El poemario Li de Adriana Tafoya ha alcanzado su resolución como obra, lo que inicialmente había sido el desarrollo experimental de unos poemas hacia una nueva fase en la poética de Adriana ha llegado a resolverse en un libro acabado. Ya no es un embrión sino un nuevo mundo y puede apreciarse como tal, con la reserva de que dicha resolución no expresa, obviamente, el límite de su lectura.
De manera preliminar, habría que considerar algo que muchos críticos pasarán por alto, a pesar de ser algo insistente a la vista de cualquiera que lea Li, y es el significado de las vocales como título de los poemas. Desde mi punto de vista, el uso de las 5 vocales hace alusión a las fases de la luna y no porque haya 5 fases, pues hay científicos que describen 8, otros 4, sino por el simbolismo de la transformación cíclica. Miramos el sol y es igual siempre, salvo cuando la luna lo devora. En cambio, la luna, unas veces está llena, otras creciente, otras, menguante. En los poemas de Li, comienza una A en la primeria serie, pero después de la U comienza de nuevo la A, pero de forma doble, y así las demás letras, entonces podemos concluir que los poemas de Li se estructuran a la manera de un ciclo expansivo hasta llegas a las cinco As, 5 Es, 5Is, etcétera. El ciclo es el tiempo de la Diosa, así Perséfone descendía cada año al inframundo, y resurgía con el crecimiento de la espiga de la madre Deméter, igual que Inanna. Li es un ciclo de 5 tiempos articulando 5 elementos incrustados en los dedos de la mano, el ciclo se repite, pero mediante la diferencia, pues cada poema es distinto en sus elementos y narrativa, pero conservando el sentido de la poética femenina propia de Adriana Tafoya. Si en la mitología solar de los aztecas, el fin de un ciclo significaba la destrucción de la humanidad y el resto de vivientes, para dar paso a una nueva humanidad, así en la mitología lunar de Adriana se reconstruye el mundo, las mujeres, los hombres y el lenguaje, pero a diferencia de la mitología solar representada por dioses que exaltaban el culto a la guerra y el sacrificio cruento, la mitología lunar consiste en el amor, la sexualidad libre y la reparación consciente de lo que fue dañado en la mujer y en el hombre.
Examinemos el vínculo de las letras con el contenido del poema en los textos que conforman el quinto ciclo. En el poema 5A, la letra A simboliza el vocablo del comienzo, el Padre fundador de la mitología del toro o buey mítico, Adriana ha problematizado la interpretación patriarcal de la A desde el libro Huevo moteado donde hay una dislocación de la A en el primer verso, de ahí que el tema del poema 5 A narre la historia de un padre bueno de una era dorada ya perdida, el padre del paraíso sabía amar y no creía en Dios, mientras que los padres sucesivos, son una imitación patética y cruel del padre original que solo regresa como una imagen evocada en un recuerdo parte “dil viento”.
En el poema 5E, la letra e implica una de las contradicciones fundamentales de la obra y que se resuelve en principio con la sustitución en los pronombres de la e por li, la e fue tachada, ya no se dice él o ella sino li o lu, pareciera que la e solo puede cargar la culpa de su pasado como inicial del nombre del Dios El, pero la E mayúscula tiene 3 líneas, y en El libro de las letras, Victoria García afirma que en francés la e tiene 3 sonidos, 3 es el número de la Diosa que es doncella, madre y anciana; y es una Diosa la protagonista del poema 5E, la Diosa Ninguna de la mitología sumeria, una de las artífices del humano primordial. Al hablar de Ninguna destaca una de las técnicas literarias favoritas de Adriana Tafoya, técnica que la poeta ha utilizado con maestría y llevado a la diseminación del sentido, hablo de la homonimia, figura en la cual un significante alberga múltiples significados, a diferencia de la sinonimia donde significantes distintos denotan un solo significado. El significante Ninguna representa a una Diosa sumeria pero también es la manera en que nuestro idioma expresa la ausencia absoluta aplicada a un sustantivo femenino.[1] Entonces hay un juego que lleva al lector a oscilar entre una interpretación del poema como un texto triste, donde el tema es la soledad, y otra interpretación en la cual el poema es una narración de amor feliz. El poema dice: “Ninguna sueña li mismo/ que tu sueñas/ te acompaña a lus infiernos/ …Ninguna te espera en li lluvia/ sentada en li banqueta/ con lu niña que formó para ti/ en lis brazos.” La interpretación patriarcal establecería una oposición inconciliable entre el hombre y la mujer, en el caso Ninguna= nada, el hombre está solo, la mujer no lo sigue hasta el infierno, ni se une para crear vida con él, la mujer solo es una nostalgia de la soledad del hombre. En la interpretación Ninguna= Diosa sumeria, el poema quiere decir que la Diosa vive en amor con el hombre con quien logra concebir una niña, la Diosa afirma su poder de fertilidad. Podríamos añadir una tercer interpretación que sintetiza los dos momentos anteriores, en varias mitologías la Nada es la fuerza creadora, Eckart hablaba del fruto de la nada y en el taoísmo, el Tao, la naturaleza es llamada vacuidad, de modo que en el poema de amor 5E, la amada puede ser comprendida como la nada creadora de lo real, el punto cero. Por añadir algo más a la interpretación de Li mediante la sabiduría china, cito el Diccionario de la sexualidad sagrada de Rufus Camphausen: “Li: Término chino que significa fuego. Uno de los ocho trigramas básicos del I Ching, compuesto por dos líneas yang masculinas que envuelven a una línea yin. Es la imagen reflejada del trigrama k’an (“agua”) (…) La energía que simboliza li desempeña una función importante en las técnicas sexuales tántricasque aspiran a la fusión de k’an y li y a la consiguiente creación y concentración de fuerza vital. En este contexto li suele representarse como el dragón verde, el sol y el cuervo.” (p. 194). Los chinos utilizaban “líneas” como método de adivinación, en el espacio que sitúa los trigramas del I-Ching, Li el fuego se opone o refleja k’an, el agua. El fuego es solar y el agua es lunar, el sol es luz es yang, masculino, la luna es oscuridad es yin, femenina. Parecería la mayor contradicción de Tafoya el hecho de que Li sea símbolo del sol, pero es la contradicción su mayor virtud, ya que la idea del yin y el yang no expresa, en sentido metafísico, que el sol excluye y es superior ontológicamente a la luna, sino que la contradicción entre luz y oscuridad es una relación de co-pertenencia e inclusión, en el corazón del sol está la luna, en el corazón de la luna está el sol, en esa unidad de contrarios Li es el albergue del hombre y la mujer, y como albergue la obra dice lis hombres, lis mujeres, superando el conflicto de ambos, Li es el andrógino mágico. Por último, el simbolismo de Li como dragón entraña el arquetipo de la serpiente como avatar de la Diosa, la serpiente que aparece en la religión desde la Diosa cretense a la kundalini tántrica.
En I5, la letra I semeja gráficamente una línea, la mitología de la línea es el tema del texto, el trazo, el acto de dibujar simboliza la creación de espacios: “Línea se mueve crece libre creando linderos formando figuras suaves”. Al mismo tiempo la I parece un hilo, la línea que teje el destino “en li gasa de lo blanco”, el hilo y la Diosa van de la mano y se intensifican con el símbolo de la rueca, la rueda del cosmos urdida por las tres parcas o nornas, la línea “avanza infinita en todos lis tiempos”. En conclusión, una de las creaturas míticas del multiverso de Adriana Tafoya es la línea que teje el espacio, el tiempo y los cuerpos; a partir de otro comienzo, la I es el número 1 romano pero aquí en el principio es Venus y no Marte, “erótica línea” cuyo avance no es controlado por la razón del progreso moderno sino que avanza con la gracia de la Fortuna.
En O5, la O semeja una cueva, en las montañas hay cuevas que esconden feroces creaturas, leones, osos, etc. La O es el hogar y el portal de donde viene la vida, un 0, la tierra o el cuerpo que se abre fértilmente. En este poema nuevamente Tafoya utiliza la homonimia para para estableces varias lecturas posibles: “Solo leones con un testículo/ suben a mi cama/ Solo alucinados hombres/ envestidos de mujer. / Matar en lis rojos vicios es mi devoción/ Matar en li lecho con jóvenes mujeres es mi devoción”. La homonimia está en la palabra Matar, en un caso, el significante matar quiere decir asesinar, entonces el poema es la afirmación del sadismo, la delicia de la transgresión; en una segunda lectura, Matar quiere decir madre, la Diosa Cibeles, a quien los frigios llamaban Matar Kubileya, por lo tanto el poema es el canto a una Diosa de la fertilidad, por ese motivo el poema habla de leones de un solo testículo, ya que los leones eran su animal acompañante y el más representativo de la fuerza salvaje de Cibeles, fórmula repetida en la iconografía de la bruja Circe y que sobrevive en la carta de La fuerza en el tarot, además en los cultos de Cibeles, la masculinidad era subvertida por sus sacerdotes quienes se castraban como el Dios Atis resucitado en el pino, los sacerdotes de Cibeles también alteraban su género convirtiéndose en mujeres. Cuando el poema afirma: “Matar en li lecho con jóvenes mujeres es mi devoción” la lectura del texto usando el nombre de la Diosa haría alusión a que Cibeles está presente en el acto sexual con las mujeres y que el sexo es un ritual en honora a ella.
Para terminar, en U5, la U es la última vocal, por lo tanto indica el fin de un ciclo y el comienzo de otro. U es la inicial de Una, inversión del Uno que da origen a la realidad concebida desde la metafísica, pero aquí ¿Qué es lo que inicia? Otro multiverso, pues uno de los aportes de Adriana a la literatura es que ha creado su propio multiverso o mitología con personajes como Atea, la línea, Matar, Ninguna y el libro cierra con el mito de Li: “cuando aún li historia no se dictaba/ yo era la sílaba sibilina/ que daba li conocimiento de li placer/ y lu comienzo de li felicidad/ a sus discípulos…¿No es esta lu maravilla de lu mundo/ que no debe ser descubierta?” Según los versos Li es una creatura de lenguaje mágico existente antes de la historia entendida como la narración de los vencedores, por el contrario, la sabiduría de Li es el placer y la felicidad, Li se una fuerza mágica que, al ser lunar, se sustrae al escrutinio del sol, es el misterio que se mantiene como misterio para no ser explotado y reproducido en masa, es una singularidad que no se deja dominar.
[1] En Huevo moteado Adriana ya había utilizado la homonimia para crear a la Diosa Atea, el significante atea puede denotar una mujer que no cree en Dios pero también semeja a una de las hijas de Zeus, padre de Dioses y hombres, Tafoya supera la contradicción con una divinidad que no depende de los símbolos masculinos pero que sigue siendo una Diosa.
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Armando M. Morales nació en 1992 en la Ciudad de México; estudió filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; es profesor de la EPOEM 81. Ha publicado libros de poesía como El evangelio de la depresión (Verso destierro), Mis sueños terminan con la muerte (Editorial Chiplotle) y Poemas para prevenir el suicidio (Campo literario) y Enamorado de fantasmas (Verso destierro). Ha participado de antologías de la editorial El canto de la alondra. Tiene un canal en Youtube llamado Armando canal de literatura.