La luz de junio
Cada madrugada,
la luz ilumina una parte distinta del cuerpo.
Es como un juego.
La tristeza ha dado paso a un retorcimiento de los músculos.
La línea del horizonte obliga a verla, a sentirla.
He visto que en los libros ponen citas como un acto de no estar solos.
Zumba el tiempo,
del umbral sale el alboroto de lo inentendible.
Huele a un principio,
a la lumbre.
No hay miedo en sobrevivir solo en estas páginas.
Aquí no soy inmortal,
pero puedo cortar el dolor del abdomen,
extirpándolo.
Esa es mi fuerza.
Mi fuerza de gana.
El baterista del sonido natural
Se entera de que
el baterista Martín Carrizo ha bautizado
a su enfermedad con un nombre de mujer.
Al hombre eso le parece llamativo, como si una puerta se abriera
de forma sorpresiva y, de soslayo,
entiende que son salidas emocionales
para
vivir
sin sobrevivir.
Él también le ha colocado nombre
al cúmulo de dolencias
que lo va
exterminando.
Sonríe.
Deja el resto del dibujo inconcluso.
La sensación de asfixia regresa con fuerza;
logra tragar.
El gesto afable en su cara
va desapareciendo.
Quién ha dicho que es prohibido leer
Una novela de Hubert Selby Jr.,
he acabado uno de John Fante,
además de los cuentos de Carson McCullers,
la poesía de Blanca Varela,
los ensayos de Fabián Casas,
y dos libros de Pedro Lemebel.
Es una experiencia
que me regresa
a la existencia desde otros lados,
a las horas encerrado en mi cuarto
entre vidrios
de colores
que tintinean
como un hielo
o
dos.
El dolor del arcoíris
No resultó hereditario
ni genético.
Autoinmune,
señala el diagnóstico.
Trece murieron
este mes.
Más de diez,
en el anonimato.
Dos, en el extranjero.
Uno, solo en su cama
de juventud.
El insomnio atacó
sin piedad
a otros treinta.
Nunca ha salido esto en ningún medio.
En las gargantas, tatuajes,
lunas.
Juan Secaira Velástegui (Quito, Ecuador, 1971). Licenciado en Comunicación y Literatura (Pontificia Universidad Católica del Ecuador).
Su obra literaria ha sido traducida a varios idiomas y ha recibido reconocimientos en el Ecuador y en el extranjero.
Ha publicado los libros:
–Obsesiones urbanas (2007);
–Construcción del vacío (2009);
–No es dicha, Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade (2012);
–Sujeto de ida (2014);
–Ribera de cristal (2015);
–La mitad opuesta (2017),
–La malsana marcha a contraluz (2018),
–Eclipsa los arribos, Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero (2023).
Ganador del Primer Premio de Poesía Gustavo Garzón (2023), con su poema Sin resolución.
Uno de los ganadores del Concurso Nacional de Cuento y Relato Retorno (2024).