Javier Bátiz, cuyo nombre artístico es Javier Isac Medina Nuñez, nació en Tijuana el 4 de junio de 1944, coincidiendo con un momento crucial de la Segunda Guerra Mundial: 24 horas antes de que los aliados entraran a Roma y dos días antes del histórico desembarque en Normandía, Francia.
A sus 76 años, Bátiz es venerado como uno de los íconos de la cultura popular y ha sido aclamado durante décadas como el padre del rock mexicano. En 1957, fundó en Tijuana el grupo Los TJ’S, donde absorbieron las influencias musicales del blues, R&B y la música negra que fluía a través de las ciudades fronterizas mexicanas.
Bátiz y su banda actuaron en numerosos bares de su ciudad natal, destacando el Convoy Club en la emblemática avenida Revolución.
“Después de las diez de la noche en Tijuana, resonaba música afroamericana, la cual estaba prohibida en Estados Unidos. Para que los afroamericanos pudieran escuchar su música en San Diego, tenían que alquilar sus estaciones de radio aquí. Yo sintonizaba esas estaciones, y eso fue lo que me inspiró a tocar rock and roll como lo hago ahora, adoptando el estilo y el sentir afroamericanos. La música afroamericana, en realidad, es la raíz del rock and roll”, recordó Batiz en una entrevista publicada en 2007 en el libro “Jóvenes excéntricas: cuerpo, mujer y rock en Tijuana” de Merarit Viera.
Así hechizó a los habitantes de ambos lados de la frontera, y tras demostrar que era la figura principal de la región, se mudó a la Ciudad de México en 1960. Tres años después, fue contratado por Los Rebeldes del Rock para reemplazar al cantante Johnny Laboriel, pero el estilo de Bátiz, fuertemente influenciado por el blues, no encajó.
A partir de ese momento, se convirtió en la máxima referencia del blues mexicano, y desde entonces su música brilla con la misma intensidad que siempre.
Hoy en Poetripiados, te ofrecemos una conversación que sostuvimos con el maestro de maestros del rock nacional.
«Mi infancia en Tijuana fue como un sueño. Fue increíble estar siempre rodeado de amigos con los que solía pasar las tardes. Fueron años maravillosos que me ayudaron a moldearme en lo que me convertí con el tiempo», comparte el guitarrista.
A la edad de 13 años, siendo un adolescente, fundó Los TJ’S. Tres años antes, a los 10, descubrió su pasión por la música, aprendiendo a tocar la guitarra y el piano influenciado por Little Richard, el renombrado cantante, compositor y pianista estadounidense de rock and roll, considerado uno de los pioneros más influyentes e importantes de la historia del género.
“Estuve rodeado de mi familia, fue genial. Mis hermanas me mimaban mucho, y aún lo hacen, debo decirlo. Gracias a Dios, tenía todo lo que deseaba”, añade el músico.
Sus primeros pasos en la música se dieron durante los fríos días navideños en la frontera.
“Santa Claus siempre me traía instrumentos musicales y carritos, y mi mamá era muy musical, siempre tarareando. Mis hermanas mayores pasaban mucho tiempo cantando, así que crecí rodeado de música”, expresa.
Una de sus hermanas, Baby Bátiz, que también cantaba en aquel entonces, se convirtió en otra voz destacada en Tijuana. En los últimos años, han ofrecido actuaciones inolvidables, algunas de las cuales afortunadamente están disponibles en YouTube.
El músico tijuanense recibió influencias de diversas fuentes, destinado a convertirse en mentor de músicos destacados como Carlos Santana o Alex Lora.
“Al principio, mis influencias fueron Pedro Infante y Jorge Negrete, pero cuando escuché a Claudia Estrada y Antonio Bibriesca, ¡wow!, sus guitarras me impresionaron. Después, descubrí a T-Bone Walker, Little Richard, Chuck Berry, Elmore James y Jimmy Reed, y quedé impactado. Fue entonces cuando decidí enfocarme en tocar guitarra de blues”, añade.
Batiz asegura que existen fotografías suyas a los 3 años acompañado de una guitarra.
“La primera canción que aprendí a tocar fue en el piano, y fue Long Tall Sally de little Richard, y esa fue la que toqué por primera vez en vivo en mi graduación de primaria”, agrega el autor de Noches Tristes, a quien le es difícil elegir una canción como su favorita.
El músico tijuanense recibió influencias de diversas fuentes, destinado a convertirse en mentor de músicos destacados como Carlos Santana o Alex Lora.
“Al principio, mis influencias fueron Pedro Infante y Jorge Negrete, pero cuando escuché a Claudia Estrada y Antonio Bibriesca, ¡wow!, sus guitarras me impresionaron. Después, descubrí a T-Bone Walker, Little Richard, Chuck Berry, Elmore James y Jimmy Reed, y quedé impactado. Fue entonces cuando decidí enfocarme en tocar guitarra de blues”, añade.
Los encuentros entre famosos son comunes, y así fue en aquellos tiempos cuando el guitarrista tuvo la oportunidad de encontrarse con otras celebridades. Fue invitado por el baterista Fito de la Parra durante una presentación de su banda, Canned Heat, en el Whisky a Go Go. Durante el evento, tuvo la oportunidad de conversar con Jim Morrison después de un impromptu en el escenario.
«Fueron dos encuentros fugaces pero significativos. Nos vimos solo en dos ocasiones importantes: una en Los Ángeles, en el Whisky a Go Go de Hollywood, y la otra en la Terraza Casino en la Ciudad de México. Fue una experiencia muy feliz haber compartido esos momentos en esta vida», relata el rockero.
Recuerda que después de terminar su actuación, mientras estaba cerca del escenario, junto a unas escaleras, se encontraron. En ese momento, The Doors estaban actuando como teloneros para Canned Heat. En ese tiempo, The Doors apenas estaban empezando a destacar.
Entre los días 27 y 30 de junio de 1969, la banda de Jim Morrison se presentó en el Forum de la Ciudad de México, mientras que Bátiz hacía lo propio en la Terraza Casino. El Rey Lagarto asistió a ver a Bátiz, quien finalizaba sus actuaciones, a veces, incluso pasadas las seis de la mañana.
Para entonces, Bátiz había cautivado a sus seguidores, quienes llenaban el lugar noche tras noche. Esto continuó durante varios años más, llegando incluso al punto en que sus compromisos en ese escenario le impidieron asistir al histórico Festival de Avándaro en 1971, un evento en el que tuvo una influencia significativa, aunque no estuvo presente físicamente.
Tiempos de pandemia
El rey del blues mexicano presume que la pandemia no alteró drásticamente su estilo de vida.
“Aunque parezca increíble, el coronavirus no ha cambiado mucho mi rutina. Siempre he sido una persona hogareña, continúo ensayando aquí mismo, aunque ahora trabajo de manera diferente. Por supuesto, extraño los conciertos y las giras, pero uno se adapta a las circunstancias que Dios nos presenta”, expresa. Además, piensa que aún tiene muchos proyectos en el horizonte.
El legendario músico del rock, con décadas de experiencia en la escena musical y una influencia destacada en los movimientos sociales tanto en su ciudad como en el centro del país, reflexiona sobre su reciente experiencia con un concierto vía streaming.
A pesar de describir la experiencia como «suave», Bátiz subraya que nunca será comparable con la energía y la conexión emocional de tocar en vivo. Sin embargo, reconoce la importancia de adaptarse a las circunstancias actuales.
«La música es para aliviar el alma, proyectar amor, historias y pensamientos», enfatiza. Sin embargo, lamenta la dirección que ha tomado parte de la industria musical contemporánea. «Desgraciadamente, con esta música de reguetón que degrada a la mujer, las cosas no son así. Esa música no es lo mío», expresa, una opinión compartida por Poetripiados.