Nadie puede negar que Pink Floyd es un ícono cultural del siglo XX y una de las bandas más influyentes, exitosas y aclamadas en la historia de la música popular. Alrededor del grupo inglés hay muchas anécdotas, historias, y sobre todo canciones que continúan sonando en todo el mundo.
Si hay un tema recurrente en torno a quienes hicieron del disco conceptual The Dark Side of the Moon, una pieza magistral del rock, es la insalvable relación de Roger Waters y David Gilmour. Las discusiones de los fanáticos sobre quién de los dos fue más importante para la banda, son tan inútiles como tediosas.
En varias ocasiones se han creado rumores, a veces falsos, y en otras ocasiones basados en la posibilidad real que de que Pink Floyd volviera a reunirse con todos sus integrantes, hasta que en 2008 falleció el tecladista Richard William Wright, mejor conocido como como Rick Wright.
Las dos versiones más fuertes que le dieron la vuelta al mundo en muy pocas horas, son la que vino después de aquel memorable 2 de julio de 2005, cuando David Gilmour, Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason subieron al escenario del mítico Hyde Park como parte del Live 8, el festival realizado de manera simultánea en diez ciudades del mundo con el fin de combatir la pobreza.
Conforme pasaron las horas tras la histórica reunión en la que tocaron durante 24 minutos, aparecieron distintas notas periodísticas que aseguraban que había promotores que les ofrecían 150 millones de dólares por una gira en Estados Unidos, algo que el mismo Gilmour se encargó de desmentir, asegurando que el Live 8 fue cosa de una sola vez.
Desde entonces pareciera que al guitarrista británico aprovecha cualquier reflector para asegurar una y otra vez que Pink Floyd, lo que queda de la banda, volverá a reunirse.
Ha seguido su curso, hemos terminado. Estoy totalmente a favor de que Roger [Waters] haga lo que quiera y se divierta. Absolutamente no quiero volver. No quiero ir a tocar a estadios. Soy libre de hacer exactamente lo que quiero hacer y cómo quiero hacerlo, dijo en este 2021 a Guitar Player.
Cinco años después, en 2010, en vísperas del 67 aniversario del natalicio del fallecido Richard Wright, cobraron fuerza los rumores de una nueva reunión de la banda de rock progresivo.
Sucedió el 10 de julio de ese año, cuando se organizó un evento altruista para recaudar fondos para una buena causa en Kidlington Hall, Oxford, donde el millonario Arpad Busson dijo que pagaría 50 mil dólares si el dúo formado por Waters y Gilmour tocaban Another brick In the Wall.
Para sorpresa de los ahí presentes, el dúo no sólo tocó esa canción, sino que aprovechó para brindar cuatro canciones ante las más de 200 personas congregadas en el lugar.
En ese entonces se dijo que se estaba preparando una gira, pero otra vez se desmintió.
La última ocasión en la que sonaron las campanas, igual de fuerte, fue en 2011, cuando Gilmour tocó junto a Waters al cerrar la gira mundial de ‘The Wall’. El bajista invitó al guitarrista y baterista para sorpresa de los asistentes al concierto de Londres.
Si esto hizo que los corazones de los fanáticos se aceleraran, lo fue más cuando varios integrantes de la banda cenaron juntos en un restaurante. Algunos de los comensales compartió en redes sociales imágenes de los rockeros en una mesa y el mundo se paralizó por unas horas.
Gilmour, para variar, lo desmintió. Desde entonces los seguidores del grupo siguen abultando las discusiones sobre quién fue el responsable de la separación de Pink Floyd.
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