Efraín Huerta, el “gran cocodrilo” de la literatura mexicana, publicó su libro 50 Poemínimos en 1978 y dos años después Estampida de poemínimos. Editada por Marín Pescador Taller, la primera obra acentuó la fama de juguetón y humorista que ya había cultivado en años anteriores, en revistas como Siempre y en Poemas prohibidos y de amor que vio la luz en 1973.
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SALVAJEZ
Todos
Los lunes
Descubro
Que llegué
Muy tarde
A mi
Fin
De
Semana
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Huerta nacido en 1914 en Silao, aseguraba que “el poemínimo está a la vuelta de la esquina o en la siguiente parada del Metro. Un poemínimo es una mariposa loca, capturada a tiempo y a tiempo sometida al rigor de la camisa de fuerza”, pero en el prólogo de Estampida de Poemínimos va más allá de la descripción poética:
“Hacerlo requiere de una espontaneidad diferente a la del meditado epigrama, y de un maligno toque poético que lo coloca a cien años de luminosa oscuridad del hai-kai (haikú); tampoco es un aforismo ni un apotegma ni un dogma. Para llegar o medio llegar a un acuerdo, inventé el término apodogma —y todos tan intranquilos”.
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MANSA HIPÉRBOLE
Los lunes, miércoles y viernes
Soy un indigente sexual;
Lo mismo que los martes,
Los jueves y los sábados.
Los domingo descanso.
(29 de mayo de 1969)
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Otros autores como Benjamín Valdivia en El Camino del Fuego (1991), un libro en el que se aborda a la poesía guanajuatense mediante ensayos literarios, distingue varios tipos de poemínimos: lo que se construyeron sobre cimientos de referencias cultas, los populares, los poéticos y con los que se apropió de frases de otros escritores.
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ORACIÓN
Sufro
Bonitamente
Líbreme
Dios
De los
Malos
Sufrimientos
(29 de agosto de 1969)
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A Huerta, quien murió en 1982 en la Ciudad de México, se le conocía como el “gran cocodrilo”, mote que no tiene un origen preciso, porque mientras unos aseguraban que era por mantenerse impasible ante los embates de la vida y la cotidianidad, otros eran más directos y apegados a la realidad al encontrarle un parecido físico a ese reptil. Me voy por el segundo.
A partir de 50 poemínimos se escribió mucho acerca de los textos breves de Huerta. Hace poco releía el libro y después, entre un café y otro (sin azúcar), me encontré con un montón de artículos en la red que me llevaron hasta la Revista de la Universidad de México, donde hallé uno publicado en septiembre de 1978 de Arturo Trejo. Me llamó la atención por la fecha, porque se trata de una de las primeras reseñas que se escribieron sobre el libro.
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REDIL
Como
Buena
Oveja
Descarriada
Que soy
Me vendo
Bien
Al mejor
Pastor
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“Los poemínimos de Huerta son una forma personalísima de darse, de presentarse desnudo ante el lector. Llegar a los poemínimos le ha costado al poeta muchos años; es la síntesis de los poemas rabiosos de Poemas prohibidos y de amor donde se denuncia la represión, el colonialismo y el desamor”, indica Trejo en su Mini-reseña 50 poemínimos de Efraín Huerta.
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LA CONTRA
Nomás
Por joder
Yo voy
A resucitar
De entre
Los
Vivos
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La importancia de los poemínimos, escribe Trejo, reside precisamente en su temporalidad y su contenido. No son una obra menor en la obra del poeta sino una síntesis en el lenguaje ya muy propio de Huerta.
“Los poemínimos pueden volver a vincular la poesía, al menos la escrita, por medio del dicho y el refrán con sectores más amplios de lectores, y pueden ser el vehículo que conduzca a la gente al descubrimiento de los otros poemas y los otros poetas”, agrega Trejo.