Conor corría por el apartamento jugando al escondite, mientras Lori escuchaba las advertencias de peligro del portero. Conor entró corriendo en la habitación y fue derecho a la ventana. Cayó cuarenta y nueve pisos antes de impactarse sobre el tejado del edificio contiguo.
Conor Clapton
Conor Clapton nació el 21 de agosto de 1986 en el Hospital de St. Mary, en el barrio de Paddington, Londres. En aquel momento era bastante conocida la adicción de Eric Clapton, su padre, al alcohol y las drogas. Era frecuente que el autor de Layla subiera al escenario en estado inconveniente. “No me preocupaba demasiado lo que pensara la gente; estaba borracho la mayor parte del tiempo, divirtiéndome, hacéndome el tonto y jugando con los chicos. El brandy era mi primera elección (…) Bebía sin parar, y me daba igual si había actuación o no esa noche, ya que siempre estaba seguro de que podría manejarlo”, relató el músico en su autobiografía, publicada en 2007.
Tras el nacimiento de Conor, Eric Clapton empezó a asumir que era padre y que era el momento de madurar.
“Consideré que todo mi comportamiento irracional del pasado podía excusarse, ya que se había llevado a cabo con adultos responsables. Pero ante la imagen de ese pequeño, tan vulnerable, de repente fui consciente de que ya era hora de dejar de hacer tonterías. Aunque la cuestión era ¿cómo”., añade sobre su hijo en su libro.
Un día, enclaustrado en una habitación de hotel, sin nada en qué pensar salvo en su pena y desdicha, Clapton supo, de repente, que tenía que volver al tratamiento de desintoxicación:
“En realidad lo hice por Conor, porque pensé que no podía aguantar estar a su lado de esa manera. Me resultaba insoportable la idea de que, cuando Conor viviera lo suficiente para hacerse una idea de mí, recibiría la imagen del hombre que era entonces”.
El apoyo terapéutico reforzó en Clapton la idea de mantenerse sobrio. Durante esos primeros años de abstinencia pasó sus mejores momentos en compañía de su hijo y su madre. Era lo más cerca que había estado en toda su existencia de llevar una vida convencional.
“Conor era un niño muy guapo de pelo rubio, muy parecido a mí a esa edad (…) Un niño precioso, de una dulzura maravillosa, que ya caminaba cuando cumplió el año. En cuanto empezó a hablar me comenzó a llamar ‘papá’ ”, explicó el guitarrista.
Una tonta pregunta
Un día antes del trágico suceso, Clapton recogió al pequeño Conor para llevarlo al circo. Era la primera vez que lo sacaba solo, y estaba a la vez nervioso y emocionado. Pasaron una noche genial. Conor no dejaba de hablar y se entusiasmó particularmente al ver a los elefantes. Aquello hizo que Eric se diera cuenta por primera vez de lo que significaba tener un hijo y ser padre. Ese día le dijo a Lori, la madre del pequeño, que a partir de ese momento, cuando le tocara tener a Conor en casa, quería ocuparse completamente de él.
A la mañana siguiente Eric se levantó temprano, listo para recoger a Lori y Conor, y llevarlos al zoológico; después comerían en un restaurante. Alrededor de las once, el teléfono sonó, era Lori. Estaba histérica, gritaba que Conor estaba muerto. Clapton pensó que eso no tenía sentido. ¿Cómo va a estar muerto?, pensó. Y le hizo una tonta pregunta “¿Estás segura?”. Ella le dijo que se había caído por la ventana. Lori gritaba fuera de sí. “Voy para allá”, le dijo.
Clapton anduvo caminando, intentando convencerse de que en realidad todo estaba bien. Cuando se acercó al edificio de apartamentos vio la cinta de la policía y la ambulancia en la calle, pero pasó de largo porque no tenía valor para entrar. Al final, entró en el edificio, y la Policía le hizo varias preguntas. Subió en el ascensor hasta el apartamento. Lori estaba desquiciada y hablaba como si se hubiera vuelto loca.
Después de hablar con la Policía y los médicos, Clapton determinó lo que había ocurrido sin tener siquiera que entrar en la habitación. La sala principal tenía a un lado ventanas desde el suelo hasta el techo. Las ventanas no tenían reja. Esa mañana el portero estaba limpiando las ventanas y las había dejado abiertas. Conor corría entonces por el apartamento jugando al escondite con su niñera, mientras Lori estaba distraída con las advertencias de peligro del portero. Conor entró corriendo en la habitación y fue derecho a la ventana. Cayó cuarenta y nueve pisos.
La música como refugio
Después de la muerte de Conor, los días para Clapton fueron una pesadilla. Permanecía la mayor parte del tiempo solo, sin dormir, rehuyendo de reuniones. Y nuevamente, como le había sucedido en el pasado, buscó refugio en la música. Al comienzo tocaba la guitarra sin ningún objetivo pero las canciones empezaban a tomar forma.
La primera fue “The Circus Left Town”, basada en la noche en que Conor y Eric fueron al circo:
“Pequeño hombre/con corazón tan puro y amor tan bueno/quédate conmigo y viajaré contigo/hasta el final de la línea/toma mi mano y caminaré contigo/a través de la noche más oscura”.
Después fue “My father´s eyes”:
“Navegando detrás del sol / esperando a mi príncipe venir / rezando por la lluvia sanadora / para que restaure mi alma otra vez / solo un inútil en el camino / ¿cómo llegué hasta aquí/¿qué he hecho?/¿Cuándo todas mis esperanzas surgirán”.
Y, por supuesto, “Tears in heaven”:
¿Sabrías mi nombre si te viera en el cielo? /¿Sería lo mismo de antes si te viera en el cielo? / Debo ser fuerte y seguir adelante / Porque sé que no pertenezco aquí en el cielo / ¿Tomarías mi mano si nos encontramos en el cielo? / ¿Me ayudarías a levantarme si te viera en el cielo? / Encontraré mi camino / A través de la noche y el día / Porque sé que no puedo quedarme aquí en el cielo”.
Cuenta Eric Clapton que en ningún momento dejó de recibir apoyo de sus compañeros del programa de doce pasos de Alcohólicos Anónimos. Cierta ocasión, después de presidir una de las reuniones, en donde narró su lastimosa historia y su desesperada lucha por mantenerse sobrio, una mujer se acercó para confesarle que su testimonio le había ayudado a dejar de justificarse.
“De repente fui consciente de que había encontrado una manera de transformar esa terrible tragedia en algo positivo. Estaba en la situación de decir: Bien, si puedo pasar por esto y seguir sobrio, entonces cualquiera puede. En ese momento me di cuenta de que no había mejor modo de honrar la memoria de mi hijo”, explicó.
Tras la muerte de Conor, Clapton tuvo la fuerza necesaria para reordenar su vida. Con ello edificó un duelo de modo sano, como el pintor que mediante los tonos y contrastes construye su tristeza, de la forma en que el poeta plasma su angustia o en que el atleta vierte su coraje en la pista. Lo anterior muestra que los procesos creativos se pueden potencializar al máximo en periodos de sensibilidad.
La gestación y desarrollo de sus canciones, que más tarde formarían parte del famoso disco Unplugged, mantuvieron vivo a Eric en el período más oscuro de su vida. De alguna forma le ayudaron a lidiar con el dolor y a superar lo ocurrido.
“Fui conciente de que podía hacer de esa tragedia algo positivo y dediqué mi vida a honrar a mi hijo (…)toqué y toqué para intentar afrontar la situación. La música me salvó, se llevó el dolor”.
Conor Clapton murió el 20 de marzo de 1991, si hoy viviera tendría 35 años de edad.
(Con información de Clapton. La Autobiografía, Global Rhythm Press, 2007)