Dice el masajista de la playa
el órgano que más pesa del cuerpo, es la piel.
La idea que más pesa de la mente, es la duda.
Caminamos con la piel y con la duda,
y la ecuación entre ambas constituye nuestro peso específico.
Algunos caminan con la duda en las manos,
y no pueden acariciar a sus hijos.
Alguno la arrastra como un grillete en el tobillo y se va rezagando
hasta que se detiene.
Otros lanzan la duda pendiente abajo y se van golpeando en
la caída.
Sólo necios, niños y criminales se abstienen de la duda, y,
sin embargo, existe una manera de librarse y es
mediante la fe:
la voluntad del Todo: que el destino prosiga
a pesar de tus cuitas.
Y el órgano que más pesa en la fe es
otra piel.
Diz o massagista da praia
o órgão que mais pesa do corpo é a pele.
A ideia que mais pesa da mente, é a dúvida.
Caminhamos com a pele e com a dúvida,
e a equação entre ambas constitui
nosso peso específico.
Alguns caminham com a dúvida nas mãos,
e não podem acariciar seus filhos.
Algum outro a arrasta como um grilhão no tornozelo
e vai atrasando até
se deter.
Outros lançam a dúvida ladeira abaixo
e vão se golpeando na queda.
Apenas tolos, crianças e criminosos se
abstêm da dúvida, e, contudo,
existe um jeito de se livrar e é
através da fé:
a vontade do Todo:
que o destino prossiga apesar das tuas aflições.
E o órgão que mais pesa na fé é
outra pele.
Dice el poeta canadiense
amamos lo que no conocemos y se llama deseo,
no amamos lo que conocemos y se llama soledad[1].
Y es exacto.
Pero tal vez haya otra forma de explicarlo,
puesto que yo me encuentro lejos y amando
lo que de ti conozco:
tus labios, tus ojos de algas bajo el agua del estanque, el hollín
en las vigas de tu techo, tus dedos luna, tu cicatriz en la ingle,
los huecos que dejan en el aire el aliento de tus hijas, el río que
viste alzarse y rompió los puentes;
lo que de ti desconozco:
tu idioma, tus cascadas, la misión, los comuneros, los
cuadros que pintaste y ya vendiste.
Y deseando fieramente todo lo demás.
Diz o poeta canadense
amamos o que não conhecemos e se chama desejo,
não amamos aquilo que conhecemos e se chama
solidão.
E é exato.
Mas talvez exista outro jeito de explicar isso,
posto que eu estou longe e amando
o que de ti conheço
teus lábios, teus olhos de algas sob a água da
lagoa, a fuligem nas vigas do teu teto,
teus dedos lua, tua cicatriz na virilha,
os espaços que deixa no ar o hálito das
tuas filhas, o rio que viste levantar e
arrebentou as pontes;
o que de ti desconheço:
teu idioma, tuas quedas-d’água, a missão, os comuneiros
os quadros que pintaste e já vendeste.
[1] José Acquelin (Montreal, 1956)
Anna Aguilar-Amat (Barcelona 1962), profesora de la UAB, ha publicado su poesía mayormente en catalán (Trànsit entre dos vols, Música i escorbut, Petrolier, Jocs de l’oca, Càrrega de color, Argila, L’efecte Morgana), pero dedica un poemario en castellano, Almas, a su madre. Ha sido traducido a diversos idiomas y ha participado en diversos festivales internacionales (http://annaaguilaramat.net/)
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Breno Pentagna Fernandes (1979) es profesor de portugués en Barcelona (Escola Oficial d’Idiomes). También es traductor y productor cultural. Dirige la muestra de cine brasileño Día de Brasil y coordina la asociación Pindorama (www.pindorama.es/), que idealiza, desarrolla y produce proyectos culturales entre Cataluña y Brasil.