En los encuentros de escritores suelen surgir momentos que rompen con lo habitual: preguntas incómodas y respuestas contundentes que condimentan este tipo de eventos.
El 23 de mayo de 2025, durante la última mesa de La Guía Roja —el encuentro de literatura policíaca coordinado por el escritor Juan José Aboytia— se vivió uno de esos momentos memorables. La escena ocurrió en el espacio dedicado a autores de Nitro Press y fue protagonizada por la doctora Clara Eugenia Rojas Blanco y el escritor y guionista mexicano César Gándara, quien presentó su libro Luz de naranjos.
La juarense, ya retirada del ámbito académico, cuestionó al autor sobre por qué y cómo asumió una voz femenina en su novela, dejando claro que su pregunta se enfocaba desde una perspectiva de análisis de género.
“Cuando empezaste a hablar de tu libro, yo veo a esa mujer muy sexualizada. Para mí, esto tiene que ver con una relación de poder… o sea, como objeto, porque tú nos estás diciendo cómo la tratan allí. Pero cómo me gustaría leer tu libro para ver cómo asumiste esa voz, ¿verdad? Cómo hablas a través de ese cuerpo o de esa figura”.
Rojas recordó una anécdota con el escritor juarense Wilibaldo Delgadillo, cuando fue invitada a la presentación de su libro La virgen del barrio árabe. Contó que ya le había advertido: “No me pongas en una mesa, porque te quiero mucho”, sabiendo de antemano su carácter directo.
Profundizó durante cinco minutos en su planteamiento, antes de volver a la pregunta inicial.
Gándara acababa de presentar su libro. Originario de Sonora, es un autor galardonado con diversos premios literarios. Además, ha tenido una destacada trayectoria en el ámbito audiovisual, escribiendo series como Yankee (Netflix), José José, el príncipe de la canción (Telemundo/Netflix) y Un extraño enemigo (Amazon). Con casi 20 años de experiencia, ha trabajado en series dramáticas y telenovelas de acción, thriller, drama, suspenso y comedia para televisión y plataformas de streaming.
“Yo salgo de casa con la perspectiva de género, no la dejo en el refrigerador”, dijo, retomando el comentario inicial. “Pero, volviendo a la pregunta, se me hace muy difícil… no que no lo hayas nombrado, sino que no he escuchado cómo le hiciste para tomar la voz de la mujer en tu novela”, insistió la académica fronteriza.
El sonorense, después de escuchar con atención los más de diez minutos de intervención de Rojas, respondió:

“Bueno, primero muchas gracias por sus palabras. ¿Cómo lo hice? Quizá con mucha ingenuidad… y mucha cabacanería, tal vez. Porque ahora vivimos en un tiempo en el que hasta puede verse mal que un hombre escriba historias de mujeres, ¿no? Pero también lo hice como un reto, y con muchísimo respeto, con una voluntad profunda”.
Gándara reconoció que hay quienes consideran que escribir desde una voz femenina es complicado incluso por cuestiones hormonales y químicas.
“Pero yo dije: ‘¿por qué no puedo hacerlo?, ¿solo porque soy hombre?’ Para mí, eso no debería ser un impedimento. Lo mismo para las mujeres. Creo que todos tenemos la absoluta libertad de imaginar y de crear personajes. Y, finalmente, serán los lectores quienes califiquen el resultado de la obra”, explicó el representante de la literatura del noroeste mexicano.
Aseguró sentirse muy honrado y “muy, muy, muy contento” porque tiene amigas —como Rojas— que también se identifican con el movimiento feminista.
“Trabajé, hay que decirlo, construyendo y narrando desde una visión masculina. Así como usted no puede desprenderse de su perspectiva de género al salir de casa, yo tampoco puedo desligarme de la mía. Pero eso no me impide ni me limita para escribir. Siempre he defendido, no solo para mí, sino para todos, la libertad de expresión y la libertad de escribir lo que cada quien quiera, como quiera. Al final, será el lector quien juzgue el resultado”, concluyó el escritor y guionista.