Alejandro García Villalón, nació en La Habana, Cuba, el 5 de enero de 1955. Es conocido como “Virulo”, y además de ser el humorista y cantautor más conocido de la isla caribeña, es actor, guionista y miembro fundador de la Nueva Trova Cubana. Se graduó como arquitecto en 1981 en la CUJAE (Universidad Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría”).
-¿Qué proyectos musicales o de comedia tienes en marcha en este momento?
El proyecto musical que tengo es continuar haciendo “La cápsula del día siguiente”, que es una pequeña cápsula musical; sale al aire por ADN40 y por el Canal 21. Son pequeñas ideas musicales hablando de la actualidad; tengo una sobre Fox, otra sobre los libros de texto, en fin, son muchas ideas sobre cosas de actualidad, y no es una canción propiamente dicha, es como la idea de lo que podría ser una canción. A lo mejor me sirve en el futuro para hacer canciones con eso, aunque a mí me gusta el género como está, porque son pequeñas cápsulas musicales de menos de un minuto que se adaptan muy bien a las redes sociales y a las costumbres de la actualidad, en las que la gente quiere cosas muy rápidas, la información muy condensada; y en eso es en lo que estoy trabajando, básicamente.
-Cuéntame un poco sobre tu niñez y adolescencia, ¿cómo comenzaste en la música? ¿Cómo conociste a Pablo y a Silvio y cómo fue tu relación con ellos?
Bueno, yo nací en La Habana, Cuba; empecé en la música cuando estaba en la secundaria con un grupo de rocanrol, me imagino como muchos jóvenes. Y después ya en la prepa, a través de Rubén Galindo, un amigo que estaba también en el grupo de rock, conocí a Silvio Rodríguez y escuché sus canciones. Imagínate cuánto tiempo hace de eso que estaba Silvio estrenando “Ojalá”, ahí la cantó, en casa del padre de Rubén Galindo, que fue cuando lo conocí. Después conocí a Pablo e hice giras con ellos. Estuvimos en Venezuela, después en Nicaragua, invitados a la primera campaña de alfabetización que se hizo en Nicaragua. Mis relaciones con ellos siempre han sido muy cordiales, unas relaciones muy buenas. Yo tengo mucho cariño y mucha admiración por el trabajo de los dos. Bueno, ¿que más te puedo decir?, era una época en la que todos íbamos a la casa de todos; nos reuníamos en mi casa, nos reuníamos en casa de Silvio, en casa de Pablo; fue una época muy bonita, cuando estaba surgiendo la nueva trova; y todos nos reuníamos porque estábamos unidos por un mismo proyecto.
-¿Qué te llevó a trasladarte a Ciudad de México y cómo ha sido tu experiencia artística aquí?
Antes de trasladarme a vivir, yo había visitado muchísimas veces México. Había hecho giras con Amauri Pérez, con Noel Nicola; estuve también en un festival que se hizo en el Auditorio Nacional donde estuvo Soledad Bravo. Había hecho muchas presentaciones aquí en México, incluso con el Conjunto Nacional de Espectáculos, que era una compañía de teatro musical que yo dirigía en Cuba. Estuvimos muchas veces en el Teatro de la Ciudad y haciendo giras por todo el país. En una de esas giras conocí a Lania Velasco, me enamoré de ella, y bueno, vine a vivir acá, sobre todo por amor, estoy muy enamorado de ella, llevamos más de treinta años casados, tenemos dos hijos. Mi estancia en México siempre ha estado cobijada por el amor, y este es un país que considero mi segunda patria; la mitad de mi vida la he vivido en México. Date cuenta que yo vine a vivir acá cuando tenía 33 años y ahora tengo 68. Tuvimos una etapa en la que íbamos, pasábamos unos años en Cuba, después regresábamos a México, pero ahora hemos regresado a México y yo creo que vamos a estar un buen tiempo por acá, porque ya nuestros hijos son grandes, van a empezar la universidad, van a empezar a hacer sus vidas y no queremos estar lejos de ellos.
-¿Has tenido la oportunidad de colaborar con otros artistas, ya sean mexicanos, cubanos o de otras nacionalidades? ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Pues sí, he colaborado con muchísimos artistas, tanto mexicanos como de otras nacionalidades. Recientemente hicimos un espectáculo con Ernesto Acher del grupo argentino Les Luthiers, que se llamaba “Juegos Sinfoniquísimos”, con él estuvimos haciendo presentaciones en La Habana, en Tijuana, en Zacatecas, en Sinaloa. Es un espectáculo complicado porque necesito una orquesta sinfónica para presentarlo, pero ha sido una experiencia muy bonita. También he trabajado con artistas venezolanos, como Emilio Lovera, como Laureano Márquez; he trabajado con humoristas y con artistas mexicanos, como es el caso de El Güiri Güiri, con quien hemos hecho presentaciones en el teatro. Víctor Trujillo, a quien incluso le produje un disco de la Beba Galván, donde hice yo todas las canciones. Por supuesto con Ausencio Cruz, con el grupo Radiopatías de Guadalajara; con Lazcano Malo, en fin, con muchísimos artistas mexicanos, he colaborado y he trabajado; y con varios artistas de diversas partes del mundo, y pues, es algo que me da mucho gusto.
-¿Cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado como músico y comediante?
El desafío más grande que he enfrentado es tratar de que la gente entienda que el concepto de comediante, que lo usan mucho en México para nombrar a los cómicos, lo confunden con el término de humorista. El humorista es una cosa y el cómico es otra; aquí les dicen “comediante”, pero los comediantes, generalmente, en otros lugares del mundo, cantan, bailan y actúan, hacen comedia musical. Entonces ese ha sido un gran desafío, cómo mostrarle a la gente otra manera de hacer humor, una manera más cerca de la poesía. Fernández Flores, el gran escritor español, decía que el humor critica pero comprende, es un rostro sonriente al que asoma una lágrima, y Fernández Flores llega a decir que la primera gran obra humorística en lengua hispana, es justamente El Quijote, que tiene todos los elementos de una obra humorística; es una obra llena crítica y llena de comprensión y de amor. El humor, si no provoca ternura ni provoca sentimientos que vayan más allá de la risa o la sonrisa, no creo que sea humor. Entonces, ese es, yo creo, el desafío más grande que he tenido que llevar toda mi vida; no solamente aquí en México, también en Cuba. En general, la gente mete todo lo que le causa risa en un mismo cesto, y no es lo mismo hablar de Chaplin, de Woody Allen, de Mark Twain, que hablar de, con todo respeto y con todo cariño, de Polo Polo, de Jo Jo Jorge Falcon, y de otros cómicos, que lo que quieren provocar sobre todo es risa. El humor provoca, no solamente risa, sino reflexión, y a veces también ternura, y a veces, ¿por qué no?, también dolor.
-¿Hay algún propósito o mensaje específico que busques transmitir a través de tu arte?
Bueno, pues básicamente lo que yo trato de transmitir con mi música, con mis canciones, es lo que pienso. Yo no puedo, no puedo… ya no es una cosa de que quiera o no quiera, no puedo hacer nada con lo que no esté absolutamente convencido, ni aun trabajos mandados a hacer. Me cuesta mucho trabajo hacer algo que no me convenza, que no me llegue al corazón. Lo que yo trato de hacer es comunicarle eso a la gente. Y aquí estoy recordando a otro gran humorista amigo mío, venezolano, Pedro León Zapata, un gran pintor, que decía que los humoristas somos personas que tratamos de hablar en serio, pero los demás se ríen.
-¿Cómo describirías las diferencias entre la escena musical y cómica en Cuba y México? ¿Hay elementos de la cultura mexicana que hayan influido en tu trabajo?
Es muy diferente lo que se hace con la comicidad y el humor en México y en Cuba. Yo creo que básicamente los cómicos cubanos se han especializado en algo que en Cuba le decimos el choteo, que es la burla, es hacer sketches, canciones, cosas que se burlen de la gente y que de esa manera critiquen las situaciones, pero, como decía yo, a diferencia de los humoristas, yo creo que los cómicos cubanos no se involucran en lo que están criticando; lo critican y muchas veces con razón y a veces también con profundidad, pero falta un tono más humano en las cosas que se dicen. México tiene una historia en el humor y en la comicidad mucho más larga que Cuba. México ha tenido grandes cómicos y humoristas que han sido conocidos en todo el mundo, como es el caso de Tintan, de Cantinflas; escritores como Ibargüengoitia, que han tratado el humor con profundidad, con cariño, con crítica, pero comprendiendo de lo que están hablando. Hay que destacar aquí también el trabajo de Chava Flores. El trabajo de Chava Flores yo creo que ha trascendido en el tiempo porque está lleno de amor por su país y por su pueblo. Tuve la suerte de conocerlo la primera vez que vine a México y yo creo que era un hombre profundamente amante de la cultura mexicana, de las costumbres de México, y sus canciones, que pueden ser inscritas dentro del costumbrismo mexicano, están todas llenas de comicidad, de ternura y de amor; por eso creo que han transcendido y todavía las siguen cantando hoy en día. Es más, añado que creo que no se le ha hecho a Chava Flores, un lugar en un espacio que le corresponde ya en la cultura mexicana más elevada.
-¿Hay algún objetivo artístico que te gustaría alcanzar en el futuro?
Mira, creo que tengo una deuda en general con los niños. Mi música y mis canciones, de alguna manera, han sido adoptadas por los niños sin que estén dedicadas precisamente a ellos; a lo mejor también por eso mismo, ¿no? Los niños tienden a veces a rechazar las cosas que son específicamente para ellos porque son muy tontas; son sumamente agudos, hábiles y entienden mucho más de lo que uno se imagina; y creo que tengo la deuda de hacer un disco de canciones y que tengo que hacerlo con muchísimo respeto, porque creo que para hablarle a los niños hay que tener una profunda cultura y un profundo conocimiento de lo que se está hablando, es decir, a ellos no se les puede echar choros vacíos, a los niños hay que hablarles, por lo menos es así como yo lo considero, hay que hablarles con el corazón y con un profundo conocimiento de lo que se está diciendo.
-¿Cómo es un día ordinario en tu vida?
Pues bueno, un día cotidiano para mí: me levanto generalmente tarde, me acuesto tarde también. En la mañana es el mejor momento creativo y es cuando trato de escribir, de hacer las canciones. Probablemente como al mediodía esté grabando las cápsulas estas que te digo que estoy haciendo; después ya como, siempre duermo siesta, después me iré al cine con la familia, a compartir con los amigos. Ahora estamos dando un taller justamente en Coyoacán sobre el humor y la música y me voy a mi taller, y así. Mientras estoy aquí en la Ciudad de México, porque cuando estoy de gira, pues las cosas cambian porque uno tiene que cumplir compromisos de promoción, probar sonido, arreglar todo para hacer la presentación en la noche y luego descansar para que al otro día todo salga bien.
-¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de los años que te gustaría compartir?
Son muchas las lecciones que me ha dado la vida. Yo creo que una de las más importantes es que hay que ser humilde y hay que calcular siempre que los demás saben algo que tú no sabes. Nunca te creas la neta del planeta y nunca te creas que eres el que más sabe de algo. Yo creo que hay que estar dispuesto a escuchar, por una parte; también hay que estar dispuesto a descartar las tonterías que la gente dice, sobre todo en estos tiempos en que, como decía Issac Asimov, a veces los sabios deben callar ante el empuje de los ignorantes, y hay que leer entre líneas lo que la gente piensa, lo que la gente dice, y discernir en un mundo tan llego de información, qué vale la pena para ti. Lo demás, son lecciones que me ha dado la vida y que estoy tratando de transmitir en estos talleres que comenzamos en La Casa del Humor de México y que ahora estamos dando en El Vicio, que es sobre la música y el humor. Este es el primero de una serie de talleres que pienso seguir dando porque me gustó muchísimo la idea de transmitir los conocimientos que he adquirido en estos, ya más de cincuenta años de cantar y de componer canciones.
Fue director del Conjunto Nacional de Espectáculos de Cuba y del Centro Nacional de Promoción del Humor. En 2014 le fue otorgado en La Habana el Premio Nacional de Humorismo.
Algunos de sus espectáculos teatrales y musicales son: Sexo, luego existo, después pienso, La soprano estreñida, Il medio castrato, De Cuba con humor, El bueno, el malo y el cubano, Comes y te vas, El que ríe al último es el que piensa más lento y Buena Risa Social Club.