Nos causa gran alegría observar que el relato breve goza de buena salud en el panorama literario actual en La mayor de las Antillas. Si bien es cierto que entre nuestros escritores de renombre de épocas pasadas no tuvo tanta aceptación, al ser practicado por contados de ellos y de forma esporádica, obviando a Virgilio Piñera, a quien le debemos, además de una colosal obra poética, dramática y narrativa, la publicación de sus monumentales «Cuentos fríos», verdaderas joyas de la cuentística corta y un precursor del microrrelato
De la mano de jóvenes creadores y escritores noveles el relato corto ha resurgido en nuestras letras con nuevos bríos, en un afán de renovar y encontrar nuevas formas de expresar los problemas actuales.
Antes de dejar plasmada su ficción, el escritor de minicuentos toma una goma de borrar y difumina la línea de grafito que separa a la poesía de la narrativa, ya que el relato corto es una zona donde la frontera entre ambas se funden y confunden, tomando de la poesía la concisión, síntesis y economía, y de la narrativa la intención de contar sucesos. Esto le otorga al género matices particulares que lo hacen ideal para reflejar estados de ánimo, temáticas sociales y puntos de vista, contando con la complicidad del lector que será quien dé el cierre y la interpretación del texto. Sólo la poesía logra crear tal vínculo entre autor y lector.
Esta es la apuesta de la joven escritora Mercedes Novúa. Sin pretensiones educativas logra encarar al lector con su imagen, a través del reflejo de su propia naturaleza, con sus matices contradictorios, existenciales y morales, como el espejo al cual retornamos para corregir nuestro aspecto.
En la riqueza y en la pobreza…
Su mayor deseo era tener una relación que durara para siempre. Hasta cierto punto lo consiguió.
Logró que la soledad la acompañara toda la vida.
Segunda oportunidad
En el año 1836 fueron quemadas vivas. El fuego les comía la piel y los presentes le gritaban herejes, bebían cerveza, las abucheaban, celebraban su muerte.
Gracias al poder de la reencarnación volvieron a nacer. La vida hizo de las suyas y las volvió a juntar, ahora, pueden tomarse de la mano y besarse en público.
En este siglo, el único calor que les abrasa el cuerpo es el de la ardiente unión entre ellas.
A primera vista
No sé cómo pasaba, pero cuando lo escuchaba hablar, sentía que brillaban mis ojos ciegos.
El retorno
Todos se acercan a mí, me miran y se tocan.
¡Qué desdicha es ser un espejo!
Posibilidad
Lo que pasó entre nosotros no existió, sin testigos ni pruebas, nos queda el recuerdo de lo que quizás fue un sueño.
Mercedes Novúa (Santiago de Cuba, enero del 2000), escribe microrrelatos desde hace tres años. Actualmente cursa la carrera de Gestión sociocultural en la Universidad de Santiago de Cuba y trabaja en proyectos literarios. Pueden leer sus textos y seguir el desarrollo de su obra a través de su página en Facebook Los minicuentos de Em.