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El blues de Javier Batiz: infancia tijuanense es destino

El padre del rock mexicano habla de su infancia con Poetripiados

Por Pato Link | 16 noviembre, 2020

Javier Bátiz, nombre artístico de Javier Isac Medina Nuñez, nació en Tijuana el 4 de junio de 1944, 24 horas antes de que los aliados entraran a Roma durante la Segunda Guerra Mundial y dos días antes del desembarque de las mismas fuerzas en Normandía, Francia.

Hoy a sus 76 años es uno de los íconos de la cultura popular y es reconocido desde hace varias décadas como el padre del rock mexicano. Fundó en Tijuana en 1957 el grupo Los TJ’S, con el que recogió las influencias musicales que se recibían en las ciudades fronterizas mexicanas de la música negra, blues y R&B.

Con esa banda roló en los interminables bares en su ciudad natal, principalmente en el Convoy Club, ubicado en la mítica avenida Revolución.

“Después de las diez de la noche en Tijuana, se oía música de negros, la cual estaba prohibida en Estados Unidos, entonces para que los negros tuvieran su música allá en San Diego, tenían que rentar sus estaciones aquí; yo oía esas estaciones y eso fue lo que me hizo tocar rock and roll como toco ahorita, como negro, o sea, hablar como negro y ser como negro y todo. Y lo que pasa es que la música negra, es pues, la música que empezó el rock and roll”, recordó Batiz en una entrevista publicada en 2007 en el libro “Jóvenes excéntricas: cuerpo, mujer y rock en Tijuana” de Merarit Viera.

Así hechizó a los fronterizos de ambos lados de la frontera y tras demostrar que era el mero mero de la región, se mudó a la Ciudad de México en 1960, tres años después fue contratado por Los Rebeldes del Rock, para suplir al cantante Johnny Laboriel, pero no se dio por el estilo de Batiz, influenciado rotundamente por el blues.

A partir de esos años, se convirtió en la mayor referencia del blues mexicano, y desde entonces su música brilla igual que antes.

Hoy en Poetripiados te presentamos una charla que sostuvimos con el maestro de maestros del rock nacional.

“Mi vida de niño en Tijuana fue como de sueño. Fue increíble, pues siempre estuve lleno de amigos con los que solía pasar las tardes, fueron años maravillosos que me ayudaron a forjarme en lo que me convertí con el paso del tiempo”, dice el guitarrista.

Fue justo a los 13 años, siendo un adolescente, cuando fundó Los TJ’S. Tres años antes le dio por ser músico, a los 10 ya tocaba la guitarra y el piano influenciado por Little Richard, el famoso cantante, compositor y pianista estadounidense de rock and roll, considerado como uno de los pioneros más influyentes e importantes de la historia del rock and roll.

“Estuve rodeado de mi familia, padrísimo, mis hermanas me consentían mucho, me consienten mucho, debo decirlo, tenía todo gracias a Dios, tenía todo lo que yo quería”, agrega el músico.

Sus inicios en la música fueron reforzados en los fríos días navideños en la frontera.

“Santa Clós siempre me traía instrumentos musicales y carritos, y mi mamá era muy musical, siempre silbando, y mis hermanas mayores siempre se la pasaban cantando, así que estaba rodeado de música”, manifiesta.

Una de sus hermanas que cantaba en ese entonces, Baby Batiz, se convirtió en otra voz en Tijuana y en los últimos años han realizado tocadas inolvidables, que afortunadamente están disponibles en Youtube.

El padre del rock recibió influencias de todas partes. Estaba predestinado para convertirse en el maestro de muchos músicos como Carlos Santana o Alex Lora.

“Muy al principio, mis influencias fueron Pedro Infante y Jorge Negrete, pero cuando oí a Claudia Estrada y Antonio Bibriesca, sus guitarras, ¡wow!… después escuché a T-Bone Walker, Little Richard, Chuck Berry, Elmore James y Jimmy Reed, y me volaron la cabeza, ahí fue donde decidí tocar guitarra de blues”, añade.

Batiz asegura que existen fotografías suyas a los 3 años acompañado de una guitarra.

“La primera canción que aprendí a tocar fue en el piano, y fue Long Tall Sally de little Richard, y esa fue la que toqué por primera vez en vivo en mi graduación de primaria”, agrega el autor de Noches Tristes, a quien le es difícil elegir una canción como su favorita.

Javier Batiz se hizo famoso en la década de 1960 con su blues y no se cansa decir con justa razón que fue el precursor del rock nacional. Allá en los tiempos en que los movimientos sociales, especialmente el de los estudiantes, habían adquirido mucha fuerza, conquistó el bar Terraza Casino. Eso fue en 1968. De ahí le vienen recuerdos de una temporada muy exitosa con llenos totales con todo tipo de personalidades, incluyendo a políticos que se mezclaban entre los rockeros.

“Esos años fueron fabulosos, porque yo vengo desde los 50s y me tocó ser el precursor del Rock en México, y eso fue muy bueno, sigue siendo muy bueno para mí, crecemos día a día”, acentúa con un orgullo propio de un tijuanense de corazón.

Los famosos se encuentran con famosos, y así ocurrió en aquellos tiempos, cundo fue invitado por el baterista Fito de la Parra, un día que su banda Canned Heat tocó en el Whisky a Go Go, donde terminó platicando con Jim Morrison, después de haberse subido a tocar un palomazo.

“Fue dos encuentros pasajeros, pero muy ciertas, solo nos vimos dos veces importantes, una en Los Ángeles en el Whisky a Go Go en Hollywood, y la otra en Terraza Casino en Ciudad de Mexico, y una experiencia muy feliz el haberme topado con el en esta vida”, relata el rockero.

Cuenta que cuando terminó de tocar, a un lado del escenario, donde estaban unas escaleras, se encontraron, The Doors le habían abierto a Canned Heat. En ese tiempo The Doors apenas estaban subiendo”.

Entre los días 27 y 30 de junio, 1969, la banda de Jim Morrison se presentó en el Forum de la Ciudad de México, mientras Batiz hacía lo mismo en Terraza Casino. El Rey Lagarto fue a ver a Batiz, quien terminaba sus tocadas a veces hasta las seis de la mañana.

Para ese entonces Batiz había enloquecido a sus seguidores que llenaban el lugar y así continuó algunos años más, incluso sus presentaciones ahí, le impidieron ir al histórico Festival de Avándaro en 1971, evento en el que tuvo mucho que ver, aunque no físicamente.

Tiempos de pandemia

El rey del blues mexicano presume que la pandemia no ha cambiado mucho su vida.
“Aunque no lo creas, mi vida no ha cambiado mucho con el coronavirus, siempre he sido un hombre de su casa, aquí sigo ensayando, trabajando de otra manera, claro, se extrañan los conciertos y las giras, pero Dios pone las cosas de una manera y uno se tiene que acoplar a ellas”, expresa y piensa que aún hay muchos proyectos que vienen en camino.

Sobre la experiencia que le dejó el concierto vía streaming, asegura que fue “muy suave, pero nunca será igual que tocar en vivo, sin embargo uno tiene que acoplarse a lo que hay”.

Hoy con varias decenas de años en el rock y de haber sembrado tanto en los movimientos sociales no sólo de su ciudad sino en el centro del país, finaliza asegurando que la música es para aliviar el alma, proyectar amor, historias y pensamientos.

“Desgraciadamente en este momento, con esta música de reggueton que degrada a la mujer, las cosas no son así, esa música no es lo mío”, y con eso también concuerda Poetripiados.

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