ALEJANDRA MENDEZ BUJONOK
Intervalo
Llevo mi cuerpo eutónico
donde la vida lo exige.
Sobre una manta
a barbechar esparzo
las vértebras del ánimo.
Inanimado este animal
es una máquina
que no comprende
su música imperfecta.
El río
Las tardes no son bombas aquí
pero nos llegan noticias desde lejos.
La tierra es un lugar terrible,
un desolado campamento de idiotas
que olvidan en mitad de la noche canturreando.
Mi cuerpo ya no existe entre el gentío,
desaparezco firme en la extrañeza.
La sangre nunca fue un río eterno.
Rhizanthella
para Fabiola
Por los caminos del agua en busca del silencio
las máquinas son máquinas secretas.
Como una Rhizanthella, sin romper
jamás la superficie de la tierra,
florecen por lo bajo aquellos rayos.
Profecía
Del día en que caía
el globo del espacio,
del silencio hecho muerte
impenetrable. Era:
un hueco vacío, como el ombligo de dios.
Jirones de rayos luminosos
descendían cuando el cielo
velaba la costa del río
escamada y dolorida.
En la luna se observaban
extranjeros movimientos,
del sonido hecho carne
impenetrable. Era:
un gran incendio, como todo buen poema.
De: Rapsodia descontenta
Lenguaje/ jén
Artistas de la idiocia
lengua jején
macho de América.
Tesia capital
de palabras.
Vacían jebe de la idea
en la jerga aquella. Allá
más allá
de la América norte.
Idílico brillo
canibalística / mente
la mente carcome
come come
(a los artistas éstos de la idiocia)
Acá
más acá
la india caquexia.
Tracto digestivo (que no es)
sur que come carne
de los otros.
Indigestión,
y sin embargo,
Lengua jején
macho de América.
De: Tarde Abedul
Los nietos corretean poráhi
con un elástico tumulto infantil.
Los tempranos en el mundo
son alegres como los picaflores,
hiperbólicos con su zunzún,
sobre todo en el celo, y esa especie
de U universal.
Pobres bichos, tanta tala,
tanta tonta mano humana.
¿Quién no ha muerto una mañana
de puro hastío?
Yo veo el pájaro de mal agüero
más seguido de lo que quisiera.
Yo tengo un pájaro en el corazón,
no puedo dejar de mirar,
tengo un corazón en el pájaro,
y no comprenden de raíz
aquellos que se burlan
de nuestras historias,
aquellos que se florean,
en pos del arte, en pos del metal.
Pacharacos que llenos de nada
van con sus plumones inútiles,
ríen a carcajadas abriendo
la boca y tirándose hacia atrás.
No ha de haber tristes más largos
que los ruidosos, ¿viste vos?
No iluminan, Cuchúa, encandilan
para enceguecer.
Hoy la sombra se desliza con la fresca,
es mediodía y un círculo imperfecto
brota ante mí sobre la mesa
a través de las ramas del naranjo
y rezo desde el silencio:
luz del día, oye a tu hijo
que escapa del descontento.
Ella viene con su ramito de tomillo
mezclando los aires al pasar
los olores que respiro,
su ser en forma,
viene y me toca su perfume
en breve instante el alma.
Me dejo dormir en el lomo del árbol conocido.
Hay una confianza desigual en la siesta,
todo parece entrar en este tiempo sin tiempo,
en esta especie de agujero sin fondo.
El que estuvo preso sabe que la cárcel
existe primero en nosotros.
Las paredes pueden ser fronteras
o mares o costas.
De: Charlas con Cuchúa

Alejandra Mendez Bujonok (San Cristóbal, Santa Fe, 1979). Reside en Rosario, Argentina. Estudió psicología en la UNR. Es escritora, productora cultural y docente. Fue declarada Artista Distinguida por la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe (2019). Publicó los libros de poemas: Tarde abedul (La Pulga Renga, Rosario, primer ed 2013 segunda ed 2015), Charlas con Cuchúa (Editorial DeAcá, San Luis, 2018), Trece maneras de enfocar otro pájaro (Ediciones Arroyo, Santa Fe, 2019) Rapsodia descontenta (CR editorial, Rosario 2022). Su poesía está incluida en numerosas antologías nacionales y latinoamericanas. Ha participado en importantes festivales de poesía nacionales e internacionales. Fue traducida al francés y al polaco.
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JONIO GONZÁLEZ
SEÑUELO
¿a quién complaces
al no caer en la tentación?
¿a quién beneficias?
¿al veleidoso
que sólo promete la muerte
o al inocente
cuya aflicción lo justifica?
también el falto de bondad
propone caminos que confunde
con justicia
o no confunde
sino que repite cuanto crea
hasta dar con un hijo capaz
de enmascarar su obstinación
harto de rituales de deslumbramiento
la tentación en la que caigas
será la prueba de que deseo y venganza
obedecen all mismo credo.
UN ORDEN
este índice comenzará por la zeta
por la ene por la de
por donde la autoridad de la razón
y la ambición
deje de segmentar las promesas
nadie ni nada iluminará los motivos
inconscientes o forzados
de semejante orden
nadie ni nada manifestará su suspicacia
pretendiendo como el monje del cuento
que hasta los árboles de hierro
dan flores
dicha disposición no será explícita
tu nombre figurará
pero no sabrás distinguirlo
aparecerá en el centro
de lo que has abandonado
en aquel que fuiste
y aún no es
resto restituido a la ignorancia
al esfuerzo inútil
a lo que sólo existe cuando todos
menos tú
te olvidan
ESPERA
no dejes que me vaya
pide a todos
que se sienten a la mesa
y hablen
de cuando los protegía el camino
que a la sombra
de aquel árbol aguarden
como entonces la noche:
hará frío y son niños
a nadie tendrán
por la mañana
buscarán desnudos
el prometido pan
de la obediencia
el consuelo del silencio
esa nube que acaricia
como escarcha la hierba
y engañándola la quema
nunca soñarán
lo que no ha sido
nada será
hasta que lo sueñen
MISE EN SCÈNE
no es necesario arrancar la página ni cerrar el libro para encontrar
una descripción del silencio
el vacuo inevitable gesto
de la representación
el inútil acto de definir
la utilidad del contenido
para encajar las piezas
por identidades
y afirmar ése eres tú
éste era yo
aquélla algunas frases
que aún recordamos
lo que la piel no ha dejado de sentir
como un modo de compensación
por lo que el deseo ha negado
y la distancia roba
PROCESO Y RESULTADO III
si existiera siempre
una relación entre la causa y el efecto
o entre éste y aquélla
si la descripción general
recordara los nombres
sin recurrir a equivalencias
si no intentara guiar
a aquellos que no le pertenecen
sería como abrir lentamente
el libro que nos describe
como si en el empeño
un temblor anunciase el tributo
la sucesión constante
de error y trascendencia
MONET
los nenúfares no existen créeme
nunca han existido
no son más que el modo
en que la ilusión acude
al rescate de la ausencia
como quien obedece
a cuanto el sueño
promete contener:
un precio
que ningún deseo de semejanza
podrá pagar jamás

Jonio González (Buenos Aires, 1954). Reside en Barcelona desde 1983. En 1981 fundó con Javier Cófreces la revista de poesía La Danza del Ratón. Ha sido incluido en varias antologías, entre ellas: Doscientos años de poesía argentina (Buenos Aires, 2010); Antología de poesía argentina de hoy (Barcelona, 2010); Poésie récente d’Argentine: une anthologie possible (París, 2013) y La doble sombra: Poesía argentina contemporánea (Madrid, 2014). Ha publicado los siguientes poemarios: Onofrio. Grupo de Poesía Descarnada (con Javier Cófreces y Miguel Gaya, 1978, 2008); El oro de la república (1982); Muro de máscaras (1987); Cecil (1991); Últimos poemas de Eunice Cohen (1999); El puente (2001, 2003); Ganar el desierto (2009); La invención de los venenos (2015); Historia del visitante (2019) y Esbozos y representaciones (2022). Asimismo, fue miembro del consejo de redacción de la revista Cuadernos de jazz, dirigida por Raúl Mao. Como traductor de poesía, sus últimas publicaciones incluyen la antología Poetas norteamericanos en dos siglos (2019); Esperando mi vida, de Linda Pastan (conjuntamente con Rosa Lentini, 2021), y su colaboración en In nomine Auschwitz. Antología de la poesía del Holocausto, de Carlos Morales del Coso (2022).
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FABIÁN O. IRIARTE
CASI LO MISMO
Sigue con la mirada, pero distraída a la vez,
el vuelo de la pobre criatura color gris
o color heno, como si no importara,
como si la atención no salvara de lo inevitable.
Entre “brotes de hiedra” o en el atardecer del otoño,
no se destaca demasiado esa cosa con alas
(que no es la esperanza) ni alegre ni sombría
que se debate en el aire o entre los pliegues
de las cortinas: hay algo a la vez maravilloso
y patético en ella.
Como una representación del olvido
antes del tiempo. Viendo volar a esa noctua pronuba
(quizás ni siquiera lo es), puede concluir,
pero esta vez creo que habla sobre sí misma,
y el río está cerca: “Nada tiene ninguna
oportunidad contra la muerte”. Ella es la polilla.
Y sigue leyendo.
EL CRUCE
Der Übergang (1963)
A. R. Penck
Un paso, dos pasos, tres pasos. Se derriba
el tiempo (como en una metáfora),
se derriba el espacio y las separaciones.
Entre las cosas, entre el tiempo y el espacio,
como si los polos de la tierra no estuvieran
“ligeramente achatados”.
¿Qué hay del otro lado del puente?
¿Qué habrá? Soportará el peso de ese trazo
negro de pintura.
El cruce, que es como un quiasmo (en su ritmo),
puede también representarse con un dibujo.
Y aunque la expresión “llevar su cruz”
suele querer decir “la carga”, ahora no.
Es una imagen de las líneas cruzadas, oblicuas,
como piernas que corren o caminan ligero
para no llegar tarde y van cortando
el aire con su filo de tijeras, chac chac,
chac, chac, un paso, dos, tres.
LA VIDA
Nos quedamos sin luz.
¿Cuál es la solución al problema?
Encendimos tres velas. En el triángulo de luz,
sus rostros se veían desencajados. “He malgastado
mi vida”, pensó uno.
¿Cómo lo había dicho Caetano Veloso?
Ah, sí, “…vagos medos
ligados ao sentido da minha vida”.
Eran tres o cuatro cuadras,
todas sin luz, apagón absurdo.
Dicen que desde que falleció
su madre, está inconsolable. La gente se pelea
y se mata en las calles, y no le importa nada.
Evidentemente, el problema no es la oscuridad.
CON LOS RECAUDOS NECESARIOS
Y LAS DEBIDAS PRECAUCIONES
La gramática es capital para concebir el mundo.
—Henri Meschonnic
Los ángeles están llorando
porque acaban de leer los libros
traducidos al griego. Y los pájaros,
esdrújulos en los árboles, repiten “kol koré, kol koré”
y también lloran. Cantando.
Que es un modo de llorar. Parece que
la primera cosa creada fue la luz.
Eso lo cambia todo. Quedaremos ciegos
y lloraremos como ángeles, como pájaros.
Ejércitos de estrellas y sol y luna llueven
sobre nuestras cabezas, las ilusiones son destrozadas.
Vana y vacía la tierra, en lengua santa hablarán.
Qué informe tan pesimista debo llevarles.
En fin, esperemos.
De: El punto suspensivo (Batán: Letra Sudaca, 2014).
EL PUERCOESPÍN ENJAULADO
En el postmundo, la persona
vive póstumas vidas.
Hay que llevarle
lirios y flores calas, cimbalarias, pan y queso,
pares de gansos y patos, incluso
un puercoespín en una jaula.
La comida y las plegarias duran una eternidad,
el entumbamiento es una cuestión de segundos,
pero el contorno de la persona se dibuja
con extrema nitidez.
Es como si el relieve debiera ser leído:
único dato que queda
de su vida anterior.
LA SEGUNDA REALIDAD
¿Qué puño aprieta mi corazón?
Se hace esa pregunta. Es el personaje central,
pero la realidad está en los bordes.
La intrusión brutal de los observadores
ha modificado el hecho puro. Ahora
tenemos una segunda línea de horizonte.
Se ha desplazado el margen, y no sabemos
si habrá tiempo u oportunidad para el retorno.
No puedo ver bien la foto.
Se impone la anécdota que está contando
el personaje central, que se pregunta
qué puño apretará su corazón, su corazón.
ES TAN DIFÍCIL SER SIMPLE
El ojo siempre corrige el horizonte.
Incluso con la cabeza inclinada, sigue viendo
el horizonte derecho, como si nada hubiera pasado,
como si no fuera catástrofe en el mundo.
Es el colmo: la máquina de registrar
registra su propia imperfección. Solamente
los niños, ajenos al engaño, detectan que el horizonte,
después de todo, está oblicuo.
“Je ne regrette rien ?”, me pregunto.
Au contraire! Le passé se fout de moi.
Frente a seres extraños, organizo todo el espacio,
corrijo mi postura, las reacciones elementales
que siento. A las preguntas hay que responderlas,
aunque se dice que con la pregunta es suficiente.
De: Al comienzo era sólo un murmullo
(Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral, 2017).

Fabián O. Iriarte (Laprida, Provincia de Buenos Aires, 1963). Licenciado en Letras (Universidad Nacional de Mar del Plata, 1987) y Doctor en Humanidades (University of Texas at Dallas, 1999). Enseña Literatura Comparada y Literatura Inglesa en la UNMdP. Ha publicado varios libros de poesía, entre los últimos de los cuales se cuentan Pocas probabilidades de lluvia (2021), Ileso no saldrás (2022), El método del discurso (2022), Entre los juncos y la baja tarde (2022) y Con sutiles artimañas (2023). Su libro de poemas Las confesiones (2012) fue traducido al inglés por Lawrence Schimel: The Confessions (Seattle, WA: Entre Ríos Books, 2023). Tradujo poemas de Jorie Graham para la antología Palabras liberadas: Siete poetas norteamericanas contemporáneas (2017 y 2023); poemas de Adrienne Rich, Emily Dickinson, Jean Cocteau, entre otras/os; y el libro Notas y Tonos: Entrevistas de Músico a Músico, de Arthur Taylor (Mar del Plata: Letra Sudaca, 2024), sobre el jazz afroamericano.