Jesús Vázquez Mendoza es originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Obtuvo su doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad de Kansas. Ha impartido clases en diversas universidades de los Estados Unidos, entre ellas: la Universidad de Texas en El Paso, la Universidad de Kansas y Rice University. Su labor de investigación académica le ha llevado a instituciones como la Cineteca Nacional, el Instituto Mexicano de Cinematografía, la Filmoteca de la UNAM, la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Oxford. Ha trabajado en Hispanic Broadcasting Corporation, Univision Radio, ESPN y Telemundo.
-¿Qué es la poesía?
Entre otras muchas cosas, y tengo que ser enfático en esto, es una respuesta muy subjetiva, no se puede generalizar: poesía es responder al llamado del lenguaje. Es como si nuestra lengua nos estuviera interpelando. El mundo a través del lenguaje te lanza, te formula preguntas, pero ese llamado nos lo hace a todos, pero sólo algunos nos tomamos el trabajo de intentar darle una respuesta a ese llamado; y también quiero aclarar que ese llamado lo respondemos de diferentes maneras; es cuestión de supervivencia, y no estoy hablando de ninguna musa, de ninguna entidad, de una esencia, un espíritu o algo, no, es algo muy práctico, es el lenguaje que usamos desde que lo aprendemos, pero en un sentido más profundo. Los que atendemos a ese llamado, repito, somos los que nos tomamos el trabajo de sentarnos a formular una respuesta. Eso es esencialmente la poesía.
-¿Entonces sería esencialmente lo que es un poeta?, ¿un poeta es quien responde al llamado del lenguaje profundo?
Sí, claro, así es.
-¿Cómo fue tu encuentro con las letras? ¿Cómo comenzaste a escribir?
Fue una experiencia que tuve desde niño, a mí me gustaba leer, y claro, empecé leyendo cosas que todos los niños leen, al menos los de mi entorno; leía comics, después novelitas de vaqueros, y sobre todo iba al cine, entonces creo que el cine y las lecturas que tenía de niño, que después pasaron a ser un poquito más complejas, me ayudaron a empezar a escribir. Escribía historias imitando un poco lo que veía en el cine o las historias que había leído.
-De esas lecturas, ¿cuál fue la que más te impactó o que todavía recuerdas?
Recuerdo haber leído una historia que se llama Papillon de Henri Charrière, sobre el escape de una cárcel, eso lo recuerdo porque la descripción de las condiciones en la prisión me impactó; pero tuve también otras lecturas como Tropa vieja de Francisco L. Urquizo, también El diosero de Francisco Rojas González y cuando estaba más grande leí El luto humano de José Revueltas, El extranjero de Albert Camus y leí Fausto de Goethe, cuando lo lees muy joven, no entiendes cabalmente de lo que va, sobre todo la segunda parte que es muy compleja y tiene muchas alusiones a la mitología. También leí a Samuel Beckett, un libro que está traducido como Malone muere. Recuerdo también algunos cuentos de Cortázar, y claro, poesía también. Y traté de leer infructuosamente Crítica de la razón pura de Kant. Estas son cosas que leí por mi parte, no estaban en el programa de lecturas de la escuela, y me dieron una idea de lo que iba ser mi escritura.
-Te influenciaron.
Sí las puedes llamar influencias, sí, son influencias. ¡Ah!, también, una muy importante, y esa la leí como a los quince años, La Metamorfosis de Franz Kafka.
-Tú que has estado involucrado en el ambiente cultual, tanto de México como de Estados Unidos, ¿cuáles son las diferencias que ves?
Yo me involucré en el ambiente intelectual de los EU cuando que entré a la universidad, porque hice todos mis estudios en México, hasta la preparatoria, y me fui a estudiar a la universidad de Texas en El Paso; ahí empecé a conocer el ambiente y fue paulatino, porque tú sabes que la frontera es muy diferente a estar tierra adentro, por decirlo de alguna manera. Entonces, la diferencia que veo ahora, es que el ambiente intelectual norteamericano, por lo que pude percibir, es un poco más estructurado, mucho más formal, no le da tanta cabida a la bohemia, porque no es propicio.
-¿Los escritores gringos son muy aburridos? Jaja…
Jajaja… no sé, si lo quieres llamar así, pero lo que yo veo es que toda la cuestión de la bohemia y lo contestatario está al margen del ambiente cultural dominante.
-¿Hay muchos buenos escritores marginados?
Hay algunos buenos que no llegan a conocerse porque el ambiente dominante les cierra la puerta o simplemente no da mucha entrada a lo marginal, y todo esto por la estructura tan definida que tienen. Por ejemplo, si vamos a hablar de marginalidad, por poner un caso muy concreto y muy conocido: Bukowski, ahí sí ves que el underground pasó a la cultura, pero no en el momento, tuvieron que pasar muchos años para que entrara. Lo mismo pasó con la generación Beat, Jack Kerouac, Burroughs y Alan Ginsberg; todo eso tarda, pero cuando entran al ambiente cultural dominante se vuelven mercancía, forman parte del mercado y se establecen. Mientras que en México hay más apertura, aunque también existen los grupos dominantes. Para mí, como lo veo, no está tan cerrada, aunque sí hay círculos muy cerrados y tú los conoces muy bien. En Estados Unidos, si quieres ser un poeta o un escritor reconocido, que escriba algo más allá de un bestseller, tienes que sobrevivir en el ambiente académico, tienes que dar clases en la universidad, presentar ponencias, te tienes que meter al sistema, esa es una manera de hacerlo.
-Algo que he notado en Estados Unidos, son las editoriales, si no firmas con una editorial buena, como que desapareces y no te toman en cuenta. Las editoriales son muy importantes.
Si quieres tener reconocimiento tienes que publicar en revistas de prestigio o muy conocidas como el New Yorker, como Harper’s Magazine, como los suplementos del New York Times, The New York Review of Books, a muy grandes rasgos, y se me pasan algunas.
-Hablando de traducción, ¿qué tan válido es que un traductor reconstruya o mejore la obra de otro autor?
La traducción es un asunto demasiado complejo, porque tiene que ser una recreación del original. Yo creo que la validez del traductor está en relación directa con la fama o el reconocimiento del autor. Si el traductor está traduciendo a un autor muy conocido, va a ser muy difícil que sea reconocido. Hay un libro de Octavio Paz que se llama Versiones y diversiones, es un libro de poemas traducidos de varios poetas; ahí el nombre del traductor pesa mucho.
-Pero en cuanto al texto, ¿qué tanto se puede intervenir?
Mejorar un texto, no creo. Un buen traductor debe de ser lo más fiel posible al original en la lengua que esté traduciendo, porque entonces, mejor ponte a hacer tus poemas o tus novelas, o tus cuentos y no trates de traicionar al autor. Hace poco me metí en el asunto de traducir un poema de Lawrence Ferlinghetti que se llama Dog; es un poema que me gusta mucho porque es el hilo narrativo de un perro que va caminando por un barrio y va viendo todo, hay diferentes elementos, hay crítica, humor, una serie de imágenes citadinas urbanas, algo muy interesante. Pero traté de ceñirme lo más posible al original. Debes de ser fiel lo más posible.
-Hablando del verso libre, ¿crees que ya dio lo que tenía que dar, hay que cambiar a nuevas formas, volver a la rima?, ¿qué piensas?
Yo creo que no es que ya haya dado lo que tenía que dar, lo que pasa es que estamos en un periodo más abierto y si quieres hacer un poema con rima y volver a los metros tradicionales, adelante, todo sea porque tú sientas que así tiene que ser. Pero que yo diga: tenemos que volver a la rima o a la métrica tradicional o escribir en decasílabos o escribir alejandrinos, no. O volver a la camisa de fuerza, no creo que sea la solución, para nada. Si alguien quiere escribir con rima y con medidas muy definidas, está bien, con que sea efectivo y no traicione su voz, con eso es suficiente.
-¿Cuál es el papel del poeta y de la poesía en este mundo de mucha tecnología? ¿El poeta tiene alguna función?
Yo me plantearía la pregunta un poco desde el otro ángulo, ¿cuál es la función de la tecnología en la poesía?, ¿cuál es la función de la tecnología en las posibilidades del poeta?
-La inteligencia artificial, por ejemplo, ¿qué tan válido es utilizarla?
¿Para escribir poesía?
-Para escribir lo que sea; aunque poesía no creo, aún no puede suplir la sensibilidad humana, pero bueno, hay que esperar para ver cuanto avanza, pero, por ejemplo, en narrativa sí te puede resolver algunas cosas.
Eso de resolver, ¿te refieres a las cuestiones de sintaxis y todo esto?
-De ideas también.
La cuestión es que tú manejas a la inteligencia artificial, si dejas que ella te maneje, ya es otra cosa. La IA está creada para resolver cierto tipo de problemas, y aunque sean muchísimas sus variantes, son limitadas, está alimentada de cierta manera para que responda a cierto tipo de preguntas y te dé cierto número de respuestas. Quien quiera utilizarla está bien, por mi parte prefiero mi cerebro limitado, humano, para hacerle preguntas y que responda con la información que tengo, y quiero creer que eso sería más genuino.
-¿Es una cuestión moral?
Más que moral, creo que es ética, o sea, si yo quiero escribir algo que es mío, ¿para qué quiero la IA si quiero ser yo mismo? Si le pido al algoritmo que me dé respuestas que yo no puedo, entonces yo voy a ser el algoritmo ese, no voy a ser yo.
-¿Qué le aconsejarías a alguien que quiere empezar a escribir poesía?
Que deje de escribir jajaja… que se dedique a otra cosa, mejor. No te creas, lo que pasa es que, mira, esa pregunta me la hicieron hace unos meses en una presentación que tuve en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, una muchacha me hizo la misma pregunta, y le dije: primero, escribe con buena ortografía, y segundo, deja de pensar que vas a escribir para publicar, para hacer esto y lo otro, ser famoso, tener reconocimientos, no, no, póngase a escribir primero para darse cuenta de por qué escribes, y con esto me refiero a tratar de escribir aquello que uno quiere expresar, darle forma a aquello que uno quiere decir, y claro, tienes que conocer la sintaxis, la gramática y esas cosas, pero debe uno concentrarse en lo que quiere decir y escribirlo lo más claro posible, y que sea una expresión propia; eso es muy difícil porque todos empezamos copiando de alguna manera…
-Imitando.
Imitando, no copinado, sino imitando. De acuerdo a como uno avanza va encontrando su propia expresión, aunque nunca se puede escapar de las influencias, pero con eso no hay problema porque mientras tú seas el que está hablando, no importa que otros hayan escrito algo parecido. La cuestión es que hace poco leí lo que opinaba Saúl Ibargoyen acerca de la escritura, y decía que el escribir era también leer, y eso siempre me decían en mi juventud los escritores ya hechos, que tenía uno que leer y todo tipo de cosas, tienes que leer mucho, si no, ¿de qué vas a escribir?, ¿qué va alimentar tu escritura? Y no solamente la poesía, la escritura en general. Es de lo que te estás nutriendo, de lo que estás experimentando, no solamente tu vida diaria, sino la vida de tu escritura, que es también parte de la vida de un escritor.
-¿Cuáles son tus planes? ¿Qué estás escribiendo?
Tengo proyectada la publicación de mi primer libro de narrativa, es un libro de relatos. Y luego está otro libro de poemas, más o menos de la misma extensión que La Huella del Gnomon. Y una exposición fotográfica con imágenes y texto.
-¿Dónde expondrás las imágenes?
En la Ciudad de México. Ya publiqué algo por el estilo aquí en los Estados Unidos, Ráfagas. Esto para mí es un proyecto muy importante porque tiene qué ver claramente con la frontera, es muy importante porque es la expresión visual y textual de mi relación con la frontera, porque yo soy un ente fronterizo. Te estoy hablando de lo que ya está hecho, porque hay otros proyectos en proceso: está una novela y está un libro fragmentario, que es un poco ensayo, poesía, narrativa, es un hibrido y tiene como tema la cultura norteamericana, la carretera y todo esto, es lo que te puedo adelantar.
Su obra de creación literaria ha aparecido en revistas y antologías y tiene dos libros publicados: Ráfagas y La huella del gnomon. Actualmente se encuentra trabajando en un libro de relatos, un poemario, y una exhibición de fotografía y texto.