Según un estudio realizado en la Universidad de Leeds, al cumplir 80 años de vida, habrás pronunciado alrededor de 25 mil palabras. Entre palabras habituales y alguna que otra que llegó y se fue, así sin más, las palabras son un reflejo de lo que eres, piensas y sientes.
Hay quien cree que sólo antes de morir es que revelamos realmente quiénes somos, y que es el momento en el que, sin tener ya la posibilidad de un mañana, las palabras adquieren más fuerza y sentido. A lo largo de la historia hay casos para intentar probar uno u otro argumento, y hay vidas extraordinarias que terminaron en una frase francamente simple, o genios que no quisieron abandonar ese mote ni en el último suspiro.
Hoy en Poetripiados te compartimos algunos casos de famosos, a quienes sus últimas palabras pudieron revelar o no su verdadera personalidad.
El caso de Elvis
El Rey del Rock, Elvis Presley, sufría de un grave trastorno del sueño, alterando profundamente sus horas para dormir, por lo que dormía en los lugares menos pensados. La noche de su muerte se levantó de su cama para ir al baño a leer un poco, al menos eso le dijo a su prometida, quien le pidió que intentara no quedarse dormido. El Rey, con el cansancio de una vida sobre su espalda contestó “ok, no lo haré”. Esas fueron las últimas palabras que alguien escuchó del Rey del Rock, minutos después lo encontraron sin vida dentro del baño.
Joe Dimaggio y Marilyn
Se cree que las últimas palabras del gran pelotero Joe Dimaggio fueron para la mujer de su vida, Marilyn Monroe, fallecida antes que él. Y quién podría culparlo, cuando el jardinero central de los Yankees sintió que llegaba el fin, con un tono de alegría en su voz pudo decir “por fin veré a Marilyn”.
Wayne y su gran amor
El actor norteamericano John Wayne, ya visiblemente afectado por el cáncer de pulmón que padeció durante 15 años, contestó a su hija, antes de morir, sin saber que serían sus últimas palabras, “por supuesto que sé quién eres. Eres mi niña. Te amo”.
Coco Chanel, morir mientras se trabaja
Coco Chanel a sus 87 años, de pie, trabajando en su más reciente colección de primavera, sintiendo correr por su cuerpo los indicios de un ataque al corazón, dijo a una de sus empleadas, “mira, así es como se muere”.
John Lennon y el policía
Se dice que aquel fatídico 8 de de diciembre en Nueva York, un policía se acercó a auxiliar a un herido de bala que esperaba ser atendido, ya casi sin fuerzas. Cuando aquel oficial se hincó para auxiliar y pudo ver el rostro de la persona herida preguntó, “¿eres John Lennon?”, a lo que el músico contestó “Sí, yo soy. Me han disparado”. Minutos después el cantante fallecería camino al hospital.
Cobain y su consumo
Hay también quien ha podido dejar plasmadas sus palabras finales en papel, como el cantante del grupo de rock Nirvana, Kurt Cobain, quien escribió una carta de despedida antes de quitarse la vida, en la que citó una línea de una canción de Neil Young “…es mejor consumirse que desaparecer…”.
El mensaje oculto de Disney
Walt Disney alcanzó a escribir sobre un pedazo de papel el nombre “Kurt Russel” que ha flotado como leyenda urbana, sin que se conozca el porqué de ese último mensaje.
El Che Guevara
Ernesto “Che” Guevara su final tiene un aire heroico, la historia nos indica que frente a los militares que tenían la orden de disparar y acabar con la vida del guerrillero, Guevara pudo decirle a uno de ellos que mostraba un visible nerviosismo, antes de ejecutar la orden “Póngase sereno y apunte bien. Va usted a matar a un hombre”.
Chaplin y el sacerdote
En su lecho de muerte, el comediante Charles Chaplin, después de recibir los Santos Óleos por parte del cura, cuando éste terminaba pidió “…que Dios se apiade de su alma”. El comediante contestó, “Por qué no, después de todo le pertenece”.
Austin y su última petición
Jane Austin, quien agobiada por los diversos padecimientos con los que tuvo que cargar desde muy joven, a los 41 años, poco antes de morir dijo, “no quiero nada más que morir”.
Marx y su frase memorable
De Karl Marx se dice, que en sus últimos momentos de vida, severamente deteriorado por la bronquitis, se rehusó a pronunciar, en una contradicción incluso poética, alguna frase que se pudiera atesorar, dejando otra que definitivamente podríamos asegurar como suya: “Las últimas palabras son para los tontos que no han dicho lo suficiente”.
Sir Arthur Conan, morir junto a su esposa
Del gran Sir Arthur Conan Doyle, se cuenta que conociendo la medicina como lo hacía, una noche en la que se disponían a dormir, ya sobre la cama, junto a su esposa y sintiendo el acecho de un infarto que difícilmente soportaría, empleó sus últimas fuerzas para girar su cuerpo en la cama y quedar muy cerca de la mujer a la que amaba, mirarla una vez más y decirle, “eres maravillosa”.
Buddy Rich y la música country
El baterista Buddy Rich, quien debió someterse a una operación para extirparle un tumor en el cerebro y de la cual no pudo sobrevivir tuvo un final relacionado con lo que hacía. Antes de entrar a la sala de operaciones, cuando la enfermera preparaba lo necesario para la intervención, preguntó al baterista si había algo que no tolerara su cuerpo, a lo que éste contestó: “La música country”.
Algunos de estos famosos se sabían en los últimos instantes de su vida, otros decidieron el momento exacto, algunos recibieron a la muerte por la puerta trasera sin esperar su visita siempre sorpresiva. Tal vez ninguno de ellos suponía que esas palabras finales seguirían rondando un mundo virtual que no vislumbraban, pocos debieron pensar con detenimiento en esas palabras que alguien repetiría después, pero algo es seguro, todos tendremos oportunidad de echar mano de esas 25 mil palabras, pellizcar unas cuantas y firmar la despedida.