INCRÉDULO
Sólo el viento parecía querer alterar tímido la homogénea superficie del agua. Le habían advertido desde muy pequeño que ese tremendo agujero tenía dueño y a los curiosos se los llevaba a profundidad. No sé, pero él ya no creía en aquellos cuentos de gente vieja.
– ¿Miguel? — gritó su madre.
Silencio.
POSTAL PÓSTUMA
Disculpa que no te escribiera en su momento. Nuestras reglas imponen el voto de silencio y un estricto recato que eterniza el tiempo olvidándote de todo. Por fin, conseguí perder peso, dejar las drogas y, afortunadamente, encontré la paz. Solo esta forzada inmovilidad que me incomoda; quizá, habría sido mejor incinerarme.
LA PEQUEÑA MARTHA
Tras cerrar la puerta del restaurante para que el último cliente saliera, la pequeña Martha [como todos le llaman] reflexiona sobre su trabajo en aquel lugar, que durante varios años ha desempeñado sin posibilidades de un ascenso. Horas más tarde, el gerente se dispone a cerrar el negocio; tras apagar las luces, las cámaras de seguridad logran captar una sombra gigantesca clavando varias veces un cuchillo en su espalda. Al siguiente día comienzan las investigaciones, todos los empleados son exhaustivamente interrogados; excepto, Martha. ¿Quién sospecharía de una pequeña mujercita con artritis crónica, que apenas puede abrir y cerrar una puerta?
SONRISA EFÍMERA
Un día se llama Brenda, al otro, Mercedes. Afirma hablar con las aves y toma calmantes como caramelos. Su nombre, su edad, su familia; se ahogaron en las lagunas de su mente. De vez en cuando salen a flote, y cuándo sucede, también recuerda cómo sonreír.
EL CORONEL YA TIENE QUIÉN LE ESCRIBA
Cuando supe que el Coronel no tenía quién le escribiera, le escribí compasivas cartas y las llevé al correo. Así quise consolar al viejo militar, pero nadie pudo decirme la dirección dónde remitirlas. Todo fue un mágico truco publicitario de Gabriel García Márquez. Cuando llegué a la oficina de correos el empleado no halló los sellos postales de Macondo.
MANUAL PARA RETENER AL AMOR DE TU VIDA
Él le pidió espacio y ella le dio el que había entre sus piernas.
Selene Argueta González, Chiapas, México. Se desempeña profesionalmente en el ámbito educativo como docente de nivel básico. Sus primeras publicaciones en el género del microrrelato surgen en el año 2015 en la revista literaria Luz de Candil (España). En 2017 forma parte de la antología colectiva de minificciones “Palabras que volaron” y “bailemos palabras” publicadas en diciembre de 2018 en Madrid; España, respectivamente. En 2019 publica su primer libro de minificciones Atún de Elefante de la casa editorial Ala Ediciones y contribuye con su trabajo en este género, en la antología Historias de confinamiento; publicado en mayo, 2020 en Madrid, España. Obtuvo el segundo lugar en el certámen internacional de microrrelatos Augusto Monterroso (Honduras) y recientemente uno de sus trabajos en este género ha sido seleccionado para conformar la antología de microrrelatos policiacos Escena del crímen, por Ángeles de Papel Editores de Lima, Perú.