EL ESPEJO DE LOS BÚHOS EN LA NOCHE
Tenemos el ojo de la paloma, dejamos en el baúl los ojos de las aves de la noche.
La realidad se mira en las siluetas que danzan en medio de los pensamientos.
Solo los búhos creen que sus alas no son las alas de Icaro, pero el sol los está esperando en la caída del día.
Le dije a mi sombra, abre muy bien los ojos cuando camines entre las nubes de humo que salen de la cabeza del que me dibuja en su sufrimiento, no olvides que él cuenta cada segundo como si el tiempo se tomase el atrevimiento de tomar una pausa.
Y mientras tanto mis manos se juntan para rezar por aquel que espera que cierre la puerta.
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QUIZÁS ALGÚN DIA LO LOGRE
Quizás algún día lo logre
Quizás algún día las atrape y no solo las tenga en la comisura de mis labios y como piezas de un rompecabezas, con ellas pueda armar el poema.
Quizás algún día sin llamarme poeta, sin correr a publicarlo o a vociferar en las calles, cada una de sus formas tengan algo más que un sentido. Cada una de sus partes sean mías y no pedazos de otro.
Quizás algún día la belleza brote de mis dedos, salga de mis labios, llegue a los oídos y se convierta en el insecto que muerda las mentes para que, en su frenesí, alucinen con mis ideas y ellas por sí mismas den vueltas y vueltas hasta que aterricen en un campo fecundo.
Quizás algún lo logre
Y si ella, la musa, se queda en mi casa, le ofrezco mi morada completa para que cada día no falte su voz antes de ponerle un punto final a mis palabras.
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PLEGARIAS POR VOLVER A CASA
Plegaria por el preludio
Me volví un extraño, perdí mi rumbo. Quisiera volver a casa.
Me dejé desplazar, con fuerza me aferré y en el momento menos pensado, ya estaba afuera.
Si la casa del ser es el lenguaje, yo soy un desterrado de mi morada.
Es quizás este mi fin, así como el de Odiseo, mi Ítaca grita mi nombre y yo miro a un horizonte infinito del destierro, pero no encuentro la ruta.
Agua, solo mar; entro en él y de repente me ahogo. ¿Será quizás que, en la profundidad de las aguas, está el oscuro trayecto a casa?
Allí donde la luz se desvanece y se va quedando atrás.
El hilo de los recuerdos es el hilo de Ariadna, mi camino de regreso, la puerta de escape de este laberinto.
El amor por la casa no me deja perder la esperanza, ¿serán 10? ¿Serán 20 años Odiseo? Todo este destierro no es nada comparado con la dicha de volver.
¿Será que la encontraré vacía?
¡Eso ya no importa! mis raíces son los brazos que me sostienen en el mundo.
II
La primavera es un lugar y yo la espero
Silenciosos son los brazos que se extienden esperando a la primavera, sus ramas miran hacia el cielo y pretenden agarrarlo.
Suben y suben como torre de Babel, falta poco y pronto llegará mi cielo.
Siguen subiendo para acariciar una puesta de sol.
Aún se siente el helado viento y ella parece que tarda.
Ella es un momento, ella es un lugar.
Espero que su cálido manto abra los pétalos de las flores, mitigue el dolor, abrigue y lleguen los frutos.
III
Las raíces son tus brazos
Silenciosos brazos que se extienden, las ramas no se detienen. Sus dedos me alcanzan en mi destierro.
Cereza, luna y pino, momento quieto de mi instante.
Sólo será uno para mí y vendrá otro
La caída de la hoja del árbol que me vio crecer
Yo también fui una y lo soy.
Nadie puede entender mis matices.
Arena sacudida y se recoge la escoria.
Ella sólo espera que el viento la arrastre
La tinta de mis raíces es imborrable, la savia que destila cuenta la historia de mis ancestros
Voy hacia atrás contando mis pasos
Advierto las huellas en las que veo las marcas del camino de mi Padre
Sus historias alargan las cuerdas que me llevan al origen
¿Serán estas mis raíces que me amarran al mundo?
No lo creo, lo que hace que mi cordón de plata no se rompa es la promesa de un mañana que no admito, del que no quiero escribir.
Aquí sólo canta el silencio y grita mi nombre.
Paula Andrea Pérez Reyes (Colombia, 1983). Es abogada, filósofa y poeta. Docente investigadora del Grupo GITS adscrita a la Escuela de Ciencias Sociales de UPB y de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia. Desde el 2017 dirige el Semillero de Transformación de Conflictos y el curso Marc 6: Literatura y Conflicto (Universidad de Antioquia).
Es Magíster en Filosofía y candidata a Doctora en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Es defensora de derechos humanos con énfasis en el reconocimiento de los derechos de víctimas y personas con discapacidad.
Ha participado como presentadora, conferencista y poeta en eventos nacionales e internacionales. Ha publicado numerosos poemas, artículos, columnas y capítulos de libro, en donde se destacan: Poemas del Barrio a la Ciudad, selección de poemas para la Revista Ablucionistas, Revista Kametsa, Poesía por Colombia, Cuadernos de educación y alteridad, el deseo en la creación poética y Plegarias para tiempos de incertidumbre.