La autopublicación es un fenómeno literario que ha tomado fuerza a partir de la pandemia y de la tecnología. Cualquiera puede publicar sus libros en plataformas como Amazon o venderlos de forma digital.
Los autores que optan por esta opción por lo general son de tres tipos: escritores cansados de una respuesta editorial; autores noveles que, al desconocer el mercado editorial, prefieren no esperar y publicarse lo más rápido posible; y famosos, con un renombre que usan para vender todo lo que se publique con su firma como E.L. James (50 sombras de Grey), Fernando Gamboa o Eloy Moreno.
Un tema que rodea a la autopublicación, sobre todo con quienes apenas se inician en su aventura literaria, es la calidad. Cuando aparece un libro sin apoyo editorial y sin publicidad y funciona, está claro que el libro tiene calidad y mérito. Sin embargo, esto no es sólo suerte, los libros autopublicados también deben pasar por un proceso de corrección lo más impecable posible.
Los autores que han publicado antes en editoriales y apuestan por esta alternativa por varias razones, como las cifras de ventas y desacuerdos, suelen tener éxito a partir de que, con la editorial y sin ella, lo que vende es la cara visible del autor. Esta opción puede ser más accesible para sus lectores a través de las redes sociales. Incluso, ya existen premios para este tipo de escritores. El más famoso es el Amazon Indie, o el de Círculo Rojo.
Magda Kinsley, la autora ya reconocida por lo anteior, explicó que fue un paso decisivo en su carrera, pues la acercó a lectores superando el temor inicial al fracaso que tienen algunos escritores noveles.
En México también existen miles, quizá cientos diarios.
Eli Bonilla (Al caer la noche), quien publicó su primer libro de cuentos en diciembre del 2021, me platicó que fue muy difícil que alguien se fijara en su trabajo, ya que no contaba con influencias o referencias y ella lo que deseaba era mostrar su trabajo.
“En cuanto a mi experiencia, fue buena en cuestión aprendizaje, como todo, no falta quién quiere sacar provecho de tu trabajo y hacerse publicidad o destacar en base a ti, pero son experiencias que ayudan a ver a futuro, corregir errores y mejorar poco a poco. Es decepcionante que las plataformas que publican libros no cuenten con un control de calidad que permita que el mundo literario cuente con grandes obras, sino que compites en desventaja obstáculos superables, de los que tomemos lo bueno para mejorar, en un futuro sobre cómo, dónde y la manera de la mejor opción de publicación y autopublicación, el sueño de todo escritor es ver su obra publicada y en ese aspecto puedo decir que mi sueño se hizo realidad”, manifestó la escritora.
E.L. James (50 sombras de Grey) subió su historia a una plataforma de fanfiction bajo el nombre de Master of the Universe y como Snowqueen’s Icedragon. Posteriormente creó FiftyShades.com. En mayo de 2011 en formato E-book y en formato físico de bolsillo que se autopublicó y la impresión fue bajo demanda. Tras su éxito, numerosas editoriales y productoras de cine se interesaron por su historia. Claro, que para esto pasaron muchos años en el proceso.
Hay cientos de escritores que, antes y después de Internet, han optado por la misma línea: Charles Dickens con ‘Cuento de navidad’, James Joyce con su famosísima novela ‘Ulysses’, que acaba de cumplir 100 años de su creación, y Jorge Bucay con su primera novela ‘Cartas para Claudia’, entre otros.
El problema principal quizá reside en que en la actualidad, hay cientos de autores principiantes que, al subir su libro a plataformas, no pasan por el proceso de corrección. Entonces el libro, que podría haber tenido calidad o comentarios de algún profesional en la materia, queda enterrado debajo de los millones de textos que hallamos en la red.
Es por lo anterior que si decides autopublicarte, lo más recomendable es acudir con un profesional de la corrección y del diseño editorial para que al llegar a las manos de tus primeros lectores no queden decepcionados por falta de estilo, corrección e incluso faltas de ortografía.
Existen errores comunes que se suelen cometer, por ejemplo reusar el mismo ISBN de un libro anterior, no elegir bien el tipo y tamaño de letra para sus libros, sinopsis poco claras, no tener un plan de comercialización antes de publicar, y no usar los servicios de diseñadores editoriales profesionales.
Para algunos la autopublicación ha valido la pena. Para otros ha sido más un dolor de
cabeza. Explorar todas las opciones es siempre la mejor elección.