Cómo ha sido posible aquí todo el amor
VI
El silencio es posibilidad
incluso solución
puede mantener rotas las fibras que mantienen la rutina
o fracturar la parsimonia que mantiene gris lo gris
los cuerpos también son posibilidad
se puede medir uno con otro
y distinguir las sales de las mieles
pareciera que dos cuerpos resplandecen
cuando se comparan
un frutero — por ejemplo—
si contiene solo una manzana
brilla menos
en cambio si se coloca
digamos una fresa
ambas resplandecen
aunque sabemos
claro
que una envejece esperando
mientras la otra es devorada
VIII
Amanda barre la sala
yo levanto los pies para no causar molestia
cuando termina
hiervo el café sobrante del desayuno y abro el frasco de aspirinas
para evitar la posibilidad de un dolor de cabeza
llevo siempre el mismo libro como señal de salir a fumar
lo abro en el patio para verme ocupado
—no recuerdo si alguna vez leí de él—
un par de cigarros y regreso a la sala
enciendo la televisión hasta que el sábado termina
[entre semana cuando cruzo la puerta
me enfrento a dos posibilidades:
un tango de compases vacilantes o bien
una batalla que se pierde más por aburrimiento que por sangre]
ahora son las tres de la tarde
Amanda sirve lentejas con tocino
veo el plato la miro a ella
y me preocupa delatarme
escondo la cara al fondo del plato
pongo los cubiertos juntos
para avisarle que levante la mesa
y no causar molestia
la miro a los ojos
casi decidido a confesarme
entonces
por el tragaluz
un sol distinto
brota
y callo
para evitar un posible dolor de cabeza
X
Hablemos de lo que no sabes
—por ejemplo— lo que brota en mí cuando sonríes
[te recuerdo al teléfono
reías qué inesperada sensación se abría en mi cuerpo]
anoche mientras el niño hacía la tarea
te vi cerrar la puerta
con una sonrisa tomé tu mano
seguro pensaste que cumpliría con mi deber
ahora que escribo esto
recuerdo tus ojos
con una luz que ahora doy por perdida
[lamento no saciar tus expectativas
por las noches
esperabas con el deseo abierto
como una mandarina que —para hacer más fácil su disfrute—
toma por ella misma el primer gajo]
estabas en nuestra cama
creo que nunca te había admirado tanto
y el tiempo
una medida que imaginábamos distinta
hablábamos de lo que ahora sabes
del dolor que solo da el conocimiento
de lo mucho que lastimo tu figura
repasando los contornos de otra
fue tu silencio al levantarte
y preparar todo para el día siguiente
la respuesta a lo irreparable
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Bruno Javier (Monterrey, Nuevo León. 1991). Poeta, docente y editor. Fue becario del Centro de Escritores de Nuevo León en 2022. Ha sido docente para el CEDIM, CONARTE, el INBAL y el Tecnológico de Monterrey. Su obra se encuentra en diferentes antologías y revistas del país, así como en el libro Por donde el diablo atraviesa los huesos (ENE/UANL). Ha sido Jefe de Proyectos en Ediciones Atrasalante, Gestor Editorial en el Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo de las Artes (UANL) y dictaminador de diferentes editoriales mexicanas especializadas en poesía. Actualmente cursa estudios de psicología y cultura medieval.