Hoy tenemos en el Mano a mano a un maestro de los cuentos cortos, Antón Chéjov, de Rusia, y al padre del existencialismo, Jean-Paul Sartre, de Francia.
El primero nació en 1860 y falleció en 1904, el segundo nació en 1905 y le dijo adiós al mundo en 1980. Los dos hicieron historia en las letras.
Sin más preámbulos, te presentamos el siguiente combate literario:
Anécdota antigua
Por Antón Chéjov
En tiempos de antaño, en Inglaterra, los criminales condenados a la pena de muerte gozaban del derecho a vender en vida sus cadáveres a los anatomistas y los fisiólogos. El dinero recibido de esta forma ellos se lo daban a sus familias o se lo bebían. Uno de ellos, atrapado en un crimen horrible, llamó a su lugar a un científico médico y, tras negociar con este hasta el hartazgo, le vendió su propia persona por dos guineas. Pero, al recibir el dinero, de pronto se empezó a carcajear…
—¿De qué se ríe? —se asombró el médico.
—¡Usted me compró a mí como un hombre que debe ser colgado —dijo el criminal, riéndose a carcajadas—, pero yo lo timé a usted! ¡Yo voy a ser quemado! ¡Ja, ja!
Confusión
Por Jean-Paul Sartre
Me siento, pido un café con leche, el mozo me hace repetir tres veces el pedido y lo repite él también para evitar todo riesgo de error. Se va, transmite mi pedido a un segundo mozo, quien lo anota en un cuaderno y lo transmite a un tercero. Por fin vuelve un cuarto y dice: “Aquí está”, mientras deja en mi mesa un tintero. “Pero —digo yo— yo había pedido un café con leche”. “Y bien, eso es”, replica él y se va.