La Generación Beat, tan estudiada y discutida a lo largo de los años, emergió como una explosión de palabras inconformes en la Nueva York de los años cincuenta. Voces como las de Allen Ginsberg, William S. Burroughs y Jack Kerouac definieron el movimiento, pero su estruendo opacó a tantas otras, en especial a las mujeres que también trazaron versos y narrativas desde las mismas inquietudes. Fue el tiempo, con su paciencia, el que sacó del silencio nombres como el de Joanne Kyger.
Este grupo literario, conocido por su relación con sustancias que alteraban la conciencia, compartía además un lazo profundo con el budismo, un reflejo de su búsqueda espiritual y existencial.

Joanne Kyger, nacida en Vallejo, California, en 1934, fue una figura importante en esta corriente. Educada en la Universidad de California en Santa Bárbara, se trasladó en 1957 a North Beach, San Francisco, donde entabló amistad con poetas como Jack Spicer y Robert Duncan.
En 1960, un giro en su vida la llevó a Japón. Allí contrajo matrimonio con Gary Snyder, uno de los nombres resonantes de los beats, en una boda que reflejaba las huellas del zen y la poesía. Aunque su unión duró solo cinco años, su voz poética se mantuvo fuerte, iluminando un espacio que, por años, había estado ensombrecido. Joanne Kyger vivió y escribió hasta 2017, dejando un legado que sigue latiendo.
Entre los viajes realizados por la poeta en busca de la espiritualidad, tan añorada por el movimiento beat, hay uno que resalta. En 1962, ella y su esposo viajaron a la India con Allen Ginsberg y Peter Orlovsky, lugar donde conocerían a Dalái Lama.
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Entre los pasos errantes de la poeta Joanne Kyger, uno brilla como un tapiz bordado con sueños y espiritualidad. En 1962, junto a su esposo Gary Snyder, emprendió un viaje que los llevó a la India, en compañía de Allen Ginsberg y Peter Orlovsky. Ahí, en el crisol de la mística oriental, tuvieron un encuentro con el Dalái Lama, un episodio que marcó la vida de la autora.
Años después, ya separada de Snyder en 1964, Joanne regresó sola a Estados Unidos, llevando consigo no solo el peso de la soledad, sino también la fuerza creadora que la impulsaría a publicar su primer libro: The Tapestry and the Web (El tapiz y la red). Aquella obra marcó el inicio de una carrera literaria que sería tan vasta como las redes que tejía con sus palabras.
En 1965, se casó con Jack Boyce, pero su matrimonio, como el anterior, llegó a su fin a principios de los años setenta. A pesar de las rupturas, su poesía nunca dejó de fluir, como un río imparable. Publicó más de veinte libros, entre ellos Going On: Selected Poems, 1958–1980 (1983) y Just Space: Poems, 1979-1989 (1991). Kyger dejó una estela de versos que, como la India, invitan a la búsqueda incesante de la esencia.
Hoy en Poetripiados, te presentamos algunos puntos importantes que debes conocer de esta autora:
1-El primer texto

Su primer poema apareció en la revista literaria de su escuela cuando tenía cinco años.
2- De editora a maestra

Desde 1968 vivió en la villa de Bolinas (California), donde era editora del periódico local. También dio clases ocasionales en la Jack Kerouac School of Disembodied Poetics (Escuela Jack Kerouac de Poética Sin Cuerpo), en la Universidad Naropa, en la ciudad de Boulder (estado de Colorado).
3- Sobre Ginsberg que pensaba que era Dios

La poeta escribió mucho durante sus viajes. En el libro “Diarios de Japón y la India 1960-1964”, se publicó uno de los textos que escribió acerca de Ginsberg, fechado el 10 de abril de 1962:
“Algo de Ginsberg que me es inquebrantable, testarudo y poco atractivo: una parte inflada de su ego en la que él piensa que de verdad es dios y que es intocable y que es bueno. Y tiene otra parte, que no tiene relación con la parte más dura, no la toca lo más mínimo, como si hubiera dos mitades, ésta temblorosa e insegura. Un día le dije que no me gustaría oír dos veces seguidas Aullido en su disco y me miró como si se fuese acabar el mundo.
Y a medida que recorremos la India, se profundizan nuestras relaciones personales, y las emociones en nuestros vagones, en los trenes, el nivel de las sensaciones que tenemos los unos por los otros y las discusiones. Peter siempre toma demasiado de una droga, opio por ejemplo, y luego está enfermo al día siguiente cuando tenemos que irnos a algún lado”.
4- Secretamente feminista

Anne Waldman, poeta estadounidense, activista y feminista, dijo que los diarios de viajes que Joanne Kyger había escrito se leían como si fueran una novela: “Su espina dorsal es una historia de amor, una devastadora historia de amor situada en un exótico Kioto aún impregnado de tiempos pasados. También es un panfleto sorprendentemente (secretamente) feminista: una mujer artista lucha por su identidad y por su independencia a principios de los años sesenta”.
5-Interesada por el ecologismo
También se interesó por el ecologismo, y publicó Ecology and consciousness: traditional wisdom on the environment.
A continuación te presentamos algunos de sus textos:
Lunes antes de la retirada
El sol en la mano tan manchada
la tuya por el tiempo, aunque
Poca energía en la inhalación del momento
liturgia de la corona dorada
o es radio electrónico
podadores de cercos eléctricos
en realidad la acacia
siendo recortada
en una especie de mantra de Vidrio
que rodea y penetra el aire
Sé profundamente respetuoso mientras caminas hacia la costa
Se está haciendo bastante ruidoso aquí
qué pasó entre junio y septiembre de este año
el lugar era demasiado provinciano para holgazanear
acabo de ver al ciervo mudar sus manchas
y hacerse viejo, awwww tan tierno!
comí también todas las amapolas de California
y si tú quieres ir
ir
solo vamos
Pánicos de septiembre
Tienes mi voto
solo hazme saber
quién eres
¿es eso un perro aullando?
Estás muy solo
como todos los demás
acabas de leer
la Vanity Fair de septiembre
Y la luz brillante de la luna está vacía
¡No quiero escuchar más
tu mierda!
Tu angustia
y el dolor de tu país
son a menudo lo mismo
Así que agarra este Manual de Budismo
que tiraste al suelo
Considera ser
como el agua que corre
alcanzando la otra orilla
y tu mente no estará tan pendiente
de los vampiros opresores
Budismo sin libros
Bueno, tenías que encontrarlo
donde otra persona entregó la simplicidad
para ti, la practica de algunas sílabas
la posición de un cuerpo sentado y tú crees
en un linaje de reconocimiento de la “mente”
no perfecto, pero íntimo
con sufrimiento
y la inutilidad de mantener
esos problemáticos estados
de miedo y odio
“Prueba esto
levanta las comisuras de tu boca ligeramente
y respira tres veces
esto se conoce como el yoga bucal” (Yvonne Rand)
No tiene nada que ver con sonreír
No tiene nada que ver con la felicidad