Nubes
Azul inmenso mudo ruge. Cerca
ignotas nubes pasan sin moverse.
Rotundas claras dudas nos cautivan,
serenos cielos hoy nos sobrecogen.
Paisajes vuelan como nuestra vida:
ensueño puro, simples ilusiones.
Las flotas blancas surcan el oxígeno,
buques albinos en ebullición.
Es otra hora de otros cielos blandos.
Las palabras tortuosas se entretienen
haciendo malabares con el aire.
Es la hora fatal de la entelequia,
momento de mirar arriba el suelo
y dibujar futuros en los muros.
Homo Sapiens
Mengano golpea a Zutano y es pleito.
Mengania golpea a Zutania y es guerra.
Al mundo lo arrastra una furia perra.
Ejército fornica con ejército.
Se mata en las ciudades y en las sierras.
Matar gente inocente tiene rédito.
La Justicia nunca tuvo mucho mérito.
La muerte sale barata en la Tierra.
La humanidad nunca ha sido otra cosa
sino un sangriento campo de batalla
al que maquillamos con humanismo.
Nos espulgamos juntos la metralla;
y nos condecoramos con medallas
alabándonos a nosotros mismos.
pared
lo que designa el muro
es cuestión del muro
y no del arquitecto
que afiló los ladrillos
y les selló los labios
con cemento.
lo que designa el muro
es lo que no se puede decir
del muro
porque dejaría de ser
sino éter
o tierra para futuros ladrillos.
necesito una palabra
que atraviese la pared:
nombres que sobrevuelen
la estatura del muro:
invento muros
con cada palabra
que apilo.
tomo mi pared
y la recargo contra el horizonte
y así la pared
es el piso
y me pongo a mirar ese piso
que mis pies no pisan
cuando descanso la frente
en el antebrazo de mi nada.
queda de pie
un espejo de pino
que no arde:
una especie de televisor:
lo que hay es un reloj
que da la hora
que le da la gana.
estas paredes
van desnudas:
es bien sabido
que los espejos se alimentan
de gente.
cada yo es un muro
cada yo está separado
por un muro:
hay enigmas muros:
mudos muros:
hay enigmas de bronce
como el busto del prócer
en el patio de la espera.
Y tú y yo
Y tú te vas…
Y yo tu voz…
Y tú tu paz…
Y yo mi paciencia imposible.
Y tú te ves…
Y yo no puedo verte.
Y tú feliz…
Y yo en mi condición atroz.
Y tu capaz
de nunca verme más.
Imbécil yo…
Necesito tu brújula.
Quiero mi luz…
Sistema binario
Solenoides sus vagineos,
Ginecos va por ahí con su androide;
sol-en-eros, humanoide,
Andros va por allá con su ginecoide,
ostentando su pavoneo marcianoide.
Neo-vagineo pegamoide,
neo-Ginecos imanoide en la androteca;
Andros malandro en la ginecoteca,
releyendo soliloquios de tabloide,
obseso por sus quimeras mastoides.
Ginecos, karateca de toreo,
se jacta capaz de ovoide faena;
Andros come cardos por receta.
Ginecos devora a su androide en la cineteca,
y mastica mientras tanto su toroide.
Andros con su ginecoide de apoteca
hipoteca su biblioteca y su asteroide
y despliega paranoide su solfeo:
su deseo de Ginecos en su ginecoteca,
de Ginecos en el apogeo de sus vagineos:
sol capturado, opioide trofeo.
Planetoides orbitecan el gineceo:
trastocan leyes de estirpe cavernoide;
lo detectan antenoides mástiles erectos,
trastornados y prestos,
a la espera y dispuestos,
en el espejo ovuloide
de una orquesta de tercos
espermatozoides.
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Gonzalo Vélez (Ciudad de México, 1964) Además de poeta, funciona como escritor de artes visuales y traductor de literatura alemana. Ha recibido premios y reconocimientos por su labor como creador y traductor literario. Destaca su reciente traducción de Cosmos, de Alexander von Humboldt (Siglo XXI), así como su antología de poetas alemanes contemporáneos Poetas sin Muro (próxima publicación). Es becario del Sistema Nacional de Creadores Artísticos (2021-2024) con un proyecto ensayístico sobre la vida artística en la Ciudad de México en los años noventas. Su poesía se ha publicado en general de manera aislada y esporádica, aunque ha sido recopilada en dos poemarios, La hoja verde del jueves (1995) y Alas (2008), a los que se suman Burbuja, surgido durante la Pandemia, y un volumen de poesía reciente, en preparación.