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Adivinarse sobre la cama: poesía para fantasear

Cuatro poemas desde la ciudad de La Minerva

Por Rossana Camarena | 8 marzo, 2021

Polvo

Y si entras

Si penetras, partes

(partir de irte)

De alejarte

pero también de venirte

de regresar

de estar

lo tuyo en mí.

Y si entras

si penetras, y te quedas

( de andar quedo)

y me llevas contigo

y  te vienes conmigo

nos vamos juntos.

Quiero reventar en un latido

que nos esparza

polvo

que eres

polvo

 en el que me convierto:

 si entras


Descripción

Mis senos son pequeños

mis caderas grandes

mis glúteos muy blancos

y mi pelo muy negro.

Tengo manos con venas altas

uñas irregulares

dos pares de labios parecidos:

unos callan y guardan la lengua

los otros invocan al dios que nos asciende

después de cada muerte pequeña.

Voy vestida dentro de una piel

con cicatrices, manchas, huellas

soy un mapa donde puedes tomar

rumbos cualesquiera

y perderte sin que te provoque miedo.

Duermo dentro de unos párpados pesados

y despierto de pies ligeros

para amarte cada día de cinco a seis

que ya se me ha vuelto costumbre.


Lontananza

Te pienso en el exabrupto

de un coito interruptus.

Salta una súplica en clave Morse

¡Anda, hagámoslo una vez más!

Repitamos, repasemos,

eres literatura de vicio

capítulo predilecto, párrafo sobado

letra recalcada hasta traspasar el papel,

eres murmullo de un grito en boca seca

escucha y no veas, ve pero no hables

habla pero no toques, y si tocas

qué será de mi irreparable voluntad

en esta lontananza tan cercana

en esta caída de tan alto

en el vacío infinito.


Me Adivino

Sobre la cama me adivino

 mi cuerpo caliente demuestra que estoy viva,

 busco en la conciencia como un condenado

 las pruebas del incendio consecuente a mi locura.

Las arañas en mis manos indagan la tela

donde un insecto espera a ser devorado con paciencia,

melancólica melodía a contradanza

que interpreta una sola bailarina.

La noche turba el silencio,

me reconozco placentera, recupero la fantasía

y creo al nuevo dios que premia el gozo en soledad.

El pecado se ha ido,

con un solo dedo toco la luna,

se alza la marea que acrecienta las olas

languidezco,

mientras en la orilla se escucha

un canto de sirena.


Rossana Camarena (Guadalajara, Jalisco, 1968). Es escritora, editora, tallerista y gestora cultural. En 2018 comienza a participar activamente en el proyecto independiente La Otra FIL en mancuerna con Gabriela Juárez Piña. Ha publicado en revistas impresas y cibernéticas de México, Latinoamérica y Europa, en la cuales ha sido traducida al inglés, náhuatl y gallego. Es parte del World Front of Poetry (WFP), movimiento en defensa de la paz y derechos de la mujer y “Por favor, lea Poesía” acción en pro de la difusión poética. Sus poemas aparecen en Verbo Cirio (Literalia, 2000); Niños que se tragan la luna (El Cálamo, 2005); y Como si fuera Tolteca (Caronte, 2019).

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