Antonio Orihuela nació en Moguer, Huelva, España, en 1965. Es poeta, ensayista y articulista. Participa en el movimiento Poesía de la Conciencia desde su popularización a principios de los años noventa con su obra literaria e intelectual. Es doctor en Historia por la Universidad de Sevilla. Como investigador, ha publicado trabajos sobre el tipo de sociedad precapitalista en el suroeste de la península ibérica, entre las que destaca “Historia de la Prehistoria”.
– ¿Cómo fue tu infancia y adolescencia?
Viví ese tiempo en un pueblo pequeño, tranquilo, donde los niños se la pasaban todo el día jugando, inventando, creando, fabulando… Todo estaba entonces en su sitio, padres, abuelos, amigos, escuela, campo, río, playa… no faltaba nada y era muy fácil ser feliz.
A los que tengan interés en localizarlo, les puedo decir que un premio Nobel escribió un libro entero sobre él, contando también sus días junto a un burrito. El poeta se llamaba Juan Ramón Jiménez y el libro “Platero y yo”.
– ¿Cómo describirías tu poesía?
Como una niña que me da la mano cuando quiere salir de paseo y a la que le puedo preguntar por cosas que sólo se pueden responder desde la inocencia.
– ¿De qué se trata “poesía de la conciencia”?
Quisiera pensar que es otra forma de generar un discurso crítico sobre la vida dañada y las resistencias cotidianas en las sociedades del capitalismo tardío, un intento de abarcar todo aquello que constituye la ligazón de nuestra vida con el mundo, indagando en el reverso de su trama social e ideológica, dominada por el consumo y la individualidad burguesa. Vista así se podría decir que es nuestra apuesta por cambiar el futuro.
– ¿Cómo es un día normal en tu vida? ¿A qué hora te levantas y qué haces?
Me suelo levantar a las nueve y marcho a dar mis clases; por la tarde me entrego un par de horas al deporte y otro par de horas a la escritura. Después, en la noche, también reservo un par de horas para la lectura. Sobre las dos de la mañana me suelo ir a la cama.
Ha participado en docenas de exposiciones de poesía visual y publicado poemas visuales en revistas de más de treinta países, y es organizador y comisario de exposiciones de esta disciplina.
– ¿A quiénes consideras los poetas mexicanos más sobresalientes en la actualidad?
Esta será una respuesta injusta, porque apenas conozco el buque insignia de la poesía en español que es México, acaso el país con más poetas en nuestra lengua común, así que me limitaré a nombrar a los amigos y amigas de ahí, todos ellos magníficos poetas, con los que sigo en contacto después de tantos años: Arturo Accio, Cosme Álvarez, Rosina Conde, Dante Medina, Roberto Castillo, Jocelyn Pantoja, Ambar Past, Omar Pimienta, María Elena Rodríguez Hernández, Mara Romero, Alejandra Peart, Isis Samaniego, Paloma Villalobos o Guillermo Vega; y que me disculpen otros amigos a los que ahora mismo mi memoria olvida.
– ¿Qué opinas de las nuevas apps de inteligencia artificial, como ChatGTP? ¿Son buenas o malas para los escritores?
¿Escritor y ChatGTP no son un oxímoron?
– ¿Cómo describirías la poesía visual y qué opinas de los poetas jóvenes que utilizan stickers y emoticones, por ejemplo?
La poesía visual es otra manifestación de lo poético. Un lenguaje sintético que llegó con la revolución tipográfica y las nuevas tecnologías que implementaron los trabajos de imprenta desde finales del siglo XIX. Con las vanguardias el concepto de lo poético se extiende desde lo icónico a lo fonético y desde ahí hacia lo musical, lo matérico y lo corporal, en lo que se ha denominado como arte intermedia o poesía expandida.
Stickers y emoticones son recursos icónicos, en sí mismo no tienen nada que ver con la poesía visual, pero claro que se podría hacer poesía experimental a partir de ellos, pero también se puede hacer poesía visual con un frijol.
Desde 1999, organiza los encuentros anuales Voces del extremo, en Moguer, patrocinados por la Fundación Juan Ramón Jiménez. En torno a este encuentro y antología anual, se ha consolidado un movimiento poético colectivo que, desde distintas perspectivas, hace denuncia de la injusticia y la marginación social, visualizando la necesidad de un cambio del modelo capitalista global y postmoderno.
– En vista de que las editoriales no publican tanta poesía, ¿crees que sea un género en decadencia?
Si entiendes la poesía, dentro de las lógicas comerciales capitalistas, como una mercancía, entonces sí, está en decadencia, pues se vende poco en relación a lo que venden otros géneros literarios, como la novela; pero siguiendo con la lógica mercantil, se vende ahora mucha más poesía que hace cien años, lo que entonces nos obliga a afirmar que es un género en alza.
Si entiendes la poesía como expresión del pensamiento mítico, vehículo chamánico que abre la visión, canto sanador de espíritus y proveedor de conocimiento sobre la naturaleza profunda de los fenómenos, lenguaje vinculado al inconsciente, expresión de un sentir y un pensar simbólicos, ejercicio en la lengua de los encantos, las invocaciones y los conjuros, metáfora que abre y rompe la realidad, que confunde objeto y sujeto, agregado y disgregado de la identidad personal. Si sientes así la poesía, entonces la poesía no está en decadencia, sino en donde siempre ha estado, al servicio del crecimiento personal, la delicadeza, el conocimiento, la desprogramación, la atención despierta y la reconexión con todo lo vivo y lo sagrado… y, si como dice el poeta y compañero de mis días juveniles, Daniel Macías Díaz, “si todo esto se aplicara como programa político o moda de masas despertaríamos a un mundo de tal generosa humanidad y belleza ética que nuestras ciudades parecerían la tierra prometida.”
– ¿Crees que exista en España un resurgimiento de la filosofía?
Los recientes planes de estudio que ha aprobado el Ministerio de Educación y Ciencia van en dirección contraria, a hundirla un poco más.
La filosofía es peligrosa, quienes manejan los resortes económicos y políticos lo saben y no tienen ningún interés en formar un pueblo sabio. Nuestra cultura pop es una cultura para analfabetos funcionales, la ignorancia es egoísta, avara y miedosa, y un pueblo así infectado es un pueblo inerme, un pueblo sin recursos intelectuales para pensarse a sí mismo, un pueblo que se arrojará en los brazos del primer líder populista que prometa identidad, seguridad e incultura.
– Me comentaste que vienes a México el año que viene, ¿cuáles son tus proyectos y actividades durante ese viaje?
Mis proyectos siempre se llaman Uberto Stabile, al que sirvo de fiel escudero. México es como un tapiz huichol, me quedaría feliz en cualquiera de sus hilos, así que, por seguridad, viajo con Uberto que tiene los pies en la tierra.
Sus libros más recientes son: El sabor del cielo (2022, Ed. Huerga & Fierro); El arte de no hacer arte. Una deriva desde el dadaísmo al artivismo (2022, Ed. La Vorágine); Diles que dije no (2022, Ed. La Isla de Siltolá) y Cien Hogueras: Flamencos, hippies y poetas en la Andalucía contracultural (2023, Ed. Piedra Papel Libros).
Ha sido traducido al inglés, al alemán, al francés, al portugués, al catalán y al esperanto.