así, debido a su enojo, sus letras guardaron silencio durante una larga década. Se refugió esos 10 años como trabajador en el aburridísimo Servicio Postal de Estados Unidos y nunca lo olvidó.
El trabajo enajena, lo dijo varias veces. Eso lo llevó a escribir en 1971 su primera novela, Post Office (Oficina de Correos). Quince años después, Bukowski le envió una carta a John Martin, editor de Black Sparrow Press que inició con un párrafo fulminante sobre lo que consideraba una la moderna esclavitud.
“Gracias por tu buena carta. No creo que lastime recordar de vez en cuando de dónde venimos. Tú sabes de qué lugares vengo. Incluso las personas que tratan de escribir o hacer películas sobre eso, no lo entienden. Lo llaman “9 a 5.” Nunca es de 9 a 5. En esos lugares no hay descanso para comer. En realidad, en muchos de ellos no sales a comer con tal de conservar tu trabajo. Luego están las horas extras, y la nómina nunca parece tomarlas todas en cuenta, y si te quejas sobre eso, hay otro tonto que tome tu puesto”.
En ese texto, que es una reflexión profunda que puedes leer aquí , el autor nacido en Alemania con corazón gringo, no podía creer que las personas pudieran consumir sus vidas en un empleo y se preguntó: “¿Por qué lo hacen? ¿Por el sexo? ¿Por la televisión? ¿Por un automóvil a crédito? ¿Por los hijos? ¿Por unos hijos que van a hacer exactamente lo mismo?”.
El fuego interno de Bukowski es signo de rebeldía, pero también de libertad. Por eso hoy en Poetripiados te presentamos dos videos de una misma entrevista en la que habla del trabajo y de la gente que se entrega a las pequeñas olas de la nada.
Quizá te interese leer: Videos: Lo que debes saber de la poesía de Jim Morrison