Emiliano Pérez Cruz nació en la Ciudad de México, el 8 de agosto de 1955. Es narrador y estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la FCPyS de la UNAM. Ha sido jefe de publicaciones del CREA; profesor y jefe de publicaciones en la Universidad de Sonora; subdirector de promoción, difusión y cultura del Ayuntamiento de Nezahualcóyotl; fundador y coordinador de la sección cultural de Summa; fundador del Unísono; coordinador de la sección cultural de Ovaciones; y fundador de Vientos.
– ¿Cómo te relacionaste con la literatura? ¿Por qué comenzaste a escribir?
Desde la escuela primaria y gracias al rigor de mi madre para que escribiéramos debidamente, siempre seleccionaban mis textos para el periódico mural. Pero la decisión para hacerlo con rigor profesional fue en la universidad, dentro de la carrera de periodismo. Fui alumno del escritor Gustavo Sáinz, quien me animó a escribir cuentos y me promovió para recibir, a los 20 años, la beca Salvador Novo que otorgaba el Centro Mexicano de Escritores.
Mi primer cuento lo escribí a instancias de Sáinz.
-Eres chilango de abolengo, ¿no? ¿Qué tan autobiográfico es tu trabajo, siendo de un lugar tan peculiar como lo es Neza?
Nací en la Ciudad de México, pero mis padres se hicieron de un terreno en lo que es ahora Ciudad Nezahualcóyotl, a donde llegué con 2 años de edad.
-Creciste en Neza.
Y aquí sigo.
-¿Cómo es el ambiente por allá? Se cuentan muchas cosas.
Se cuentan muchas cosas malas, pero tiene que ver con la condición de clase. La realidad es muy similar a la de Ciudad de México, pero la colonia donde vivo es muy tranquila la vida. Neza fue poblada por mucha gente que emigró del campo a la capital.
-¿Qué estudiaste?
Estudié la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM. Al mismo tiempo, recuperaba historias que surgían de las pláticas con la gente del barrio, compañeros de la escuela, conversaciones escuchadas en el transporte público. Y las presentaba como tareas periodísticas. También me solicitaban textos para enviarlos a algunos medios impresos y de ahí me seguí por mi cuenta.
-¿Entonces escribías sobre la vida cotidiana de las personas?
Así es. Y de sus actividades en el trabajo, en la vida cotidiana, sus diversiones; en suma, acerca de su vida.
– Una pregunta muy simple, ¿para qué sirve la literatura?
Para reflejar la existencia de los personajes que uno crea; para solaz y esparcimiento o inquietud del lector.
-¿A quiénes lees? ¿Lees a tus contemporáneos?
De mis contemporáneos leo lo que aparece en los medios impresos y me gusta mucho la literatura sureña norteamericana.
-¿Cómo quiénes?
William Faulkner, Capote, Flannery O’Connor.
-¿Ves diferencia entre la literatura del centro y sur del país y la literatura norteña?
No leo la literatura como perteneciente a alguna región, sino por su calidad y temática.
-¿Y es diferente la temática según la región o no ves diferencia?
Hay diferencias en cuanto al paisaje, pero en sí, me gusta ver lo que nos transmite en cuanto al comportamiento de los humanos, en sus múltiples expresiones, en sus peculiares formas de vivir la vida. Neza fue poblada por gente venida de, prácticamente, todas las regiones del país.
-¿Qué piensas de la narconovela?
No recuerdo haber leído alguna.
-¿Crees que exista elitismo y machismo en la literatura mexicana en general?
La literatura mexicana, por lo general, le escribe a la clase media ilustrada. Mi formación periodística me inclinó más hacia el cuento y la crónica.
-¿O medio ilustrada?
(Risas)… Me incliné por los géneros que te menciono porque antes que en libros los he publicado en diarios y revistas, con un público más amplio que el de los libros. Además, publicando me gano la vida, o medio gano.
-¿Entonces no hay elitismo ni machismo? ¿Todo bien?
La literatura en sí, es elitista, y el machismo dependerá si quiero hacer un personaje machista; que más que en el plano literario, es una realidad nacional.
-¿Crees que vayan a desaparecer los medios impresos?
No creo.
-¿Cómo es un día ordinario en tu vida?
Mi día ordinario tiene que ver con las clases que imparto en talleres, preparando materiales y escribiendo para los medios donde colaboro, sin descuidar la pachanga y el reventón, aunque ya menos. La edad te aplaca poco a poco.
-¿Dónde te pachangueas?
En el barrio, y en ocasiones en el centro de la Ciudad de México que me encanta recorrer y que nunca terminará uno de conocer. Tengo el privilegio de vivir en dos grandes ciudades, Neza, que aporta mano de obra a la capital, y ésta, por todo lo que brinda a quien la recorre. Trabajo en Neza y los fines de semana los paso en Texcoco con la familia; allá tenemos una casa.
-¿Qué piensas de las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial? ¿Crees ético utilizarlas para escribir?
La inteligencia artificial es obra del ser humano y la aprovechará conforme la vaya utilizando en la vida cotidiana. Acerca de la inteligencia artificial me recuerda que cuando apareció la máquina de escribir había quienes preferían seguir haciéndolo a mano.
-Sí, eso me contó Agustín Monsreal. Luego pasó con las computadoras.
Cuando apareció la primera computadora hecha en México por Printaform, de inmediato adquirí una, pues había trabajado utilizándolas y conocía sus virtudes; y aún conservo esa primera máquina como pieza de museo. Conocí veteranos periodistas que se negaban a utilizarlas, e incluso logramos convencer a varios de que la usaran.
-¿En dónde las utilizabas?
La utilizaba en el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa, a finales de los años 80’s.
– Supongo que no era fácil para ellos, gente de la vieja guardia. Pero en el caso de la IA, ya se mete con lo que puedas plantear como algo tuyo, cuando es resultado de una serie de algoritmos.
Confieso que no he tenido contacto con la inteligencia artificial.
– ¿Estás satisfecho con la administración cultural de la 4T?
No ha variado su esquema.
– ¿El esquema del viejo PRI?
Los grupos en el poder siempre aprovecharán para sacar ventajas y la 4T no es la excepción.
-Entonces es más de lo mismo.
Muy parecido, en efecto, al priismo. Y el priismo no tenía al presidente diariamente perorando y perorando y perorando. Un personaje colaborador de López Obrador me decía en su momento que el político es un actor, actúa para los diversos públicos y escenarios.
-Pero, ¿entonces no ves ningún cambio favorable? ¿Algún beneficio?
Como otros gobiernos, brinda su imagen progresista. Nada que no hayan hecho y que reconozcamos los veteranos como yo.
-Periodista veterano. El mundo entero se está cargando a la izquierda.
Los gobiernos de izquierda brindan paliativos, pero no cambios estructurales.
-¿Qué crees que le falte a la literatura mexicana para trascender fronteras e influenciar la literatura de otros países?
Creo que la literatura mexicana tiene presencia internacional con aquellos que han logrado un sitio ganado a pulso, como Octavio Paz y Carlos Fuentes, y los que emergen y se promuevan debidamente o los promueven sus casas editoriales.
-¿Hay mejores escritores en España o Chile o Perú?
Creo que cada país va logrando la literatura que sus escritores más capaces impulsan con o sin apoyos, sino con obra. Y la literatura mexicana, insisto, es una literatura de clase media por lo general.
-¿Cómo de clase media? ¿A qué te refieres? ¿Está escrita para gente de clase media?
Sí.
-¿Y por qué lo ves así? ¿Cómo te diste cuenta? ¿Por los precios de los libros?
Lee quién tiene poder adquisitivo y la preparación suficiente para comprender los diversos productos literarios que el mercado ofrece. Porque se escribe para el mercado.
-Ok, ya.
Finalmente, los libros son mercancía y los editores mercaderes de estas mercancías.
-No hay romanticismo en el trabajo editorial… (risas)… Bueno, ¿en qué trabajas actualmente? ¿Tienes algún proyecto en puerta?
En ocasiones promuevo un taller e invito a que se inscriban y me genero ingreso. A veces también me contratan para impartirlos. Y complemento el gasto con lo que voy publicando donde se puede.
– ¿Entonces no tienes un lugar fijo dónde publicar?
Milenio, quincenalmente; Cancerbero, un portal, mensual; y el taller en la escuela de escritores de la SOGEM.
-¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
En las bibliotecas, y preguntando y escarbando en las librerías de viejo.
– ¿De la Ciudad de México y Neza?
Ciudad de México.
Emiliano fue becario Salvador Novo 1977; becario del INBA/FONAPAS, en narrativa, 1980; y del FOECA-Estado de México, para creadores con trayectoria, 1994. Forma parte de la antología El cuento hispanoamericano de Seymour Menton (FCE, 1986).