I- Los santorales religiosos tienen algo de parecido a los santorales filosóficos. Hay santos de cabecera y filósofos de cabecera, a quienes se les rinde culto. Pero una de las funciones clave de la filosofía consiste en desacralizar el pensamiento, volver terrenal al pensamiento. En los años recientes ha tenido lugar un proceso de desacralización del pensamiento de filósofo alemán Martín Heidegger. Uno de los pilares del pensamiento posmoderno es Heidegger. Indirectamente, las críticas a la obra y la vida de este filósofo son una crítica a la posmodernidad.
II- Después de la publicación de los “Cuadernos negros” de Heidegger, a partir del año 2014, han tenido lugar una serie de relecturas y reinterpretaciones de su obra. Los contenidos de los “cuadernos negros”, cuya publicación estuvo a cargo del filósofo Peter Trawny, dejan en claro dos cosas: el antisemitismo de Heidegger y su simpatía con el proyecto político del nacional socialismo. Durante la segunda década del siglo XXI hay un viraje interpretativo de la obra de Heidegger. Tratar de sostener la neutralidad política de la filosofía heideggeriana es una batalla imposible, una batalla perdida. Ya no es posible justificar circunstancial y coyunturalmente la militancia nazista de este filósofo. En su momento, la militancia nazista y el antisemitismo de Heidegger fueron plenamente conscientes y deliberados, esto está registrado en los “Cuadernos negros”.
III.- Entre los autores que reinterpretan la obra de Heidegger después de la publicación de los “Cuadernos negros”, están el mismo Peter Trawny (“Tren nocturno”, 2015; “Fuga del error. La anarquía de Heidegger”, 2016; “Martín Heidegger. Una introducción crítica”, 2017), Donatella di Cesare (“Heidegger y los judíos. Los cuadernos negros”, 2017) y Nicolás González Varela (“Heidegger. Nazismo y política del ser”, 2017). De estos tres autores, la interpretación más radical y más arriesgada es la de González Varela, quien afirma que desde la misma publicación de “Ser y tiempo” a finales de la década de 1920 es posible identificar la presencia de los indicios del nazismo en Heidegger. La tesis de González Varela es frontal en este sentido:
«Nosotros plantearemos la cuestión inversa: no la clásica pregunta, a esta altura del debate carente de sentido, si se dio una “relación interna y necesaria” entre la analítica de “Sein und Zeit” y sus percepciones y valoraciones políticas, sino que, por el contrario, demostraremos que en la Ontología heideggeriana existe indicios suficientes para hablar de una filosofía política “in nuce” , una filosofía práctica viva, que lo llevará, desde años anteriores a 1933, en primer término a las proximidades del polo «nacionalconservador» y, en segundo término, es ésta filosofía práctica, con su particular “re-working” de Aristóteles, la que le permitió valorar y compartir tanto ideales como objetivos con el “NS-Staat”…»
No hay una relación circunstancial o coyuntural entre la obra de Heidegger y el nazismo, sino que la obra este autor está atravesada por conceptos políticos, históricos y filosóficos que convergen de fondo con el nazismo. De ahí el título del libro de González Varela: “Heidegger. Nazismo y política del ser”. La filosofía del “ser” concebida por Heidegger en su obra de las décadas de 1920 y 1930, tiene una serie de contenidos que la hacen converger política e históricamente con el nazismo. Este territorio es escarbado de manera minuciosa y profunda por González Varela, hasta exhibir la desnudez filosófica y política de la obra de Heidegger.