Del libro PARALIPSIS
Aparecer o casi
frente al simulacro de uno mismo
antes que estalle el vientre en su millón de artificios biológicos
y se propague
aparecer o no
asomarse tomados de la mano de nuestras quietudes
asomarse
cogidos de la falda de nuestras denuncias
a través de ellas cogidos para asomarnos por lo que podría
ser la puerta de padre
la puerta de hijo
la puerta de nuestro nosotros mismos
abierta para siempre
como un imán como una fruta blanca como no fuera por mucho tiempo
aparecer o no
dejarse en el umbral todas las pieles como si se hubiese lentamente desnacido para cada una de ellas
ir ganando ligereza
ir despacio
llamar a los gallos a las grullas por su nombre
llamar a los incendios de las aves como graznan ellas los incendios de los hombres
asomarse
llevarse de la mano
pequeñita
del propio corazón hacia el balcón insobornable de su propio reino
(o no asomarse)
(definitivamente
cogerse por la carne del cerebro y alejarse
desollar los ojos
amorosamente).
…
Pero sólo buscaba en los astros de mi infancia
para saber si era capaz de engendrar ese sueño expandido
tan monstruoso que pudiera retener a Orión y a sus gametos colosales ardiendo,
no quería distribuir mis epicentros a millones de temblores
no quería ostentar un juicio laxo, senil, ni oprimido mostrarlo tampoco.
Sin embargo he bebido he entornado los ojos y he dicho esto es justo, esto es necesario
me he sacado los ojos
me he arrancado los ojos y esto es justo
esto es necesario.
Pero sépase que lo que yo buscaba me correspondía
redimir al cordón umbilical del basurero médico
y observarlo legítimamente a través de un telescopio
no intentaba
no
jamás
amamantar el desvarío con la inane fórmula de mis glándulas resecas
Es verdad que no indagué en la herida convexa del espejo
ni miré el socavón con escándalo ni exploré sus índices de sanación
siempre incierta
más cercana a la función de la bragueta que a la cicatriz.
No esperaba espabilar las avanzadas
las furiosas faunas de mi espectro genealógico
invocar la danza fúnebre de los suicidas a mi habitación
no quería
repito
sacudir viejas talegas; sedimentos malogrados, jugar al pacto de los nombres…
buscaba un cuenco, un yacimiento de mi crónica, un depósito preciso del tesoro de la elipsis
un gemido mío en el primer vacío sustancial
…
Me he sentido una mina que se masturba
con sus propias palas
como cavando dentro de sí
una franca tumba de zirconios
el cuerpo es una distracción
el cuerpo es un hermoso cachorro incontinente
hay un obituario de ello, incluso, una genealogía
El cuerpo es un vacío en el que se ha caído desde el cosmos
Me he sentido un túnel basto
un agujero de la tierra
una cosa que se cae por adentro
…
Detener un pensamiento
acantilarlo rápidamente
no despedirse de nadie en la memoria
no mover un objeto tantas veces que pierda sentido
no volver a resbalar eso que sea, que se detenga entre las manos
decir que sí
que sólo eres amable porque hay adentro un perro bravo y no le gustan
le cabrean las groserías.
…
Hay pájaros que nacen sin poesía
a tal aberración conviene el sacrificio
un nido anegado
un polluelo calvo
con el cuello blando
yerto
la inmediación del árbol
una madre perforada
por el granizo
…
Furiosamente conseguí calzar mi cuerpo
a la medida de su espíritu famélico
con insistencia tuve un ojo abierto hacia la locura
con insistencia uno abierto hacia el vacío
con insistencia puse un puñado de piezas entre ambos ojos y le obligué
al torpe cuerpo a acomodarlas con los pies
las manos
la vagina
he sometido a mis tinieblas entre la luz
y me he castigado con la pereza
He deseado nacer
como una histérica, nacer en cualquier parte, nacer, de pronto
Con insistencia tuve, un oído alerta, para el instinto
y otro alerta, con insistencia, para el control
Entonces delegué al inútil cuerpo la tarea de ensamblar
alguna música con su instrumento y además
podría estar hablando de palabras, solamente…
le dejé que acomodara con los dientes
con los dedos
con las areolas pintas de madre de mis párpados sus notas lobas…
He otorgado al ingenio los aranceles de la casualidad
y desaté venganza contra mí y me azoté en cada pared, en cada pared que tienen todas las páginas
Pero antes construí un puente colgante para la suerte
cada tirante estalló bucólico en su momento y yo estallé y estoy simplemente harta
de hablar
al respecto
…
Arponear el lomo de nuestra propia bestia
ser la falta de lluvia en persona
tener en los ojos sólo peces
que se ahogan…
villano de mí mismo
qué me permitirá nunca
serenarme
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Abril Medina. Guadalajara, Jalisco, 22 de marzo de 1985.
Egresada de SOGEM.
Autora de los libros: “De amarillo a jueves” 2007. Ed. Paraíso Perdido. (Guadalajara, Jal. Mex.) “Cualquier abismo se parece al útero” 2008. Ed. Baile de sol. (Tenerife, España) “Llamas cumulares” 2015. Ed. Salto Mortal (Guadalajara, Jal. Mex) “Paralipsis” 2016. Ed. Mantis
Ha participado en diversos encuentros de poesía a lo largo del continente americano, y su trabajo ha sido incluido en antologías, catálogos de artistas plásticos, exposiciones mixtas, revistas de circulación nacional e internacional.
Parte de su trabajo poético ha sido traducido al inglés, francés, catalán y alemán.