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Mano a mano: Jorge Luis Borges vs Macedonio Fernández

Ambos ayudaron a textualizar la concentración y miniaturización de grandes historias

Por Antonio Flores | 16 febrero, 2022

Hoy en nuestro mano a mano presentamos a dos escritores argentinos, Jorge Luis Borges (1889-1986) y Macedonio Fernández (1874-1952), quienes contribuyeron, a afianzar el estatus genérico del microrrelato latinoamericano, y ayudaron, igual que Augusto Monterroso, Julio Torri y Juan José Arrola, a textualizar la concentración y miniaturización de grandes historias.
Sin más preámbulos, dejemos que suban al ring.

Abel y Caín

Por Jorge Luis Borges

Abel y Caín se encontraron después de la muerte de Abel. Caminaban por el desierto y se reconocieron desde lejos, porque los dos eran muy altos. Los hermanos se sentaron en la tierra, hicieron un fuego y comieron. Guardaban silencio, a la manera de la gente cansada cuando declina el día. En el cielo asomaba alguna estrella, que aún no había recibido su nombre. A la luz de las llamas, Caín advirtió en la frente de Abel la marca de la piedra y dejó caer el pan que estaba por llevarse a la boca y pidió que le fuera perdonado su crimen.

Abel contestó:

—¿Tú me has matado o yo te he matado? Ya no recuerdo; aquí estamos juntos como antes.

—Ahora sé que en verdad me has perdonado —dijo Caín—, porque olvidar es perdonar. Yo trataré también de olvidar.

Abel dijo despacio:

—Así es. Mientras dura el remordimiento dura la culpa.


Artificios

Por Macedonio Fernández

-Mujer, ¿cuánto te ha costado esta espumadera?

-1,90.

-¿Cómo, tanto? ¡Pero es una barbaridad!

-Sí; es que los agujeros están carísimos. Con esto de la guerra se aprovechan de todo.

-¡Pues la hubieras comprado sin ellos!

-Pero entonces sería un cucharón y ya no serviría para espumar.

-No importa; no hay que pagar de más. Son artificios del mercado de agujeros.

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