Rubén llegó por fin a su casa. Las llaves se le cayeron en un charco de lodo, no pudo agacharse a recogerlas por lo que con dedos temblorosos, tocó el timbre. La dulce voz de su esposa se escuchó por el interfón; Rubén trató de contestar la típica pregunta de ¿Quién? Sólo logró escupir sangre.
Al fin Graciela abrió. Por un momento vaciló en abrazar al hombre en la puerta quien parecía un vagabundo; dudó para después abrazarlo y ayudarle a entrar apoyado en su hombro. Rubén cojeaba. Al llegar a la sala le ayudó a recostarse en un sillón; la habitación estaba arriba y en esas condiciones no podría subir los escalones. De inmediato llamó al médico y limpió cada una de sus heridas con amor mientras le preguntaba en voz baja como si no quisiera que la escuchara: ¿Qué te sucedió? ¿Quién te golpeó? ¿Reconociste a alguno?
Rubén negaba con la cabeza y la miraba a los ojos. Veía borroso. La escena era conmovedora: la esposa compasiva y abnegada curando a su marido con devoción y ternura. Tan sólo recordar que pensaba separarse de ella una semana antes… ¡Qué gran error hubiera sido!
Llegó el doctor. Lo revisó, pidió traslado al hospital. En su casa no podrían curar el brazo fracturado, coser las heridas y el esguince de cuello. Graciela se ofreció a pagar todos los gastos y a quedarse con Rubén en la noche. Se acomodó en un sillón viejo y roído junto a la cama del paciente. No se quejó del frío; durmió como perro fiel a sus pies. De vez en cuando se levantaba de su incómodo lecho para checar que su marido se encontrara bien. A Rubén más que las heridas, le dolía haber tratado así a su mujer, haberla maltratado como lo había hecho le avergonzaba. Justo aquel día en la mañana le gritó que ya no la necesitaba más. Se dio cuenta de que la necesitaba a su lado más de lo pensado. Se prometió a si mismo jamás volverlo a hacer, incluso le pasó por la cabeza la idea de que se merecía la golpiza. Todo sucedió muy rápido. Unos tipos lo interceptaron fuera de su trabajo, lo obligaron a subirse a una camioneta negra, ahí lo patearon; le pegaron con bats, le dieron puñetazos hasta que la cara de su víctima pareció una mole de carne con sangre. Después lo dejaron tirado cerca de su casa. Rubén quiso parar un taxi, ninguno se detuvo. Él no los culpaba, después de todo por la facha que traía ni siquiera él se hubiese detenido. Mientras casi se arrastraba por las calles llegó a la conclusión de que era víctima de una venganza. Tal vez su amante o alguno de sus clientes…
Pasaron los días, Rubén regresó a su hogar acompañado de su fiel esposa. Se quedó dormido a profundidad. Graciela se acercó para besarlo y se percató que incluso roncaba. Lo arropó bien, cuando iba a recostarse a su lado, oyó el timbre de la puerta. Descalza, sacó una bolsa que mantenía escondida en un cajón y bajó con ella tratando de no hacer ruido. Abrió. Un tipo gigantesco y gordo la saludó. Quería pasar.
− ¡No!−gritó ella − Toma el dinero y lárgate.
Le aventó la bolsa y cerró la puerta. Suspiró. Todo estaría bien ahora. Cuando volteó para subir las escaleras, sorprendió a Rubén observándola con lágrimas en los ojos y un bat en la mano derecha. La miró con un odio que ella jamás había visto.
− ¡Perdóname Rubén!− Se tiró a sus pies − ¡Es que necesitaba que me necesitaras tanto!
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Sandra Becerril. Es escritora y guionista mexicana, nominada al Ariel 2020 por Mejor Guion Adaptado, Doctor Honoris Causa por el Congreso Iberoamericano de la Educación en Perú, miembro de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, miembro del Consejo Editorial de la Dirección de Publicaciones en Coneculta. Ha publicado con Alfaguara, Random House, Beek y Amarante, entre otras editoriales, en México, Estados Unidos, Argentina, España, Italia y Cuba 24 novelas entre las que se encuentran: Valle de Fuego, Tu Cadáver en la Nieve, Antes de mi, La Calle de las Brujas, Ciudad Oscura, El silencio de todos los muertos, etc. las cuales han sido merecedoras de 19 reconocimientos internacionales en el área literaria como el Premio Auguste Dupin de Novela Negra y Denuncia Social (España), MiNatura (Cuba), Se busca un escritor (Editorial Otro tipo, México) y apoyos como el “Juntos a la distancia” por su trabajo cinematográfico y labor educativa (Fonca).
Tiene 40 producciones de guiones de su autoría, entre películas y series, que han ganado diversos premios alrededor del mundo, exhibidas en prestigiosos festivales siendo películas en la noche de apertura o clausura en Fantasía (Montreal), “Strasbourg European Fantastic Film Festival (Estrasburgo), Stiges (España), Macabro (México), entre otros, además de corridas comerciales en México, Estados Unidos, Japón, Alemania y Australia.
Entre sus guiones más reconocidos están “Nightmare Cinema”, “Santiago apóstol”, “En los tiempos de mi general”, “Desde tu infierno” y “El departamento”. Especializada en los géneros terror y thriller ha dirigido cuatro largometrajes y cuatro series televisivas con gran éxito. Es la primera mexicana en escribir para los maestros del terror de Hollywood.